¿Política penitenciaria "pro" o "anti" terrorista?
Están dando mucho que hablar unos cambios anunciados por el ministerio del Interior respecto a los asesinos etarras presos. Y lo malo en estos casos es que siempre se opina desde el desconocimiento, inevitable por cómo las gastan los gobiernos en España. Es decir, el gobierno planteará una serie de medidas y planes, y no hay manera de saber si los llevará a cabo, o si lo hará en la forma que dice - o la contraria.
Normalmente la gente tira de experiencia. Por ejemplo, si lo dice Rubalcaba, es mentira, y es al revés de lo que dice. Y así se acierta, porque donde el plan de Rubalcaba dice por escrito que los etarras debían pedir perdón a sus víctimas para acogerse a Nanclares, luego se veía que los que iban a Nanclares ni habían pedido tal perdón, ni nadie lo esperaba. Pero con la marianidad pepera no hay experiencia, al menos de gobierno. Es mi difícil que sean como Rubalcaba, que le miente hasta al médico, pero tampoco han dado la impresión hasta ahora de que la verdad sea una de sus obsesiones. Yo creo que se puede decir que nadie puede saber si va a ser bien u horripilante.
Los más antietarras (y eso, para mi, les honra) han puesto el grito en el cielo:
Algunos (y incluido) le hemos debido contestar a Tertsch que depende de cómo se haga, pero que puede ser bien. Porque precisa: Buen resumen.Pero al final yo creo que hay que fijarse si es una política “pro” o “anti” terrorista. Dando por supuesto que no vaya a atentar contra la justicia, porque entonces no habría más que hablar. Olvidar la justicia en aras de cualquier ventaja real o imaginaria es caer en la abyección de los Pachi López o Madina - como se llame. Pero cumpliendo con la justicia, se puede hacer una política penitenciaria que favorezca o que perjudique a ETA, y la la idea misma del terrorismo en general. Y ese es el quid.
El muy mencionado “pedir perdón a las víctimas” no es algo que me motive gran cosa. Nos podemos embarcar en una discusión escolástica perfectamente absurda. ¿Es sincero? ¿Es suficiente? Como de confesionario de colegio. Y, además, me parece que puede ser una grosería con las víctimas, a las que se les podría meter en el brete de tener a periodistas pidiendo respuesta. ¿Les sería fácil contestar lo natural y lo sano? (A ti te va a perdonar tu puta madre). No le veo mucho sentido, y sí le veo morbo malo.
En cambio, el resto de las cosas que se mencionan me parecen interesantes. En primer lugar salir de la disciplina etarra. En segundo colaborar con la justicia. Y en tercer lugar, esa nebulosa que plantean bajo la expresión de … “pretende que los terroristas reflexionen sobre su pasado”.
Me parecen parte de la justicia bien entendida. Pero me parece que lo poco que puede hacer un etarra para resarcir alguna parte del mal que ha hecho es, justamente, reconocer que ha hecho mal, que de ninguna forma debería de haberse dedicado al asesinato, que ETA no debería de haber existido, y colaborar en lo posible en su desarticulación. Y sin esos tres puntos, todo lo demás será paripé. Pero con ellos, se trataría de una política anti-terrorista en toda regla.
No quiero extenderme. Baste señalar que los pobrecitos asesinos presos se han convertido en la parte fundamental de la campaña política de ETA. Y no es extraño; aparte de simbología y de gesto barato no tienen más política que un difuso barniz entre norcoreano y antisistema. Los presos son votos, pero los presos en contra pueden ser votos en contra. Y conviene no olvidar que este asunto lo acabará ganando el que sea adueñe del relato final.
En resumen: Lo que dice el gobierno no me da ninguna pista sobre lo que va a hacer el gobierno. Pero con los mimbres que plantea se podría hacer algo a la vez justo, inteligente, y anti-terrorista. Confieso que la expresión de Fernández Díaz de que se “trata de un mensaje de generosidad e inteligencia”, me preocupa mucho. Y le sugiero que se meta la generosidad por donde le quepa.