Plazaeme preservado

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Ser "calentólogo" no tiene nada de malo; ser cafre y cobarde, sí. Hay que desmantelar el IPCC.

1. Cafres.

Jean-Pascal van Ypersele es vicepresidente del IPCC, y participa como asesor científico de las NNUU en las conferencias referentes al clima. Y tiene el don de la sinceridad -o de la falta de vergüenza científica-, como se ve en este tuit suyo.

jean-pascal-van-ypersele-ipccLa tesis es la clásica de cualquier organización cafre de activismo político. Cualquier pensamiento crítico (con el mío) es tan esencialmente maligno que no merece un lugar en el espacio del debate público. Y para lograr tan loable propósito, hacen campañas -como esta del tuit- contra cualquiera que se atreva a permitir hablar al hereje. Su mensaje va con copia al periodista autor de la salvajada, y a Michae E. Mann, el del "palo de hockey". Como diciendo: -mirad que buen chico soy, y qué bien me porto-. También va con copia a Google, para aumentar el tamaño de la ola que merecen por su mala conducta.

El pollo es belga, y da clases en Lovaina. Un país vecino, Holanda, acaba de publicar -por la mano de su oficina meteorológica nacional (KNMI)- su opinión oficial de lo que debe hacer el IPCC para mejorar  [-->]. Cabe señalar:

El IPCC necesita ajustar sus principios. Pensamos que no es deseable limitar el alcance del IPCC al cambio climático producido por el hombre, especialmente porque el cambio climático natural es una parte crucial de la comprensión total del sistema climático, que incluye el cambio climático producido por el hombre.

Ocurre que un "escéptico" del IPCC solo es un científico que estudia esa parte natural del cambio climático, y llega a la conclusión de que es responsable de al menos la mitad del calentamiento observado en la segunda mitad del siglo XX. Y ocurre que lo más natural es que cada científico tienda a exagerar, sin darse cuenta, la importancia del factor que estudia. El que mira el CO2 le dará probablemente al CO2 más importancia de la que tiene. Y el que mira -por ejemplo- los rayos cósmicos, hará lo mismo con lo suyo. La única manera posible de hacerse una idea equilibrada de por dónde van los tiros, es darle oportunidad a todas las preguntas (factores) posibles, y mantener cuantos debates académicos sean necesarios para tratar de llegar a conclusiones.

El problema es que el IPCC ya nació con una premisa anticientífica. Estudiar el peligro    que supone el CO2 para el clima. Nació con la tesis preconcebida. En palabras de Richard Lindzen, tenían el resultado antes de empezar siquiera a investigar. De ahí que el cafre de van Ypersele se pueda permitir intentar silenciar a los que quieren investigar el cambio climático natural. Si ya partes de un resultado, y de un culpable, cualquier otro factor que intervenga en la ecuación es un estorbo que solo puede disminuir la importancia de tu campeón. Lo curioso es que a la tropa del IPCC no se le haya ocurrido pensar que lo que hacen es, con toda precisión, la definición de la ciencia basura. Es por eso por lo que hay que desmantelar el IPCC. Por cafres.

Hay una obviedad que siempre se olvida. O la ciencia es ciencia -o sea, reproducible-, o no es ciencia. Si es ciencia, la financiación (las intenciones) pueden cambiar las preguntas, pero no los resultados. Los puede replicar cualquiera. Si no es ciencia, no interesa, por mucho que nos guste el resultado. Y entonces, el único problema que puede haber con la financiación es que no parta de motivaciones suficientemente diversas, y por ello no se hagan todas las preguntas necesarias.

El caradura que protesta porque la empresa o el fulano tal (malo, malísimo) financie investigación cietífica, necesariamente es un cafre que está intentando silenciar las preguntas que no lo gustan. O eso, o no cree en la ciencia. Si fuera decente, nunca protestaría porque un estudio lo haya financiado, no sé, digamos Exxon. Solo exigiría que la ciencia sea ciencia, y que no se saquen más conclusiones que las que permiten los resultados. Si cree que la finaciación por parte de Exxon puede cambiar los resultados, entonces también cree que los resultados que sí le gustan no valen una mierda, por exactamente el mismo motivo que no valen los de Exxon. Salvo que sea tan “científico” que crea en los cuentos de buenos y malos.

2. Cobardes.

En 2009 Lord Lawson [–>] y el dr Benny Peiser [–>] fundaron la Global Warming Policy Foundation [–>]. Tiene un consejo científico bastante impresionante [–>]. Hace una función en parte de crítica del IPCC, y en parte de promocionar publicitariamente aquello que el IPCC trata de silenciar. Por los miembros que forman parte, la GWPF tiene la relevancia suficiente como para que las instituciones calentólogas británicas se vean obligadas a entrar al trapo. Lo que más odian, pero deben de pensar que no les queda más remedio. Y estos últimos meses hay un rifirrafe interesante entre la GWPF y la Royal Society. Por correo (que inmediatamente hacen público).

Como parte de la gresca, hay un intento por parte de la Royal Society de “educar” a  Lawson sobre el cambio climático, y el intento por parte  de la GWPF de convertirlo en un debate público en toda regla.

Paul Nurse (presidente de la RS):

No estoy seguro de que estés recibiendo el mejor consejo posible, y me gustaría ponerte en contacto con distinguidos científicos del clima si crees que pudiera ser útil. [-->]

Nigel Lawson:

Déjame empezar por dejar claro que estoy muy contento de aceptar tu amable oferta de un encuentro entre la GWPF y un número de científicos del clima. [-->]

Paul Nurse:

Adjunto los nombres de cinco científicos del clima de renombre internacional, radicados en UK y miembros de la Royal Society. (Brian Hoskins, John Mitchell, Tim Palmer, John Shepherd, Eric Wolff) [-->]

Nigel Lawson:

Gracias por los nombres de los cinco miembros de la Royal Society para contactar. Nuestro director, el dr. Benny Peiser, se pondrá en contacto con ellos para establecer un encuentro con un equipo de la Global Warming Policy Foundation. (Vincent Courtillot, Michael Kelly, Nic Lewis, Richard Lindzen, Matt Ridley, Richard Tol)

Proponemos esta agenda, en dos fases:

1. La ciencia del calentamiento global, con referencia especial a (a) la sensibilidad climática al CO2 y (b) la extensión de la variabilidad natural. 2. La conducta y estándares profesionales de aquellos que están envueltos en investigaciones científicas relevantes y en asesoría pública. [-->]

Benny Peiser envía las invitaciones, en los términos expuestos por Lawson, a los cinco científicos de la Royal Society. Advirtiendo que de los seis miembros del equipo de la GWPF, cuatro son miembros del consejo científico de la fundación. [-->]. También adjunta un breve documento, muy bueno, donde establece su opinión sobre las cosas en las que están de acuerdo, y en las que no. [-->]

Los cinco científicos de la Royal Society contestan a Lawson:

No consideramos que el encuentro propuesto [por Peiser] sea la manera ideal de mejorar la calidad  y amplitud de la asesoría científica de la que dispones. En todo caso confirmamos que estaríamos encantados de ofrecerte personalmente asesoramiento en cuestiones científicas específicas, tal y como propuso originalmente  Sir Paul Nurse. El documento de 2010 de la Royal Society, “Climate change: a summary of the science”, al que hemos contribuído todos, sería un punto de partida adecuado. Por favor, haznos saber si hay cuestiones científicas específicas en ese documento sobre las que desearías tener ulterior información y consejo.

Al parecer, ahora, la Royal Society no considera que el debate académico es la mejor manera exponer el estado de la ciencia.

Nota: En la época de Newton, la revista de la Royal Society (Philosophical Transactions), llevaba la siguiente entradilla en la portada:

…it is an established rule of the Society, to which they will always adhere, never to give their opinion as a Body upon any subject either of Nature or Art, that comes before them.
Viene a cuenta de la otra parte del rifi-rafe entre ambas sociedades, que se puede ver en la entrada de Climate Audit de la que he sacado toda esta segunda parte llamada cobardes. Es la tesis de Andrew Montford (Bishop Hill). Que la Royal Society ha pasado de hacer de Newton a hacer política. Recomiendo: Otros enlaces.

La obra de la que viene esa otra parte de la gresca. Clic.

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ypersele


  • Eclectikus 2013-07-14 09:43:51
    Me llama la atención que Roy Spencer, Judit Curry o el propio Lord Monckton no estén en esta fiesta. Por lo demás, estas circunstancias que cuentas deberían ser más que suficientes para que la gente sin una opinión formada, tengan una pista de lo que en realidad se cuece: un combate de Política vs. Ciencia, o una prostitución de la Ciencia para dar empaque a unas políticas que no hay por dónde cogerlas.
  • Ardelar 2013-07-14 09:50:06
    Muy buena entrada, pero discrepo con el título. Pienso que ser "calentólogo" sí es malo. Los "calentólogos" llevan muchos años amenazando con desastres inimaginables que no van a poder demostrar que se han producido (o no) hasta dentro de muchos años, pero para ese entonces la mayoría de ellos ya no estará aquí. Han convertido al CO2 en un gas venenoso y quieren que se reduzcan sus emisiones sin saber qué peso tienen dichas emisiones dentro del balance radiativo (puesto que aún no han podido demostrar su teoría), con las consecuencias (sobre todo económicas) que eso conllevaría.