Urkullu: Vascuence por saco, con vaselina. Y con respeto "verdadero".
Yo no sé si Urkullu es un cenutrio. Lo parece, pero no le conozco. La voz de bobo no es un síntoma seguro, aunque apunta. De hecho, de toda la payasada (política) española, su forma hablar es la única que recuerda ostensiblemente a la del rey.
Para situarse, ponerle voz Urkullu, o de rey, a estas palabras suyas:
Sostiene [–>] que para lograr la “normalización” …
"las personas monolingües deberían mostrar poco a poco, y con convencimiento, una actitud positiva para impulsar el euskera y facilitar su uso"
"la base más sólida de las políticas lingüísticas públicas es el acuerdo"
debe lograrse "el respeto verdadero" a la elección lingüística de cada ciudadano, por lo que hay que seguir avanzando para conseguir una sociedad formada por ciudadanos bilingües.
Ustedes me disculpen hacer una entrada como para niños de unos siete años. Hay que ponerse en situación y saber a quién se dirige uno en cada momento.Hablemos con propiedad. Cuando Urkullu y el resto de fanáticos del vascuence dicen “monolingüe”, de ningún modo se refieren a las personas en Vasquilandia que solo sepan / usen una lengua. De hecho es muy normal que se estén refiriendo, entro otros, a personas que hablan (y usan) unas cuantas. Pero en lo que llama “bilingües” -que por otra parte tampoco tiene nada que ver con dos lenguas- parece predominar una fascinante imprecisión léxica. Y así, “monolingües” son los que no hablan vascuence. Y por “bilingües” quiere decir los que hablan vascuence y español. O sea, todos los que hablan vascuence , que no tienen más remedio que hablar, además, una lengua añadida de utilidad.
Pues bien, el fenómeno dice que debe lograrse el respeto “verdadero” a la elección lingüística. No debe tratarse de un respeto a secas, porque si no diría respeto, y punto. No, es un respeto teñido de entusiasmo y convencimiento para impulsar … por ejemplo la elección lingüística que no quieres elegir. Digamos el vernáculo inútil. Y de esa forma se cierra perfectamente el círculo, puesto que tenemos un acuerdo, consabida base imprescindible de la cohesión.
Acojonante. No consta si se sacó el chupete de la boca cuando hablaba. Franco tenía la democracia “orgánica”, y estos tienen el respeto “verdadero”. Que es el que se consigue cuando acojonas y presionas lo suficiente a una sociedad eminentemente borrega , que se encoje de hombros y se pliega ante cualquier banda de delincuentes juveniles - normalmente entrados en años.
Solo para Urkullus: respetar la elección lingüística es que respetes, un poner, mi decisión de que me importa un carajo la suerte que corra el vascuence. Eso no produce una sociedad cohesionada, pero es que la cohesión es propia del fascismo, y de otras dictaduras que tampoco me seducen. Respetar la elección lingüística es que tengas la(s) lengua(s) que te pete(n), y yo la(s) de mi propia elección. Respetar la elección lingüística no es que yo deba mostrar poco a poco la actitud que a ti se te ponga en tus caprichos. Respetar la elección lingüística no es conseguir -y con mi entusiasmo- lo que tú quieres lograr. Eso es exactamente lo contrario de respetar.
En resumen: Respeto a mi elección lingüística es lo que yo te exijo. Y el “respeto verdadero” te lo puedes meter por donde te quepa. O por donde más te guste. Y así, la vaselina, para ti.