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Original: http://plazamoyua.com/2011/10/28/la-pesadilla-de-la-mochila-de-valllecas/

2011-10-28 - publicado por: plazaeme

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La pesadilla de la mochila de Valllecas

La mochila de Vallecas posiblemente sea el peor de los muchos detalles del caso 11-M. El peor, por indigerible; y el peor porque hace el efecto de un elefante en el salón, todo el mundo queriendo disimular, pero nadie consiguiéndolo del todo. Había un cuento de Julio Cotázar que ocurría en una velada de amigos sudamericanos en París. Matrimonios, y similares. Los anfitriones tenían un bebé en una cuna, en una habitación aparte. Con la puerta abierta, por si había que atenderle. Y una invitada cotilla, o aficionada, mira y se da cuenta de que el niño no respira. Lo comenta con su chorbo, y … -¡leches, es verdad, no respira-. Y la noticia se va corriendo macabramente, de pareja en pareja, menos los padres. Y al final todos se despiden a la chita callando.

Algo parecido pasa con la mochila de Vallecas. Nadie quiere hablar de ella, todos hacemos como si no está, pero no desaparece.  Y nadie, pero nadie, se lo quiere contar a los padres (los jueces). Hasta ahora; y nada menos que la Unión de Oficiales de la Guardia Civil.

No estoy contando un cuento. Yo soy el primero que no puede encarar la mochila maldita. Puedo digerir un Jamal Zougam inocente. Aunque sea el único condenado por poner bombas (y faltan doce). Se puede explicar solo con pensar que en España la policía y los jueces sean tan bastardos como la clase política, y se faciliten el trabajo encalomando el crimen al primer “sospechoso habitual” al que echen mano. No me parece una hipótesis nada inverosímil, si el país es como sus políticos - y sería algo natural. Además, esta idea no exige que uno se ponga a imaginar conspiraciones prodigiosas.

Me pasa lo mismo con los demás detalles, si recuerdo bien. Un juez pusilánime e incompetente puede dar la orden de destruir los vagones, seguramente pensando en ahorrarle a Madrid la vista de tan trágico recuerdo. ¿En este ambiente de buenismo gilipollas, quién se lo va a reprochar? Hasta se puede, estirando mucho la cuerda, achacar a los nervios y la incompetencia el que no hayan podido dar un resultado en condiciones sobre la composición y marca del explosivo. Es mucho estirar, teniendo en cuenta que hablamos de nada menos que de doce explosiones, dos de ellas controladas, y de una de las policías más bragadas en el mundo lidiando con terrorismo. Resulta un hazme reir internacional. Pero sea, aceptamos incompetencia, nervios, drama, servicios policiales excedidos en su capacidad -incluso mental. España y yo somos así. Pero no hay forma humana de seguir silbando ante los dos últimos hallazgos, a preguntas de los mencionados guardias civiles.

"Hallazgos", en el sentido del cuento de Cortázar. Todos lo sabíamos, aunque silbáramos, pero ahora se han enterado los padres. ¿Qué van a hacer? Porque no hay incompetencia, ni desidia, ni casualidad capaz de colocar una bomba falsa, a modo de prueba, entre los enseres del atentado en una comisaría. Y además, que esa prestidigitación apunte a un perfecto sospechoso habitual, y a unas bandas conocidas del hampa mora de Madrid.

A ver, colegas. Bomba "prueba" con el explosivo incrustado de tornillería para hacer más daño en plan de metralla. Y las bombas reales del atentado sin un solo tornillo en su interior [-->]. ¿Qué pasa, que les dio el punto de hacer una bomba distinta? ¿Una y no más? ¿Y justo esa es la que no estalló; la que nadie vio en los trenes; la que nadie afirma haberla trasladado; y la que apareció, sin que nadie pueda dar cuenta de cómo, en la comisaría? Pues si puedes creerte eso, te espera el otro hallazgo. Los Tedax de Manzano firmaron y sellaron que la bomba tenía un reloj con la alarma activada a la misma hora del atentado. Pero resulta que hay un Tédax verso suelto que afirma bajo juramento, ante mamá, que cuando llegó al lugar donde estaban manipulando el terminal, probando tarjetas para encenderlo, "el teléfono estaba ya sin batería" [-->]. Hay que quitarla para cambiar de tarjeta, y en aquellos modelos de entonces, al hacer eso, se borra la programación de la alarma. Así que parece que el dato de la hora de la alarma se lo inventó alguien. ¿También por desidia, casualidad, o incompetencia?

¿Cómo lo veis? A mi lo de silbar me resulta cada vez más difícil, y la mochila me está tocando las narices. Aunque a la plebe y a sus amos no perece irles mal. 13 bombas, un condenado. ¿Seguimos tan tranquilos a falta de 12? Y si no eran 13 bombas, sino 12, como parece, es la marimorena. Porque, ¿quién puso la nº 13 en la comisaría, y para qué?


  • plazaeme 2011-10-29 10:45:54
    Ya que estamos, y al hilo de los comentarios, se me ocurre una cosa. Está relacionado también con la seción de "calentamiento global". Por lo que sea, parece que la mente humana está diseñada de forma que le cuesta mucho aceptar un problema sin solución. Y cuando se tropieza con un caso así, prefiere imaginar soluciones a quedarse in albis. Es un defecto de la herramienta que siempre deberíamos de tener en cuenta. Vaya, si queremos saber por dónde andamos.
  • Rafa Brancas 2011-10-29 13:05:00
    No creo que sea un 'defecto', sino un rasgo adaptativo. La imperiosa necesidad de encontrar una solución... quizás lleve aparejado el riesgo de adoptar soluciones falsas, pero es lo que nos ha separado de la familia 'homo' para colonizar el mundo
    • plazaeme 2011-10-29 13:34:42
      Sí claro; quiero decir "defecto" desde el punto de vista de la lógica, no de la biología.
  • viejecita 2011-10-29 09:20:14
    Bueno, yo estoy en parte con Sefuela, aunque sólo en parte. - Si que creo, como él, aunque sin pruebas, que en el atentado del 11M hubo colaboración entre ETA y los Al Quaedas. - Y también creo que sólo se sabrá la verdad de todo, cuando alguien, que haya participado u organizado esa "batalla", o en el esfumado y sustitución de las pruebas, considere que se ha ganado "la guerra", y que esa "batalla" fue decisiva en la victoria final. Así que, como es lógico, después de estas premisas, y sabiendo que pido a los dioses para que la guerra, esos no lo ganen nunca, casi preferiría irme a la tumba sin que nadie lo hubiera aclarado todo. ( Y conste que no creo en eso de que una vez muerto se sigue viviendo, y se entera uno de todo ). Que dentro de una generación o dos, ya se encargarían los historiadores de desentrañar la verdad, con las pruebas y los documentos que los propios gentuzas hubieran conservado. Que los habrán conservado, fijo, para poder presumir de su papel en el resultado final. Que no creo que nadie que haya hecho algo tan gordo, se conforme con permanecer en la oscuridad por los siglos de los siglos...
    • plazaeme 2011-10-29 09:51:51
      El problema, V, como ya he explicado, es que las "creencias" no son premisas válidas, o verdaderas. Así que el argumento es un argumento falso (no es un argumento válido). Puede ser una "intuición". Intuyo que es mejor que no sepamos nada, etc. Eso es válido, pero no tiene ningún peso (más que para ti). No es exportable. Unos adoran el chocolate, otros prefieren el chorizo. ¿Y bien?
      • viejecita 2011-10-29 15:50:54
        Hombre Plazaeme Yo solo hablaba de mí. De lo que creo y de lo que preferiría que ocurriera, caso de ser cierto lo que creo. Nada más. Ya sé que en cuestión de intuiciones, o de creencias cada uno tenemos las nuestras, y que lo que hay que tener son pruebas. Pero no hay pruebas. Y lo que nos han presentado como pruebas, resulta que no lo son. Dices ¿Y bien? Pues nada de bien. Mal, Muy mal.
  • Al 2011-10-29 10:07:40
    Ayer hablábamos de la confluencia de intereses en la hoja de ruta entre Eta y el Psoe. El 11M se dio igualmente una confluencia de intereses entre los que pusieron las bombas y el Psoe, con su Aznar asesino, no nos merecemos un gobierno que mienta y el consiguiente vuelco electoral. En fin, dime con quien andas y te diré quien eres.
  • Brandelmosca 2011-10-29 10:25:27
    Una de las mejores herramientas de investigacion es aplicar la pregunta "¿Cui prodest?" (¿quien se beneficia?). Como ya han pasado casi 8 años desde la masacre, creo que se puede empezar a ver con claridad quien se ha beneficiado o, mejor todavía, quien se ha visto perjudicado, o quien ha logrado "vendetta". 1.- ¿Quien se ha beneficiado? No estoy seguro de que ETA se haya beneficiado. Quizá sí los que se comen las nueces vareadas por ETA, pero no ETA. Esta claro que el PSOE "a la corta" se benefició, pues ganó unas elecciones que tenía perdidas, pero "a la larga" está quedando muy claro que no va a salir beneficiado, pues los resultados de las proximas elecciones van a provocar muy posiblemente un estallido interno. 2.- ¿Quien se vio perjudicado? Aquí creo que está el quid: tras casi 8 años, esta pregunta se responde con rotundidad: la perjudicada fue España. Gracias a un atentado que cambió unas elecciones, el estado español está en su punto más bajo desde hace, como minimo, 80 años. 3.- ¿Quien logró su "vendetta": Yo tengo mi opinion, y es que quien más puede decir que salió vengado con la ruina de España es un reino situado al sur de España, justo detrás de un estrecho. Y si a eso le sumamos que es un atentado que atufa a servicios secretos...
    • plazaeme 2011-10-29 10:39:01
      Saludos, Brandelmosca, y bienvenido. Yo veo varios problemas. 1) No creo que sea razonable prolongar el qui prodest en el tiempo. Por ejemplo, alguien hace algo (para obtener un benefico). Si ha calculado bien, y si sale el plan, lo obtendrá. Pero pedir que además todas los imponderables de futuro vayan acumulando beneficio, es pedir demasiado. Es suponerle dios, vaya. 2) Qui prodest no tiene por qué ser un problema de solución única. Y cuanto más grande es el sistema que examinas, menos. Pero no hay ningún motivo para pensar que todos los beneficiados son actores, puesto que normalmente la gente hace algo para beneficiarse, pero sin preocuparse por si de rebote beneficia a otros. Ni siquiera el mayor beneficiado tiene necesariamente más papeletas. 3) La hipótesis imagina un mundo perfecto, irreal. Donde los planes salen bien, y las cosas ocurren según estaban planeadas. Lamentablemente, el mundo real no es así. Hay un error de concepto en el planteamiento. No se trata de quién se acaba beneficiando, sino de quién podía pensar que se iba a beneficiar. Sumando os tres puntos, yo no creo que la idea nos lleve muy lejos. Sirve, si acaso, para iniciar una investigación. Jamás para llevarte a conclusiones.
  • Eclectikus 2011-10-28 20:19:14
    Es de coña, huele que apesta pero ¿a quién le importa?. Luis Del Pino escribía en FB hace un rato: "La noticia sobre el 11M a la que antes me refería aparece también en el periódico El Mundo. Os recomiendo que no os perdáis los comentarios a la noticia y que comprobéis, así, el enorme cambio que se ha producido a lo largo de los últimos años en el clima de opinión pública en torno al 11M." http://www.elmundo.es/elmundo/2011/10/28/espana/1319803454.html Y yo le he dejado el siguiente comentario que resume lo que pienso: --- Nah! Las ovejitas progres tienen prohibido el Mundo... solo "leen" el País y Público para no enterarse de lo que no quieren que se enteren (aunque de todas maneras no se enterarían). Así que a nivel de opinión pública me da que la cosa está todavía "muy verde", o en este caso valdría más la expresión "muy roja" --- La única esperanza es que esta nueva hornada de jueces que andan tocando los cataplines, junto con un nuevo fiscal del estado, y otra dirección de la abogacía del estado, y unos servicios de seguridad desinfectados, le den una buena vuelta a esta y otras cuentas pendientes que quedan por resolver, aunque sólo sea por pura justicia e higiene histórica. Ya veremos.
  • lector_n 2011-10-28 20:29:30
    Lo de la mochila con la tornillería, lo del paseo de la mochila por Madrid y lo del fotógrafo oficial al que le quitan el carrete de la explosión de la mochila sin explicárselo ni explicarlo, eso no se lo cree nadie. Por no hablar de cuando retiran la batería del teléfono en la comisaría. Pero lo peor es que el “dinamitero” de las bombas no parece que fuera un morito, a tenor de las pruebas falsas de la mochila y de las últimas actuaciones de la AN, en las que solo dejan un morito de Vallecas como inculpado y encarcelado por el 11-M.
  • Sefuela 2011-10-29 02:01:17
    Ante todo lo que rodea el 11-M reconozco encontrarme en un dilema filosófico. Por un lado yo siempre he defendido, y lo sigo haciendo, que es errónea la afirmación de que la gente tiene derecho a saber todo. Creo que hay cosas que es mejor que no sepamos. Hay muchos ejemplos de cosas que sospechamos con cierto fundamento pero nunca sabremos con certeza. El 11-S la cifra de muertos oficial no llegó a 4000 cuando las primeras estimaciones hablaban de 12.000 personas en 7 edificios, la estación de metro mas concurrida de la ciudad y 9 aviones secuestrados. ¿Haría alguna diferencia positiva saber la verdad? ¿O dar una cifra de, digamos, 12.000 muertos, de los cuales varios cientos lo fueron por orden del Presidente habría sido más de lo que la sociedad norteamericana habría podido soportar? Por otro lado, pienso que ETA colaboró en el 11-M proporcionando el explosivo a otros fanáticos para que lo utilizasen contra el enemigo común. Pero ( a pesar de que puede que me crucifiquéis por esto) creo que nunca se podrá probar y ni siquiera estoy seguro de que fuera bueno saberlo. Es cierto que sería lo más justo, pero no estoy seguro que fuera lo mejor. ¿Significaría alguna diferencia beneficiosa para los muertos y heridos? ¿O más bien estaríamos dando a los terroristas la posibilidad de argumentar de forma creíble que nuestro sistema judicial está dirigido hacia donde el gobierno determina, creando las condiciones para exigir (y quizás conseguir) la anulación de condenas? ETA JUEGA Y GANA hagamos lo que hagamos. Se han cometido errores. En mi profesión, si piensas más de 10 segundos en un error pasado, tienes un 99% de posibilidades de equivocarte el doble en la siguiente. Asumes el pille, lo pagas y a por otra. Tan sólo puedes reflexionar cuando la partida ha terminado. Y estamos en la mitad de la misma. Me inclino por olvidarnos de detalles pasados y plantar cara en lo importante para el futuro.
    • plazaeme 2011-10-29 07:32:44
      Sefuela, tengo la impresión de que le das más peso del que tienen a tus opiniones y creencias, y que con ese peso injustificado llegas a conclusiones, que por definición están basadas en eso que no estaba justificado. Que es lo miso que decir que no llegas a ninguna parte. Mira: - yo siempre he defendido que es errónea la afirmación de que la gente tiene derecho a saber todo. Tenemos que (1) aunque lo hayas defendido siempre, eso no nos dice nada sobre si es cierto o falso. (2) Por la forma en que lo planteas, como mucho será cierto en unas ocasiones sí y en otras no. Pero que pueda ser cierto en alguna ocasión (si aceptamos la idea a título retórico) no implica que sea cierto para esta ocasión. - Por otro lado, pienso que ETA colaboró en el 11-M proporcionando el explosivo ... De acuerdo, lo piensas. Y otra mucha gente piensa muchas otras cosas distintas. El problema es que entre "pensar" y "demostrar", o por lo menos "sugerir", hay un salto muy grande. Y sin dar ese salto, no llegamos a ningún sitio. - ¿Significaría alguna diferencia beneficiosa para los muertos y heridos? Los muertos no hablan, pero muchos heridos dicen que sí, que significaría toda la diferencia. Por ejemplo las asociaciones de esos heridos que han provocado este juicio. ¿Qué motivo te lleva a pensar que tú sabes mejor que ellos lo que es beneficioso para ellos? Por otra parte los perjudicados de un atentado terrorista están muy lejos de ser solamente los muertos y heridos. Están también sus familiares, pero también, y por definición, la sociedad entera, aunque sea en grado menor. ¿O más bien estaríamos dando a los terroristas la posibilidad de argumentar de forma creíble que nuestro sistema judicial está dirigido hacia donde el gobierno determina, creando las condiciones para exigir (y quizás conseguir) la anulación de condenas? Aquí ya estamos jugando con fuego, y haciendo gimnasia. Primero, que no estaríamos "creando" las condiciones, sino señalando unas condiciones que ya estaban creadas antes de que empezáramos a mirar. Right? Segundo, que un caso demostradamente torcido no implica que todos los casos se den por torcidos, sin demostrarlo. Y tercero, que si tienes un sistema judicial, o lo sospechas, que en todo o en algún caso especial "está dirigido hacia donde el gobierno determina", ¿vas a mantenerlo y a esconderlo debajo de la alfombra para que no pudiera aprovecharlo eventualmente un terrorista? Puedo comprender la filosofía de prescindir de todo principio, en aras de obtener unos resultados deseables. Comprender; porque a primera vista parece el camino más fácil y de menor resistencia (luego óptimo). Pero no aceptar, porque la experiencia demuestra que aunque ese camino puede llevar a un resultado excelente para los intereses de algunos, jamás lleva a una situación aceptable desde el punto de vista de los intereses generales. En mi profesión, si piensas más de 10 segundos en un error pasado, tienes un 99% de posibilidades de equivocarte el doble en la siguiente. No sé cual es tu profesión, y por lo tanto no tengo ningún motivo para pensar que tu profesión sea relevante en esta discusión. Pero en aquellos campos que se podrían asimilar al que nos ocupa, como podrían ser la ciencia, el derecho, o la evolución de la técnica y la cultura, el avance y el conocimiento (el progreso, vaya), vienen principalmente de investigar y comprender los errores del pasado. Y además, de establecer unos principios universales a partir de ellos. O sea, el exacto contrario de lo que propones.
      • Sefuela 2011-10-29 14:30:35
        Ya decía yo que me ibais a crucificar…Es posible que no haya sabido explicarme, Plaza, pero en ningún momento he pretendido sentar cátedra de nada sino simplemente dar mi opinión y mi visión de las cosas. No tiene más validez ni menos que otras opiniones no dogmáticas. No pretendía, en ningún caso, llegar a conclusiones inamovibles. La aporto para lo que pueda valer. Cada uno tiene la suya y para gustos, los colores, pero las opiniones diferentes a la nuestra pueden contribuir a que veamos cosas que no hemos tenido en cuenta y enriquecer las nuestras. Cuento al principio que tengo un dilema. En ningún momento digo que tenga certezas, sólo opiniones más o menos fundamentadas, basadas en razonamientos, informaciones y experiencias que podríais perfectamente opinar que no viene al caso detallar. ¿Qué motivo te lleva a pensar que tú sabes mejor que ellos lo que es beneficioso para ellos? Ninguno. No pretendo saberlo, tan sólo dar mi opinión. No he pasado por lo que muchos de vosotros, y tengo claro que cada experiencia es única. No es falta de sensibilidad (en cuyo caso simplemente me habría abstenido de opinar). En el año 88 entré a los dormitorios del Cuartel General de la Guardia Civil a través de un agujero en un muro hecho por unos 100 kilos de explosivos antes de que la propia Guardia Civil tuviera tiempo de llegar allí. El 11 de marzo me encontré de frente con unas 20 ambulancias que salían de Atocha. No paré de temblar hasta dos horas después. No estaríamos “creando” las condiciones… Seguramente he vuelto a expresarme mal. No seríamos nosotros los que crearíamos las condiciones, sino que estaríamos facilitando que tengan posibilidades de hacerlo. Ya se encargarían ellos de intentar crear un entorno favorable a sus intereses. Al enemigo, ni agua. Si hubiéramos gozado de un gobierno “comme il faut” no vería ningún problema en sacar los trapos sucios, y descubrir los juegos de algunos. Sería partidario de apartar y depurar las manzanas podridas del sistema judicial, demostrando que ni siquiera ellas han actuado incorrectamente en todas las ocasiones. Pero en las actuales circunstancias, creo que presenta un menor riesgo no remover las cosas.. Dicho sea con todo mi respeto y reconocimiento a su derecho a hacerlo a quien así lo desee. No tengo ningún motivo para pensar que tu profesión sea relevante en esta discusión… Mi profesión tan sólo es relevante, en este caso, como una de las fuentes de mis propias experiencias que influye, por tanto, en mi propia opinión sobre las cosas y en mi propia forma de ver la vida. Consiste básicamente en gestionar riesgos en entornos de alta incertidumbre con toneladas de información contradictoria y cambiante. No creo que sea ni más ni menos asimilable a este caso que la ciencia, el derecho, o la evolución de la técnica y la cultura, el avance y el conocimiento.. Podríamos discutir sin parar sobre la validez de los modelos científicos (perfectos en si mismos, pero imperfectos en cuanto a la exacta predicción de la realidad), de la validez de los principios universales en momentos de singularidad, o la teoría del caos. Para no extenderme más, te ruego releas las tres últimas frases de mi post. En ningún momento intento decir que no haya que buscar el origen de los problemas, sino que en momentos de agobio hay que establecer prioridades. Y actuar en consecuencia. En este momento existen muchos frentes abiertos. En mi modesta opinión la prioridad debe ser que todos los que estáis en el lado descubierto de la trinchera resistiendo los ataques podáis vivir en Libertad y que las víctimas tengan Justicia. En cuanto a la Verdad, no me importa dejársela a la Historia.
      • plazaeme 2011-10-29 17:50:50
        Disculpa, tú Sefuela. Tal vez mi equívoco viene de un detalle que dices ahora, pero que no figuraba en el primer comentario: sino que en momentos de agobio hay que establecer prioridades. Y actuar en consecuencia Eso cambia completamente el sentido de todo. Por ejemplo, no vale mi idea de revisar errores del pasado, que en momentos de agobio es absurdo. Ni mis ejemplos, etc. Lo que no acabo de entender es qué tienen estos momentos de agobio. Bueno en lo económico sí; pero respecto al 11-M no lo veo. En fin, disculpa. Solo quería dejar clara la diferencia entre lo que se sabe, o se infiere razonablemente, y lo que se cree o imagina uno.
      • Sefuela 2011-10-29 19:08:52
        Nada que disculpar, Plaza. Además ya he dicho que sabía que me la iba a cargar... ;-) ...y tengo últimamente costumbre, por ser uno de los malos malísimos que tienen la culpa culpísima de los problemas económicos de España simplemente por ponerlos en evidencia, y evitar los riesgos que creemos inasumibles. Reconozco que no somos angelitos, pero tampoco demonios. El agobio no es respecto al 11-M sino, en mi opinión, respecto a ETA y su entorno que deben quedar derrotados. Con ese Fin, el 11-M, que podría resultar que es parte de la historia, puedo asumir (con dolor y resignación) que quede como parte de la Historia.
  • Guzmi The Madriles 2011-10-30 14:28:56
    Si tenéis ocasión, a los que os interese descubrir los pormenores del infamante escándalo que ha sido y aún sigue siendo (aunque yo pienso que más temprano que tarde dejará de serlo) el 11-M, no os perdáis "La cuarta trama", de José María de Pablo, el abogado que representó, como acusación particular, a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, en este inefable proceso judicial. No hay opinión, sólo datos. Cualquier frase, hecho, situación o protagonista que en un momento salga a colación está referenciado a la concreta hoja del sumario, al concreto minuto de grabación... Absolutamente brutal, en todos los sentidos del término. Para echarse las manos a la cabeza desde las primeras líneas y no parar hasta cerrar el libro. Un simple aperitivo: "Capítulo 5 Tercera Trama. La banda del tunecino. El confidente Cartagena Uno de los hechos que más llama la atención del sumario del 11-M es la ingente cantidad de confidentes policiales directa o indirectamente implicados en cada una de las tramas. La mayoría de los implicados en el 11-M hasta ahora conocidos, o bien trabajaban directamente para la policía, o bien estaban estrechamente vigilados por ella. Por eso resulta tan sorprendente que las Fuerzas de Seguridad del Estado no supieran nada de lo que se estaba fraguando. ¿O sí lo sabían...? Lo hemos visto en anteriores capítulos. La trama asturiana estaba dirigida por el confidente de la policía Trashorras, controlada por el confidente de la Guardia Civil Zouhier, y denunciada por diversos ciudadanos como Lavandera, Nayo o los testigos protegidos Ñ-88 y L-61. A su vez, la banda del Chino estaba controlada también por el confidente de la Guardia Civil Zouhier, mientras que muchos de sus miembros (como Otman el Gnaoui o Hamid Ahmidan) tenían sus teléfonos pinchados por la policía. Pues bien, la tercera de las tramas implicadas en el 11-M, la banda del Tunecino, de la que trataremos en este capítulo, estaba también sometida a un férreo control policial desde al menos dos años antes de los atentados. El encargado de controlar a esta tercera trama del 11-M fue el confidente Cartagena. Cartagena era el apelativo por el que sus controladores en la policía conocían a un ciudadano argelino de poco más de treinta años de edad, que había llegado a España a bordo de una patera a finales de la década de los 90. Sus estudios universitarios y su conocimiento del Corán le habían permitido convertirse en imán de una de las mezquitas más importantes de la capital, la mezquita de Villaverde. Al principio, durante sus dos primeros años en España, compatibilizó su cargo en la mezquita con las tareas de informador de los servicios secretos marroquíes. Pero al cabo de un tiempo decidió cambiar los servicios de inteligencia de Marruecos por nuestra Policía Nacional. El motivo no era otro que la necesidad de contar con la complicidad de la policía española para mantener sus papeles de residencia en regla, La unidad que captó a Cartagena como confidente fue la UCIE, unidad de la policía especializada en terrorismo islamista. En concreto, el trabajo del imán consistía en aprovechar su condición de líder religioso para infiltrarse en los ambientes islamistas más radicales, y obtener para la policía información relevante sobre posibles focos yihaidistas en la capital de España. Cartagena resultó ser un gran fichaje para la policía. Su valentía, su aplomo, y su prestigio como imán le permitieron infiltrarse, a mediados de 2002, en un potencialmente peligroso grupo yahaidista con sede en Madrid, liderado por el marroquí Mustapha Maymouni. Al grupo de Maymouni pertenecían otros ciudadanos árabes de tendencia yihaidista, como Serhane ben Abdelmajid el Fakhet, alias el Tunecino, Said Berraj, Mohamed Larbi ben Sellam, y Mohamed Afallah. Una vez infiltrado en el grupo, Cartagena asumió un ficticio papel de referente espiritual, fingió sostener una interpretación de la fe islámica tan radical como la de Maymouni y sus hombres, y se convirtió en el imán de referencia de este grupo de radicales. Su infiltración en el grupo de Maymouni dio pronto sus primeros frutos, y Cartagena comenzó a proporcionar valiosa información a sus controladores de la UCIE. Pero al mismo tiempo el confidente comenzó a sorprenderse por el modo en que sus controladores trataban sus informaciones, así como por las órdenes que le daban. Por ejemplo, cuando el confidente les informó de la pertenencia de Mohamed Afallah al grupo de Maymouni, sus controladores le prohibieron mencionar jamás ese nombre. Por el tono en que la policía le indicó que no se preocupase por Afallah y que no interesaba que informase sobre él, Cartagena dedujo que muy probablemente se trataba de otro confidente que, como él, estaba infiltrado en el grupo para informar a la policía. El grupo de Maymouni solía celebrar al principio sus reuniones de contenido yihaidista en la localidad madrileña de San Cristóbal de los Ángeles, concretamente en casa de Abdelkarim el Ouazzani. Pero pronto tuvieron que buscar otro sitio para reunirse. En parte porque no estaba de acuerdo con su radical interpretación del Corán, y en parte porque los demás miembros del grupo dejaron de hablarle cuando supieron que había comprado su casa mediante un préstamo con interés -un pecado según el islam-. El Ouazzani abandonó el grupo. Cartagena informó a sus controladores de que El Ouazzani había dejado el grupo, pero la policía le ordenó que de todos modos, cuando declarase ante el juez, debia seguir implicándole. Tras la deserción de El Ouazzani, el grupo pasó a tener sus reuniones en el madrileño barrio de Villaverde Bajo -donde Cartagena tenía su mezquita-, en casa de Faissal Allouch. Otras veces -si el buen tiempo acompañaba-, los miembros del grupo realizaban excursiones al río Alberche, donde se bañaban, jugaban al fútbol, comían, y terminaban hablando de la yihad. Las reuniones las dirigía su líder, Mustapha Maymouni, que solía arengar a sus hombres en la guerra santa contra los infieles, siempre con la ayuda de su cuñado y mano derecha: el tunecino. Mientras Maymouni y el tunecino insistían a los demás en la necesidad de la yihad, otro miembro del grupo, Mohamed Larbi ben Sellam, insistía en que no era necesario viajar a Irak o Afganistán para practicar la guerra santa, pues también había que cometer atentados en lugares más cercanos, como Marruecos o España. Por cierto, que la determinación del grupo, siguiendo las ideas de Larbi ben Sellam, de atentar en suelo español fue muy anterior a la foto de las Azores, lo que echa por tierra la tesis de que su intención era vengar la intervención española en la guerra de Irak. Cartagena asistía a algunas de las reuniones, simulaba formar parte del grupo y después informaba de todo a la policía. Toda esa información que proporcionaba el confidente, la UCIE la trasladaba inmediatamente al Juzgado de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, lo que significa que la investigación sobre las actividades del grupo de Maymouni estuvo desde un principio judicializada y en manos del juez Baltasar Garzón, quien ordenó inmediatamente la intervencion de los teléfonos de los miembros más activos. En un momento dado, sus controladores ordenaron a Cartagena acercarse y vigilar a un marroquí, de nombre Jamal Zougham, que regentaba un locutorio en Lavapiés. Después de varias semanas de acecho, el confidente llegó a la conclusión de que vigilar a Zougham era absurdo pues llevaba una vida completamente normal, dedicado a su negocio y a su familia, y ajeno a cualquier tipo de yihaidismo. Lo comentó a sus controladores, pero éstos volvieron a sorprenderle: -No, si ya nos imaginábamos que todo es normal. Lo que pasa es que hemos intentado mezclarle en lo del 11-S por todos los medios, pero no ha habido manera. No conseguimos ninguna prueba contra él y hubo que dejarle fuera. Por eso queremos que te acerques a él. A ver si consigues que empiece a ir a las reuniones del río Alberche, le pillamos ahí y le colgamos el marrón. Pasaron los meses, y el 16 de marzo de 2003 tuvo lugar el atentado terrorista de la Casa de España en Casablanca (Marruecos), en cuya ejecución se vio involucrado el líder del grupo, Mustapha Maymouni. Ese mismo mes de marzo, Maymouni era detenido y entregado a la justicia marroquí. Hoy cumple condena en Marruecos por estos hechos. La detención de Maymouni hizo que el Tunecino le sucediera como nuevo líder del grupo. Las reuniones yihaidistas continuaron, pero esta vez bajo el impulso y órdenes del Tunecino. Desde entonces, Cartagena detectó que iba aumentando vertiginosamente la peligrosidad del grupo, y así se lo hizo saber a la policía. El confidente insistió a sus controladores en la peligrosidad del Tunecino y en la relación de su anterior líder y cuñado con los atentados de Casablanca. Sospechaba que cada vez estaba más cerca el momento en que el grupo pasaría de las palabras a la acción y comenzó a insistir a la policía en la necesidad de detener inmediatamente a los integrantes de la banda del Tunecino. Como la investigación sobre ese grupo estaba judicializada y en manos de Garzón, la UCIE se limitó a informar al juzgado de las sospechas de Cartagena. Pero la orden de atención contra el Tunecino y sus compinches no llegó nunca. Después del 11-M se supo que las cintas con las grabaciones de las conversaciones telefónicas intervenidas a los miembros del grupo se acumulaban en la Audiencia Nacional sin traducir y sin analizar. ¿Se habrían evitado los atentados si esas cintas hubiesen sido traducidas y analizadas a tiempo? Quien sabe. Después de los atentados, Cartagena dirigía duros reproches a sus controladores, llegando a culpar a la policía de los atentados por no haber hecho un correcto uso de sus informaciones. Ese duro reproche de Cartagena lo convirtió alguno de los policías que declararon en el juicio en velado reproche al juez Garzón, por no haber ordenado la detención del Tunecino y sus hombres, a pesar de contar con las valiosas informaciones de Cartagena y, sobre todo, con las cintas de las intervenciones telefónicas. La escena de las cintas con las conversaciones de algunos de los implicados en el 11-M amontonadas en un juzgado y sin traducir es un buen ejemplo de la actual falta de medios de la Administración de Justicia de la que más de un político debería tomar nota. Un viernes por la noche, en una de aquella reuniones, con Cartagena presente, tomó la palabra el Tunecino: -Para empezar, quiero que todos desconectéis ahora los móviles. Pero desconectarlos del todo, ¿eh?, sacad la batería fuera del teléfono, nadie debe escuchar lo que os voy a decir. Llevamos muchos meses preparándonos, y se acerca el momento. Ahora no necesitamos mujahidines para ir a luchar contra los infieles en Afganistán o en Chechenia. Lo que busco son musulmanes que estén dispuestos a convertirse en mártires. Pero aquí, haciendo la yihad en Al-Andalus. Yo os pregunto: ¿estáis dispuestos a ser mártires, a hacer la yihad en Al-Andalus? Todos, incluido Cartagena, respondieron uno a uno afirmativamente y se declararon dispuestos. El Tunecino continuó: -Muy bien. Pronto tendréis oportunidad de ser mártires. Pero no debéis decir nada a nadie de lo que hemos hablado en esta reunión. Nadie debe saberlo. Ni siquiera los miembros del grupo que hoy no están aquí. Si alguien os pregunta por la reunión de hoy, hemos cenado y hemos rezado, pero nada más. Y a partir de ahora, hemos de ir con mucho cuidado. Hemos de ser discretos. Queda terminantemente prohibido hablar de esto por los teléfonos móviles. No olvidéis que os vigila el moukhabarat (expresión que hace referencia a los servicios secretos). Cartagena salió muy alterado de aquella reunión. Era evidente que el Tunecino preparaba un atentado en España, quizás una masacre, y había que evitarlo. Esa misma noche, nada más llegar a su casa, llamó a sus controladores. Les dijo que tenían que reunirse inmediatamente, que tenía información relevante y muy urgente. Los agentes se molestaron por recibir una llamada un viernes por la noche. Le recordaron que era fin de semana y, ante el asombro del confidente, le citaron para el lunes. Llegó el lunes, y Cartagena contó a sus controladores lo que había pasado en la reunión. A partir de ese momento y de manera incomprensible, la relación entre Cartagena y la UCIE dio un giro de 180 grados. Sus controladores le dijeron que no se preocupase, que al grupo del Tunecino lo tenían bien controlado, y que sabían que el Tunecino hablaba mucho pero no iba a actuar nunca. Cartagena puso reparos porque estaba convencido de que aquel grupo estaba preparando un atentado y le escandalizaba ver cómo la policía quitaba importancia al asunto de aquella manera. La respuesta de la UCIE a sus reparos fue tajante: le ordenaron dejar de controlar al grupo del Tunecino. Asombroso. Pero no quedó allí la cosa. Le dijeron que lo mejor era que se trasladase a Barcelona, sugerencia que Cartagena rechazó. Finalmente, terminaron diciéndole que, al menos, por su bien, abandonase Madrid, lo que el confidente tradujo como una velada amenaza. Así fue como, en parte por el miedo que le producían las advertencias de sus controladores y en parte para proteger a su familia, el confidente abandonó Madrid, rumbo primero a la localidad granadina de Salobreña y después a Almería, donde se instaló finalmente. Pero antes de abandonar Madrid, Cartagena fue testigo de una curiosa escena. Según declaró en el juicio, un día se encontraba por la zona de Atocha cuando de pronto vio pasar al Tunecino y a Said Berraj en moto. Sin que ellos pudieran advertirlo, el confidente comenzó a seguirles en su propia moto a una distancia prudencial, hasta que les vio entrar en un VIPS cercano a la parada de metro de Colombia: era el mismo VIPS en que Cartagena solía reunirse normalmente con sus controladores de la UCIE. El confidente esperó un par de minutos en la calle y al cabo de un rato entró en el establecimiento. Para evitar ser reconocido, llevaba el casco puesto. Una vez en el interior, Cartagena no podía creer lo que veía. El Tunecino, en una mesa de la cafetería, charlaba amistosamente con un agente de la UCIE, mientras otro agente vigilaba haciendo que ojeaba revistas en la librería del VIPS. A Berraj no le vio, por lo que supuso que quizás setaría en el servicio. El imán no salía de su asombro: el Tunecino y Berraj también colaboraban con la UCIE. Ató cabos y empezó a enteder por qué sus controladores no le querían informando sobre la peligrosidad del Tunecino. Pero no dejaba de ser asombroso: el Tunecino, Berraj, Afallah, él mismo... ¿Acaso habría algún yihaidista en el grupo del Tunecino que no trabajase para la policía? Cartagena también controló para la policía al argelino Alekema Lamari. En un primer momento, la UCIE le facilitó algunas fotografías de Lamari para localizarle. Pero una vez que el confidente comenzó a informar sobre los movimientos de Lamari, recibió la orden de olvidarse también de él. La excusa que le dieron es que ya estaba controlado por la UCIE. Cartagena declaró en el juicio que cierto día (después del 11-M) la policía registró el domicilio del confidente en Almería y se deshizo de algunas grabaciones con conversaciones del confidente con sus controladores, así como de las fotografías de Lamari que le habían entregado cuando le encargaron que le siguiera. La verdad es que cuando uno escucha al confidente Cartagena relatar toda la información que transmitió a la UCIE -información que obra por escrito en las notas informativas incorporadas al sumario-, y a su controlador Parrilla confirmarlo todo, las preguntas surgen rápidamente: ¿cómo pudo la policía dejar pasar el tiempo sin detener al Tunecino y demás miembros del grupo? ¿Trabajaba el tunecino para la policía? ¿Cómo es que no saltó la alarma cuando se comprobó que, además, Maymouni estaba relacionado con los atentados de Casablanca? ¿Por qué el juez Garzón no ordenó la detención de estas personas cuando reunió tantas evidencias de sus intenciones? ¿Es posible que el grupo del Tunecino preparase unos atentados como los del 11-M mientras sus miembros estaban controlados por confidentes y sus teléfonos intervenidos? ¿Qué se hacía en el juzgado de Garzón con las grabaciones de las llamadas intervenidas? ¿Se habrían evitado los atentados del 11-M si la UCIE y el Juzgado de Garzón hubieran actuado contra los miembros del grupo en su momento? Todos estos hechos, por supuesto, no son más que la versión que dio el confidente Cartagena. Cada uno es libre de creerle o no. Como he hecho con laversión de otros testigos (Lavandera o Nayo, por ejemplo), me limito a contar lo que dijo, me guardo mi opinión y dejo que sea el lector quien interprete ese testimonio. Huelga decir que todas las presuntas presiones y manipulaciones de las que acusa a sus controladores fueron negadas por éstos. Lo cierto es que el contenido de la declaración testifical de Cartagena no le hizo mucha gracia a los defensores de la versión oficial. Y la Fiscalía se vengó de él. La venganza de la Fiscalía contra Cartagena llegó casi al final del juicio, en los informes de conclusiones. Cartagena era -y sigue siendo- testigo protegido, de modo que, para garantizar su seguridad, si identidad es secreta, y la Ley de Protección de Testigos prohíbe a la Fiscalía y demás partes personadas en un juicio desvelar la identidad de los testigos protegidos. Tengamos en cuenta que la colaboración de Cartagena con la policía ha permitido en los últimos años la detención y puesta a disposición judicial de numerosos terroristas islámicos, lo que hace necesario preservar su identidad por su seguridad. Pues bien, en su informe de conclusiones, cada vez que se refirió a Cartagena (y lo hizo unas cuantas veces), la fiscal aprovechó para pronunciar en voz alta el apellido auténtico del testigo protegido. Desde aquel día, todos los acusados del 11-M contra los que había declarado Cartagena, así como el resto de los islamistas que siguieran el juicio en directo por televisión, pudieron conocer la identidad exacta del confidente que se había chivado a la policía y había permitido la desarticulación de numerosas células islamistas en España."
    • plazaeme 2011-10-30 15:03:34
      Yo no llegué a leer ese libro, aunque seguí el caso muy de cerca, y me estás tentando ... Lo que sí recuerdo muy, es que de toda la fauna del juicio oral incluyendo a acusados, fiscales, jueces y abogados de todas las partes, los dos únicos que me inspiraban confianza eran los dos abogados de la AVT. JM de Pablo, y otra, que no recuerdo el nombre, pero también exhalaba fiabilidad.
  • lector_n 2011-10-30 21:08:31
    Lo cierto es que a estas alturas ni el Juicio del 11-M ni las pruebas aportadas en el mismo, ni tampoco las aportadas en la instrucción, ni son palmarias ni convencen a la mayoría. Tampoco me parece claro que dejarlo para la historia satisfaga al menos a todos los ciudadanos que lo vivimos, en beneficio de una teórica solución de no sé qué guerra de criterios, entre los que abogan por la autoría de los islamistas y los que abogan por ETA, además de los que piensan, que han sido los SS locales o internacionales. En realidad lo que me interesa es quién produzco e indujo la masacre y el consecuente cambio en las elecciones, porque puede pasar otra vez con muertos inaceptables para una alternancia política. La sensibilidad para esas víctimas la guardo en la memoria para la próxima votación, no me dejan otra. PD: La abogada se llama Manuela.