Premio Borges a la Infamia Universal. Otegi.
Podía ser una idea, ¿no? Ya que en el mundo Alicia cualquier criminal “puede ser una apuesta por la paz” (© Zapatero), y que los hacedores de guerras se convierten en Premios Nóbel de la Paz cuando deciden acabar esas guerras, la última locura que se está viendo en Twitter no parece tan descabellada:
Es el esquema mencionado. Primero dedicarse al terrorismo. Asesinato, sea indiscriminado o no, con centenares de cadáveres o de cuerpos mutilados tendidos por las aceras; una extorsión económica al por mayor que ríase usted de Al Capone; y un totalitarismo social por la vía del miedo y la amenaza directa que, sin los resortes del gobierno, podrían ser la envidia de cualquier Hitler o Stalin. Y cuando ya no se le puede sacar más partido al asunto, se cambia de táctica con el resultado de ... ¡premio para el caballero! Todas las honras y loas, y llantos, porque se puede alcanzar, ¡tachán!, la pazzz. Y para eso hay unos cuantos premios internacionales que ni pintados. Ya solo con que haya algún grupo suficientemente canalla como para hacer la propuesta parece que se consigue alcanzar cierto olor de santidad. Así que si de lo que se trata en el mundo Alicia es de hacer propuestas y proclamas rimbombantes, y mejor aun si llegan a niveles de imbecilidad zapatera (Pachindacari también vale), podríamos proponer un Premio Borges a la Infamia Universal. Me da la mismo que el candidato sea Otegi, su Grupo Internacional de Contacto con los Espíritus del Más Allá, los aplaudidores de asesinos que copan las calles, cualquier autoridad política guipuchi, cierto Prostitucional, o el mismísimo y entero pueblo de los 7.000 años de Ibarreche. No importa quién; importa qué. El mensaje. Decirle a Alicia en el País de las Maravillas que dejar de asesinar no es motivo de honra ni de mérito, ni ocasión para el pedestal. Es, como mucho, el momento de decir: cuando cumplas tu deuda con la justicia, ya hablaremos de si hablamos, y cuándo. Porque el cumplimiento de la pena merecida no garantiza, ni mucho menos, la pérdida del asco. Borges, con el tiempo, no tenía una gran opinión sobre la obra de la que robo el título. Pero no importa la obra, sino la idea.Sería muy adecuada una medalla nada redonda (que saco de aquí –>)
Hay una cosa en la sí que se equivocó don Jorge Luis. Decía que los vascos, en toda nuestra historia -muy marginal- no habíamos hecho más que ordeñar vacas. No le dio tiempo a ver que el futuro sería muchísimo peor, y alcanzaríamos un puesto muy notable en la Historia Universal de la Infamia. En cambio, respecto a lo de ordeñar vacas, no le extrañaría nada saber que esa es, justamente, la radiografía del espíritu de la bicha. Como que se presentan a sí mismos de esta guisa: