Rosita refundadora.
Por lo que dicen en la radio, ayer debió haber eso del debate sobre el estado de retrete. Y parece que entre los payasos, solo Rosa Díez dijo algo como para fijarse (sin reírse). Normal, listilla sí es.
“Les proponemos un Pacto de Legislatura en el que todos nos comprometamos a aprobar por la vía de urgencia las reformas legales que hemos señalado, incluida la Ley Electoral, para abrir a continuación un periodo constituyente que ponga a nuestra democracia a la altura de las exigencias del siglo XXI y permita la refundación del Estado según los procedimientos democráticos y con el protagonismo de los ciudadanos”
La primera parte era previsible. Yo he venido aquí a hablar de mi libro. O de mi cuota de poder, a través de un cambio en la ley electoral. Pero, o yo me acuerdo mal, o cuando el blog de Rosa Díez en Basta Ya -ese que han tenido que esconder para que no lo conozca la historia-, Rosita se ponía hecha una furia contra los que decíamos que la Constitución no tenía parcheo posible. Que tal vez tuviera razón, y fuera imposible un pacto y ambiente suficiente para una profunda reforma constitucional, si no una constitución nueva del todo, pero que lo que hay no daba más de sí.¿Todavía hay gente que se trague las pastillas de esta demagoga de chichinabo? Pues ya pueden bucear en su discurso, para buscar algún detalle que permita sospechar la existencia de alguna idea concreta detrás de la propuesta. Sí, quiere “refundar”, ¿pero sobre qué base o cambio? ¿Qué diferencia va a conseguir que lo nuevo sea distinto -y mejor- que lo refundado?
Lo primero y principal, una nueva ley electoral. Que la que hay le perjudica precisamente a UPyD. ¿Y un cambio hacia dónde? ¿Tal vez a circunscripciones de un diputado, con sistema mayoritario de doble vuelta, para que haya una relación más directa entre el diputado y el votante? Nei, nein, nein. Rosa María quiere exactamente lo contrario, y por no mejor razón que porque eso es lo que le beneficia a ella.
¿Y qué mas? ¡Ah, fácil!
- No insistir en "fórmulas inmovilistas o fracasadas".
- Evitar la "vieja política viciada".
- Una reforma “que defina un modelo territorial que garantice la unidad e incluya la diversidad. ¡Qué bonito! ¿Y qué modelo, si puede saberse? Da la impresión de que esta vez no se atrevió a soltar lo del Estado Federal de Intensidad Media Cooperativo, que llevan en los estatutos, o programa, o no me acuerdo ya dónde. Lástima, porque con el peñazo que debió de ser, hubiera venido muy bien una hemicíclica carcajada.
Y eso es todo lo que yo puedo encontrar. O sea, nada. Lo demás, una crítica genérica a lo que hay, exactamente igual que la que podrías oír en cualquier barra de bar, o en un casino de pueblo. Y es bastante preocupante, porque siendo doña Rosita una demagoga con bastantes más de 30 años de profesión a cuestas, está convencida de que la gente todavía compra humo. Y yo no me atrevería a despreciar esa opinión. De eso que Rosa llama "la vieja política viciada", probablemente es de las primeras de la clase.Más preocupante aun, no es pequeña de la parte de la prensa que considera que la verdadera oposición fue Rosa Díez. Dando a entender que estamos entra la Nada con Pintas (con Gorriarán escondido en la faltriquera) y Bobo Solemne II.