ETA entra en la partida electoral.
Antonio Juliá.
ETA entra en la partida electoral
ETA entra en escena justo antes de las elecciones. No es ninguna primicia ya que hacía meses que los medios de comunicación llevaban anunciando este paso, y personas expertas y bien informadas, denunciando una negociación política oculta entre el gobierno del PSOE y los asesinos.
Las reacciones que se han visto por todas las asociaciones de víctimas y partidos políticos tampoco han sido ninguna novedad. Los medios de comunicación también en su linea esperada, los pro PSOE (que no pro gubernamentales) los anti PSOE (matiz a resaltar), los pro PP, y todos en general.Quienes estamos con la Constitución Española y a favor de nuestro valioso ordenamiento jurídico nos alegramos de que se anuncie el cese de una sangría indecente y absurda de personas perpetrada a favor de un proyecto secesionista que secunda una parte de la sociedad vasca. También nos repugna que se le de altavoz y categoría de interlocutor a una banda de asesinos y fanáticos (psicópatas dice un “compañero de barricadas”. Podría ser, pero si usáramos ese símil, el mundillo político estaría plagado de “psicópatas”, de los que como bien dice, los peores son los que menos signos de ello dan; y los frenopáticos y cárceles no darían abasto).
Quienes son nacionalistas y persiguen fines similares a los asesinos de ETA están también de celebración. Para ellos se ha demostrado que el terrorismo funciona. Las expectativas electorales del nacionalismo radical en el País Vasco son las mejores que han podido tener nunca.
Todo esto por desgracia se traducirá en, quizás y a lo mejor , un cese en las matanzas que el terrorismo nacionalismo vasco, pero a un precio que muy posiblemente la sociedad española en su generalidad desconoce hoy. Y es la presión social y la contaminación social que va a representar toda este “chapapote abertzale” en todas las instituciones. Con influencia y poder político, dinero, entrada en cuotas de los estamentos judiciales, y el control de los canales de comunicación su proyecto secesionista no hará más que crecer y acelerarse. ¿Y quien asegura que la presión social también desaparecerá? ¿Se podrá a partir de ahora hablar tranquilamente de política en un bar sin que se haga el silencio? ¿Dejarán de sentir temor a verse perseguidos o marcados quienes estén abiertamente en contra de las veleidades nacionalistas?