Los cuentos adquieren vida propia
Pasa siempre. Inventan un cuento para conseguir un objetivo. No sé, una raza vasca pura, sin contaminación de judíos, moros, u otras lacras étnicas. Sirve para desplazar a los amanuenses y secretarios judíos de la corte, y ocupar su lugar. Pero con el tiempo el cuento puede hacer su propio camino, convertirse en odio al contaminado, y se acabó el chollo de la corte - porque todo el país de la corte está contaminado menos tú. Y acabas encerrado en una reserva india, una especie de parque etno-temático (etno-maníaco) llamado Bildustán. El cuento te ha llevado al exacto contrario de aquello para lo que fue inventado, y con unos cuantos asesinatos y dramas por medio.
El cuento del clima está siguiendo el mismo proceso. Primero era un problema de calentamiento - cuando parecía que había calentamiento. Se trataba de conseguir que la gente pague más impuestos, y poniendo buena cara. Para salvar el mundo, ¡qué menos! Al final, la jugada más clásica; sacar dinero de todos los bolsillos para ponerlo en los bolsillos de unos pocos. Pero claro, en los bolsillos de unos pocos de los que inventaron el cuento. Si no, no tendría gracia.
Luego el calentamiento se paró, o ya no parecía tanto. Pero como el cuento era muy versátil, y hablaba también de “cambio” y “extremos climáticos”, estos se convirtieron en los nuevos protagonistas. Cada extremo climático, que siempre ha habido, ahora es cosa y culpa del cuento. ¡Bravo!, así metemos mucho miedo, y la gente paga con una sonrisa angelical. Y con cada huracán o temporal un poco desmadrado (pero normal), ¡leña al fuego! Nada más fácil de demostrar que los daños aumentan. Si hay más riqueza y más gente en la misma trayectoria, por narices el mismo efecto va a causar más pérdidas y más muertes. Es un cuento imbatible.
Pero … los cuentos adquieren vida propia. Y los países menos ricos (unos 130) exigen reparaciones a los más ricos, por cada pérdida que ocasione cada extremo climático. Después de todo, el grueso del mal (el CO2 emitido y acumulado) lo han tirado ellos. Es enteramente lógico, según la lógica del cuento. El problema es que no es tan lógico desde el punto de vista del objetivo original del cuento. Que era forrarse a cuenta de los pringados … ¡pero forrarnos nosotros, ¡caramba!, no ellos.
Tal parece que el cuento esté andando su propio camino, sin tener de ningún modo en cuenta el guión original del artista que lo creó. Ya lo dijo Pirandello. Criaturas de mi espíritu, estaban viviendo una vida que era de ellos y ya no mía, una vida que no estaba en mi poder negársela.Ahora la gracia está en ver quién es el guapo que mete el cuento en la jaula, sin quedar como un perro.
Actualización:
La gran Connie Hedegaard. La que ve la mano del CO2 en cada problema que ocurre:
“The EU understands that the issue is incredibly important for developing countries. But they should be careful about … creating a new institution. This is not [what] this process needs,” said Connie Hedegaard, EU climate commissioner. She ruled out their most important demand, insisting: “We cannot have a system where we have automatic compensation when severe events happen around the world. That is not feasible.” –John Vidal, The Guardian, 20 November 2013
Les ha salido el cuento por la culata. Listos.