¿Y el dinero de la alarma del clima no cuenta?
Los alarmistas del clima suelen usar como uno de sus grandes “argumentos” la mentira de que los que plantean preguntas inconvenientes lo hacen movidos por un interés bastardo. Dinero, que según ese argumento proporciona “Big Oil”; los hermanos Koch; y otras maldades del universo. No es mal argumento. Si no de lógica, al menos publicitario. Después de todo es prácticamente imposible demostrar que alguien no te paga. Y como en publicidad se puede invertir la carga de la prueba …
Los críticos del IPCC suelen contrarrestar con dos ideas que, siendo obvias, no son fáciles. Que no es ni remotamente comparable lo que puedan gastar los hermanos Koch con lo que gastan los gobiernos, precisamente por la existencia de una alarma. Vaya, que el dinero, muchísimo, depende de que haya alarma. También es evidente que el interés material (si lo hubiera) de quien plantea preguntas, es irrelevante. En ciencia, y en conocimiento en general, es clave que se hagan todas las preguntas. Solo así puedes estar (más o menos) seguro de que estás mirando todas las esquinas del tablero. Y si hubiera que pagar para que se hagan todas las preguntas, bienvenido sea el dinero. Cuanto más, mejor. Pero los creyentes poseen “verdades”, y no necesitan mirar nada más que la esquina verdadera. Cualquier astrólogo o creacionista te lo puede explicar.
La novedad, hoy, es una visualización patente que ha ocurrido del dinero alarmista. Espectacular. En Australia la discusión del “calentamiento global” está muy viva. Especialmente en política, muy al contrario que en Europa. El gobierno anterior, socialistas + verdes, hizo gran hincapié en poner impuestos para combatir el calentamiento global. Y la derecha se atrevió a plantear combate. Preguntando qué beneficio se podía esperar de todo ese gasto. Política con mayúsculas, vaya. Política en el sentido no peyorativo del término. Ganó la derecha.
Y el nuevo gobierno está cambiando las cosas. Debe ser que relaciona las promesas electorales con la posterior acción política. Y entre los cambios, está el gasto en la cosa del “calentamiento global”. Si no creemos que haya una alarma, y no creemos que el gasto produzca nada que lo justifique, reducimos el gasto. De cajón.
The funding for all government programs related to climate change is set to shrink at an alarming rate, going from $5.75 billion this year to a scant $500 million in the next four years. [-->]
De 5.750 millones en un año, a 500 millones. La cuenta es muy fácil. La alarma les produce a los investigadores australianos 5.250 millones al año. Sin alarma, no hay pasteles. ¿Qué tal queda eso en el argumento del "interés bastardo"? ¿Cómo funciona la gimnasia de que no hay que escuchar a los "escépticos", porque tienen un interés monetario, pero sí hay que hacer caso a los alarmistas, porque son puros como los ángeles (y viven del aire)?A mi no me funciona muy bien. Y sí, ya sé; lo sabíamos. Era evidente. Era inevitable. Pero hay gente un poco cerrada que no puede pensar sin ejemplos. Aquí tienen uno.
Vía WUWT: