La leyenda de Ansar.

Reconozco que a mi tampoco me cae bien Aznar. No sé, tiene pinta de gilipollas. Pero por otra parte, ni es el único, ni la pinta la tiene en un nivel de récord mundial, ni nada. Y aparte de ese inconveniente -¿y quién no tiene alguno?- sí tiene algunas ventajas. No es tonto de baba, como Zapatero. Ni un muerto viviente, como Rajoy. Y es pequeñín, como manejable. Nada que dé a entender por qué se ha convertido en lo más odiado por la borreguería española.

Alucina:

Conduce a esto:

No sé de dónde sale la broma, pero no se puede ser tan subnormal como para pensar que eso está escrito en las memorias de nadie. Pero sí. El fenómeno del Revilla ese (no sé ni quién es) se lo ha creído:

No sólo él. Como dice Galli, miles de Revillas más ... y porque no tienen más ancho de banda.

Buscando, he dado con el autor, que lo explica:

• Sobre las falsas memorias de Aznar

A diferencia de otros escritores de comedia, yo no intento colársela a políticos ni a grandes medios (en los que, por otra parte, trabajo). De ahí que, cuando hago una parodia, intente exagerar mucho, pero mucho, para que no quede la menor duda de que se trata de una broma.

Zapatero se sacó el pene, Benedicto XVI era alcohólico, el jefe de ETA negociaba con Botín y Aznar recibió un mensaje de Dios. Insuficiente, por lo visto.

Tras su publicación, la parodia de las memorias de Aznar corrió como la pólvora por las redes sociales y los medios como si fuesen verdaderos extractos del libro de Planeta. Algunos medios rectificaron cuando se enteraron de que era una parodia. Algunos contactaron conmigo para verificarlo. Otros no.

Hoy la situación se ha vuelto aún más absurda cuando un político ha criticado públicamente al expresidente por culpa de mi parodia. Ha sido Miguel Ángel Revilla.