Mikel Buesa: más sobre la operación de blanqueo del terrorismo.
Mikel tiene otro artículo imprescindible en su blog.
Tiene mérito, porque es particularmente deprimente mantener una lucha perdida en un asunto especialmente asqueroso, y especialmente obvio. Una puta locura. Sí, tiene más motivación que los demás, pero no todos los igualmente motivados lo hacen. Ni mucho menos.A mi, de lo que cita, me motivan sobre todo dos casos. Por una parte la participación entusiasta del PSOE (y del PP) en el blanqueamiento del terrorismo. No insistiré; es demasiado evidente, y dan ganas de potar. Y por otra parte la gente que podría resumirse en Laura Mintegi. Después de todo, Otegi está más o menos en su papel. La imagen como de salvaje delincuente juvenil entrado en años. No hay disimulo por ahí, y siempre habrá antisitema a los que les entusiasme. Pero Mintegi es la imagen de la monjita laica y académica, que proclama por todos los poros su bondad intrínseca y lo razonable que es. La filosofía es clara. Se trata de …
O sea, se trata de repartir una gran mancha de tinta de calamar. Cosa de que no podamos distinguir a una victima que lo es por haber sido asesinado arbitrariamente, y por la espalda, de otra que lo es porque su pobrecito hijo está en la cárcel por haber asesinado a alguien. O que tal vez sea "victima" porque Vasquilandia no es independiente y a él le molaría que lo fuera. Otros alegan (Mintegi misma) que son víctimas porque Franco hizo malas cosas mucho antes de que nacieran. Deben de ser víctimas hereditarias, o algo así. Y eso, según Mintegi, genera "violencias", que están muy mal, pero se pueden entender. Entender y, aparentemente, aplaudir.Reconocer al prójimo, reconocer a todas las víctimas y a todas las violencias que se han producido en Euskal Herria
Y así, la bondadosa académica nos está proponiendo que no distingamos entre la violencia contra la opinión, y la violencia contra los actos. Entre la violencia arbitraria, en la que el asesinado no tenía la menor oportunidad de saber que corría un riesgo de ser asesinado, y la violencia reglamentada y perfectamente formalizada propia de la ley y los estados. Entre la violencia con juicio y derecho de defensa, y la violencia contra alguien que -¡algo habrá hecho!-, aunque no nos importa gran cosa enterarnos y entrar en detalles. Por no hablar del que simplemente pasaba por ahí. Pero ya se sabe; como hubo Franco antes de que naciéramos, ahora te puede tocar la china simplemente por estar en un lugar y momento de mala suerte. El problema es que la mala suerte depende de las decisiones (y los aplausos) de Mintegi y sus aplaudidos. Y el problema es que se puede apostar que Mitegi es una ferviente luchadora contra la pena de muerte. Académica.
En resumen, estamos blanqueando mucho más que a unos asesinos con nombre, y sus ayudantes. Estamos blanqueando la idea del asesinato (arbitrario y por la espalda) como herramienta política. Con la única excusa de que como ya no, pelillos a la mar. Y “reconocer a todas las víctimas y a todas las violencias” supone, estrictamente, negarse a distinguir la violencia legítima de la ilegítima. La primera piedra de la civilización. Pero después de todo, la idea surge formalmente del Prostitucional. O sea, todos.
Santiago González tiene una entrada muy buena:
En el konflikto armado que enfrentó a Txapote y Miguel Ángel Blanco, creo que lo pasó peor éste. Y en la noble liza del komando Araba con Buesa y Díez Elorza también resultaron más perjudicados estos últimos.