¿Son iguales los asesinos etarras que los asesinos y violadores vocacionales?
Alucino. Con esto de la suelta de multi-asesinos, la gente anda discutiendo y muy revuelta. Y en general desde dos puntos de vista a cada cual más aberrante.
La gente de un espíritu que podríamos llamar zapateresco -por abreviar- destacan que no se puede comparar asesinos. Que no tiene nada que ver el que lo hace por una ideología política con el que no tiene una disculpa tan espiritual. Curiosamente, jamás se les pasaría por la cabeza aplicar esa diferencia si la angelical motivación del asesinato fuera digamos de extrema derecha. Crímenes de nazis, fascistas, franquistas, pinochetistas, etc. O mejor dicho, sí aplicarían esa diferencia, pero justo en sentido contrario. En el sentido de que es más disculpable y merecedor de una filosofía de reinserción el asesino común que el asesino nazi.
La gente de tendencia -digamos por abreviar- de derechas, rechaza esa diferencia. Y señala que tan asesino es el común como el político, y no tiene sentido andar cogiéndosela con papel de fumar.
Ninguno de los dos grupos parecen muy partidarios de pensar. Por ejemplo, preguntarse … ¿por qué? ¿Por qué hay un derecho penal, y penas de cárcel?
En primer lugar es por venganza, sí. Pero venganza civilizada, institucionalizada, pública; por contra de venganza personal.
RAE. Venganza:
- f. Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos.
- f. desus. Castigo, pena.
- Venganza (justicia, reparación - siempre muy parcial, porque no se puede reparar la pérdida de una vida)
- Ejemplo.
- Cambio (reinserción).
- Venganza. Si se trata de reparar el daño (irreparable), la pena debería de ser muchísimo mayor para el asesino de grandes causas espirituales que para el asesino vocacional. Especialmente en el caso del terrorismo. Porque su ataque no es solo a la persona que lo ha padecido directamente, sino a toda la sociedad. Quieren cambiarla, asesinando. Por ejemplo, que dejes de pensar lo que piensas, o al menos de expresarlo. Y no el eliminado, sino todos.
Y supongo (espero) que la pena sí sea mayor. Pero si luego, con la gimnasia de los reglamentos penitenciarios, se desactiva esa mayor pena (si lo es), pues es una aberración.
-
Ejemplaridad. Parece que debe ser mucho más útil para el caso del asesino político que para el de vocación. El que quiere salvar un pueblo, la justicia universal, o el cuento que quiera tener en la cabeza, lo puede hacer por otros medios. Más lento -tal vez- pero poder, puede. El que le gusta asesinar, violar, etc, no.
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Cambio (reinserción). No soy psicólogo, y no tengo ni idea de si se puede cambiar una afición de ese tipo. Pero el asesino idealista parece muy especialmente “reinsertable”. Conocemos demasiados casos como para ponerlo en duda. El problema es el significado de “reinserción”. Solo puede querer decir una cosa. Que haya interiorizado, comprendido, que no debió de asesinar. Pero de ningún modo puede pensarse que la “reinserción” consista en que su banda decida que ahora asesinar no es la estrategia más adecuada. Eso es el exacto contrario de cambio (re-educación) alguno. Porque quiere decir que sigue pensando que asesinar o no asesinar depende de las circunstancias o conveniencias.
El presidente de Sortu:
Hace 35 años la izquierda abertzale hizo una elección que consideramos hoy más que nunca acertada. No participamos en un juego que no tenía nada de democrático, y nos hemos dedicado durante todo este tiempo a poner encima de la mesa las contradicciones de ese tiempo supuestamente democrático, y las hemos pagado y muy caro además. Y no estamos dispuestos a rechazar ni a revisar nada de aquello. Es más, reivindicamos con todos nuestros errores lo que fuimos y lo que somos, lo que hemos hecho y lo que hacemos, como no puede ser de otra manera. [-->]
En resumen. De las dos posturas aberrantes (son iguales / no son iguales que los asesinos vocacionales), la opinión zapateresca sería mucho más acertada ... si aplicaran a los etarras el mismo esquema que aplican, por ejemplo, a los nazis. No son iguales que los asesinos vocacionales; son mucho peores, mientras no cambien. El daño es mucho mayor; el mal ejemplo es mucho mayor -- mientras no cambien; y la reinserción es completamente inexistente -- mientras no cambien.