Plazaeme preservado

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Un impuesto que podría amar un liberal: Tasa al CO2 basada en pruebas

Es una propuesta del economista canadiense Ross McKitrik, presentada anteayer en una sala de la Cámara de los Lores. Tiene la extraordinaria característica de poder contentar  -en teoría- tanto a los convencidos de que estamos achicharrando la tierra con las emisiones de CO2, como a los que se quedan completamente fríos ante esa alarma imaginaria. Y tiene la virtud de simplificar el problema y sus soluciones, como si se tratara de un bisturí intelectual. Lo que no debe de ser es tan fácil de explicar, porque se ve que mucha gente no lo entiende. Por las pegas irreales que le han puesto en la discusión en WUWT y en Bishop Hill.

Partimos de que el convencimiento de que las emisiones de CO2 producen un calentamiento catastrófico ha llevado a una serie de políticas para reducirlas. Todo tipo de actuaciones. Desde tasas a las emisiones, mercados de permisos para emitir, subvenciones a generaciones ineficaces de energía, prohibición de algunos sistemas, etc. Y todo ese desbarajuste lo basan en un problema hipotético que no se ha demostrado, pero que aseguran que ya está ocurriendo. Y MacKitrick lo simplifica así (las palabras son mías): Si ya está ocurriendo, pero no sabemos hasta donde puede llegar (el rango del IPCC es amplísimo), ¿por qué no sustituimos todas esas políticas desordenadas por un impuesto a las emisiones que dependa directamente del calentamiento? Así:

- Una "política climática" única: impuesto a las emisiones.

- Un impuesto fiscalmente neutro (no se añade a otros, sino que se rebajan otros impuestos por la misma cantidad recaudada).

- La cuantía del impuesto, que empieza por una cifra muy baja que no puede afectar a la macroeconomía, depende exclusivamente del calentamiento. Si hay calentamiento, el impuesto sube  mucho (pero siempre fiscalmente neutro). Si no hay calentamiento, se queda en una cifra irrelevante.

Se produciría un efecto inmediato importantísimo. Las empresas, sobre todo las que más energía consumen, necesitarían saber lo que van a tener que pagar dentro de unos pocos años. Para decidir si necesitan embarcarse en inversiones para reducir sus emisiones, o no. Y entonces la predicción (la ciencia) saldría de su reducto académico, donde los que hacen las predicciones en ningún caso sufren consecuencias por equivocarse, para entrar en un esquema de "ciencia de mercado". Donde nadie está interesado ni en exagerar, ni en cerrar los ojos.  Cuando nos jugamos los cuartos, se acaban las "alegrías". Y todo el mundo tendría muy claro de qué va a depender la "política climática" en el futuro.

No habría el caso de -ahora pongo estas subvenciones, y ahora las quito porque me he pasado-. No habría error posible. Si no hay calentamiento, o es muy poco, ese impuesto fiscalmente neutro no nos empobrece. Y si hay motivos de verdad para temer un problema (calentamiento), mucho mejor que nos lo diga una ciencia pagada por alguien al que va salir muy caro si se equivoca. Además, se puede ir corrigiendo sobre la marcha. Lo harían, por la cuenta que les tiene.

En palabras de McKitrick:

“If the climate models are correct, the carbon tax will rise significantly as CO2 levels rise; but if the temperatures remain stagnant or low, then the tax and its economic cost will remain low too. Either way we get the right outcome, and the market will reward industries and investors who make the most objective use of available science in forming long term plans.”
Tiene otra ventaja, nada despreciable. Muestra a las claras si los que dicen que están tan alarmados por las emisiones lo están de verdad (pero sorprendentemente no están haciendo nada útil al respecto), o si se trata de otra cosa.

Enlaces (son documentos breves).

El impuesto:

Discusiones:

  • viejecita 2013-07-05 08:41:29
    Plazaeme ¡ Caray ! Es lo que nos explicaste ya en el hilo del día 3, y que parecía que no se le iba a hacer ninguna publicidad. ¡Y la ha presentado en la Cámara de lor Lores inglesa ! A ver qué pasa ahora en la cámara de Los Comunes. Pero yo me daría con un canto en los dientes si en nuestro Senado se presentasen propuestas originales de este tipo... Incluso les perdonaría los pinganillos... ¡Muchas gracias por traer la noticia, !