¿Ateos, o "ateístas", cuando hablamos de cafres?
Tiene guasa la cosa:
Los ateos han decidido poner a prueba a Cristina Cifuentes. Este colectivo, que desistió de manifestarse el Jueves Santo después de que la delegada del Gobierno en la capital prohibiese esta cita argumentando que la solicitud había llegado fuera de tiempo, ha convocado una protesta para el 26 de abril a favor de la escuela laica y de la libertad de expresión y manifestación.
La marcha, convocada por la Asociación de Ateos y Librepensadores de Madrid (AMAL), se desarrollará …
La vieja España de pandereta, donde un poco de rigor parece como que doliera. Para empezar, hay montones de ateos a los que ni se nos pasa por la cabeza manifestarnos contra los cuentos de los demás. Así que los cafres no pueden usar el nombre de todos. Serán “ateístas”, rawandis, o como quieran llamarse; pero como los ateos normales no son. Exactamente lo mismo que no todos los vascos somos “vasquistas”, ni todos los franceses gilipollas.Después está que manifestarse el Jueves Santo -y contra los que celebran el Jueves Santo- no es libertad de expresión. Habiendo 365 días al año, se trata de reclamar la libertad de dar por saco. Y eso es otra cosa. Y lo remata Cifuentes, muy mariana, con eso de que “la solicitud había llegado fuera de tiempo”. ¿Qué fuera de tiempo ni qué niño muerto? Ese día está ya cogido, por la cultura, y contra-manifestaciones no se debían permitir. Ninguna.
Claro, luego resulta que la mayoría de la población está de acuerdo con el acoso a los políticos en su domicilio, y todo el comportamiento típico de la jauría de perros. Pero mi sorpresa mayúscula ha sido que, por una vez excepcional, mi comentario en Menéame no ha sido frito a negativos. Menéame, que es la radiografía de la jauría.