Se pueden controlar los déficits, pero no las reacciones humanas
Sefuela
Hoy quiero hacer un post de pocas cifras, pero que plasme por escrito una reflexión sobre las consecuencias que pueden traer las lamentables políticas de gasto y de legislación deficiente (orientada a satisfacer a la masa de votantes en lugar de hacer lo realmente necesario) desarrolladas en los últimos años en España y la Unión Europea. Y las duras políticas de ajuste que se van a aplicar para tratar de arreglar la situación creada. Todo ello con consecuencias trágicas, como es el recientemente conocido dato de 5,3 millones de parados en España. Generaciones enteras perdidas. Especialmente la de los que se encuentran entre 50 y 55 años, como se relata aquí http://www.elmundo.es/elmundo/2012/01/25/economia/1327509030.html . Yo soy de los que piensa que esta crisis va mucho más allá de una crisis económica. También es una crisis de la forma de gobierno que llamamos democracia occidental. Como todas las crisis, podría salir de ella un sistema ligeramente modificado, pero reforzado y duradero, o algo terriblemente diferente.Vayamos de lo particular a lo general. Comencemos por los desmanes autonómicos en España, que han llevado a promulgar leyes de control presupuestario de las autonomías. No se interfiere en sus poderes, pero se les obliga a cumplir con un nivel de déficit máximo cercano a cero. Y se acaba con el posible problema de la desobediencia recordando que en la Constitución está prevista la suspensión de cualquiera de ellas. Pero se pinta de color verde, diciendo que lo que se hará en caso de incumplimiento será el control del gasto sobre el terreno. No citan que, si se niega alguien al control, se suspenderán los poderes de las regiones. Aunque sí se insinuó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Esa es la única forma de evitar que España siga siendo la casa de tócameroque. La única pega es que, si gana el PSOE de nuevo en algún momento de este siglo, es muy probable que, eso, se lo carguen de un plumazo el dia 1 de su mandato.
Puede que haya sido Rajoy quien le haya dado la idea a Merkel al explicarle esto. O puede que se le haya ocurrido a ella sola. El caso es que Angela Channing, digo, Merkel, quiere que la UE controle directamente y sobre el terreno el gasto de Grecia, porque no ha habido forma de que rebajase el déficit. ¡Ha incumplido!, ¡Que le corten la cabeza! Reclama la reina de corazones europea. http://tinyurl.com/6pbz277 (viene enlace al demoledor documento donde se refleja esta demanda).
No se da cuenta de que (hasta donde yo conozco) en los Tratados de la Unión no está prevista esta posibilidad. Tan sólo se encuentran previstas unas sanciones para los que no alcancen los objetivos de déficit que jamás van a tener que cumplir. Es el problema de regular de forma estúpida. Si un país tiene problemas y le multas, agravas su situación y dificultas que la regularice. Incluso, si existiera esa posibilidad, tendría que aprobarlo el Parlamento del país en cuestión.
Y ningún parlamento va a aprobar una pérdida de la soberanía nacional por un problema de deuda externa, causada por unos políticos golfos, salvo que quiera enfrentarse al caos en las calles. Especialmente si hay elecciones en unos meses. De hecho, Grecia ha rechazado esta demanda con declaraciones sobre la elección, a la que se les quiere obligar, entre dinero y dignidad nacional.
El problema no es que Grecia necesite el dinero, sino que la UE ya lleva prestados a Grecia unos 90.000 millones de euros, y no puede no prestárselo. Si Grecia suspende pagos , la UE tiene un problema del tamaño del mundo. Si no cumple, también.
Pero, si cumple, el problema lo tiene Grecia. No sólo por la tremenda recesión en la que ya se encuentra, sino porque, en el mejor de los casos, su deuda seguirá siendo el 120% del PIB en el 2020. Eso, contando con la quita del 68% de la deuda en manos privadas de la que se siguen discutiendo los últimos flecos. O algo menos si venden unas cuantas islas y/o reliquias históricas.
Y aquí es donde se originan mis dudas. La democracia y la soberanía nacional griega puede desmembrar Europa, ahondando aún más la crisis que padecemos el resto, incrementando nuestra propia penitencia. Aquí todos hemos sido culpables, en mayor o menor medida, pero a nadie le apetece pagar lo del resto. Incluso los más generosos no tragarían por pagar mucho más del doble de su propia culpa. Y los que nos gobernaron, culpables en buena medida de la situación en que nos encontramos, vigilando nubes.
Si aplicamos un poco del genial concepto de psicohistoria acuñado por Asimov, no me gusta lo que se desprende de esta situación. O se producen cambios inmediatos en la forma de gobernar en toda Europa (una integración efectiva global), o vamos derechos al caos. En cualquier caso, necesitaremos políticos honestos, antes o después de ese caos, porque estos no lo van a evitar. Habría que ir aparcando melancolías e irse preparando para los que de verdad serán nuevos tiempos. Y todo, sin dejar de pensar en positivo, y seguir trabajando en el presente.