"Tiempo de canallas", en Bilbao, el miércoles.
La presentación del libro de Teo Uriarte, quiero decir. Tiempo de canallas. La democracia ante el fin de ETA. Miércoles 4 de diciembre, Hotel Ercilla, 19:30. A cargo de Ernesto Santoyala y Santiago González.
Del prólogo de Jorge M. Reverte
Cuando pedimos a la compañía el permiso para rodar las escenas, nos extrañó la suspicacia con que atendieron nuestra explicación. Porque se trataba de una compañía catalana de tintes progresistas. (Si no lo hubieran sido, no habrían puesto Antígona en su repertorio). Nos pidieron un tiempo para responder a la petición, se reunieron en asamblea y decidieron que no. Porque “no sabemos para qué y cómo se va a utilizar”.
Yo debo ser muy torpe, porque no sé conozco ninguna manera de utilizar Antígona salvo la obvia. Resultó, sin embargo, que lo que provocaba la suspicacia y el rechazo era que se trataba de víctimas del terrorismo, de víctimas españolas del terrorismo. ¿Cómo iban a verse involucrados en algo así unos bienpensantes y progresistas actores? ¿Y si las víctimas lo utilizaban para ofender a los asesinos en su vertiente progresista, es decir, de lucha contra la opresión española?
Así quedó la cosa. No pudimos utilizar el recurso dramático porque eso podía herir la sensibilidad de algún asesino.
Hace un año, más o menos, yo recomendé, a petición de un gran editor, a Teo Uriarte para que escribiera un libro sobre el País Vasco (el asunto, el conflicto, como quieran ustedes calificar lo que allí ha pasado y pasa). El editor comenzó pronto a mostrar sus dudas. Las opiniones de Teo (los hechos desgranados por Teo) eran muy parciales, tenían un punto de vista unilateral… ya se sabe.
../..
Teo dulcificó algunas exposiciones y entregó un texto que era tan impecable como el original pero que evitaba con habilidad ofender hipersensibilidades nacionalistas (catalanas esta vez).
El resultado fue que la editorial se negó a publicar el texto ..
Tiempo de canallas.
Del libro de Uriarte:
El nacionalismo surgido de ETA sigue buscando el vencer y no la convivencia democrática. Quiere una victoria total que dé futuro a su proyecto político. Si tal acontece, se podrá concluir que ETA no ha sido derrotada ni ha desaparecido