Matando viejos
Esopra
No sé dónde poner esto, pero habiendo cuidado unos cuantos viejos y habiéndome dedicado a asuntos de residencias una buena temporada, presto especial atención a estas noticias, luego acusan a otros de querer matar a los viejos:No sé si la noticia está directamente relacionada con lo que cuento, pero seguro que algo sí.
Y explico un poco porqué todo esto está tan mal.
Hace ya tiempo que sabemos que los poderes públicos se empeñan en que somos todos idiotas y tienen que cuidarnos y decidir qué hacemos de la cuna a la tumba.
Hace ya también tiempo que, transferidas funciones, las autonomías entablaron una especie de competición legislativa a ver quién la tenía más larga. Esto se tradujo en una escalada sin sentido en exigencias normativas, entre ellas, las exigencias para cuidar a los viejos en un establecimiento.
Si una comunidad ponía una ratio viejos/cuidador X, la comunidad de al lado duplicaba al año siguiente el nº de cuidadores. Bien, esto es casi una caricatura, pero no tanto, y por ahí iban los tiros. Que si más cuidadores, más enfermeros, más médicos, pedicura, peluquería, espacios disparatados…
Esto llevó a hacer prácticamente inviable cualquier iniciativa privada sensata, quedaron prohibidas de facto las residencias baratas, se desincentivó que la gente administrase bien su ahorro, total, no le iba a llegar y debería de cualquier forma pedir asistencia (¡ponerse a la cola!) de la caridad pública, que para pagar tan elevadísima factura autoimpuesta no tuvo más remedio que detraer más pasta del bolsillo del ciudadano, incluso del bolsillo de aquellos a quienes decía “ayudar”.
Además, lejos de establecer unas condiciones mínimas sensatas y asumibles, donde pudiese haber una oferta amplia para todos los bolsillos (incluso los públicos), el subirse a la parra con exigencias disparatadas obtuvo resultados viceversos (pero previsibles para cualquier no iluminado) a lo esperado, es decir, incentivó la proliferación de residencias piratas, estas sí, en condiciones lamentables.
Siempre va a haber un nº indeterminado de hijos de puta, pero eres realmente un estúpido (como mínimo) si desde el Boletín Oficial les das alas.
Muchas residencias de nuevo cuño, no pudiendo permitirse tanto gasto, no tuvieron más remedio que llegar a convenios con las AAPP muy por encima de lo exigido en las ¿17? leyes.
El resultado de este desenfreno y desbarajuste legislativo tuvo pues varios efectos, busquemos si hay alguno bueno:
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Encarecer hasta niveles disparatados el producto.
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Expulsar del mercado al segmento de producto de precio barato-moderado.
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Desincentivar el ahorro por falta de expectativas de apañárselas uno mismo.
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Desincentivar en general que cada unos piense en cómo arreglar sus problemas, los instrumentos para hacerlo están penalizados y un clase medio-pelo, aunque se esfuerce, no va a llegar, tira la toalla.
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Desincentivar las iniciativas altruistas.
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Poner en el mercado más inmuebles en hipotecas inversas para quienes ni podían pagárselo ni eran lo bastante pobres para la caridad oficial (que, recordemos una vez más, ni es gratuita ni es para todos, por mucho que digan lo contrario). Justo lo que le hacía falta al mercado, vamos. Como colateral, esto ha producido despatrimonializaciones familiares nada desdeñables.
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Crear, en la ley de dependencia, nuevas partidas presupuestarias por las que necesitas cobrar más impuestos para remediar las cagadas previas por las que también cobraste más impuestos.
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Incentivar que quienes pudiendo, no quieren y se ponen a la cola a ver si les toca argo, teniendo “derecho” o peor, falsificando y disimulando datos.
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Seguro que me dejo algún muy benéfico efecto más, vosotros diréis.
Y al final, claro, debemos 28 M€ al cuidado de viejos, y seguro que es que Espanya ens roba y tal.
Venga, no jodamos, no somos TAN imbéciles como creéis.
Haciendo un símil, es como si el gobierno, en su afán de que nos transportemos cómodamente y con seguridad, publicase en el BOE que como mínimo debes tener un BMW y que está prohibida la venta y el uso de cualquier cacharro por debajo de ese nivel (Maribel).
Se puede añadir el dato de que pequeñas corporaciones, al calor de ingresos extraordinarios de burbujas varias (inmob, eólica…) se embarcaron en megalomanías de proyectos inviables (por varios conceptos), en innecesarios (por varios otros conceptos) que llegaron a abrir y se terminaron transfiriendo a las CCAA con unos costes brutales.