Un partido que se dice "no autoritario". Y "regenerador" y tal.
El artículo 12.3b califica como falta grave «las manifestaciones» que, «excediendo la libertad de crítica», «desprestigien al partido, dañen su imagen pública y sean descalificatorias del mismo o de cualquiera de sus órganos». El 12.3c condena «la ofensa personal grave a cualquier afiliado, simpatizante o cargo público» que «menoscabe su prestigio y la imagen pública de los órganos del partido y de sus miembros cuando se produzcan con publicidad».
Son los artículos de los estatutos por los que le acusan a Sosa Wagner -y tres más- en UPyD.Queda demostrado que en UPyD la libertad de crítica tiene límites, y que son unos límites distintos de los del código penal. Tampoco están tasados en un papel, ni se basan en una jurisprudencia. Nadie en UPyD puede saber, antes de criticar, si va a exceder la libertad de crítica. No hay forma humana. Y es algo muy delicado, porque criticar al partido siempre se puede interpretar como un desprestigio o descalificación del mismo. Si dices -mi partido está haciendo mal esto y esto- lo estás desprestigiando y descalificando, por mucho que sea para mejorarlo. O sea que cualquier crítica al partido, desde dentro, siempre puede ser objeto de sanción grave. Depende enteramente de lo que se le ocurra decidir al que lo juzga.
¿Y quién lo juzga? ¡El consejo de dirección! ¿Y quién ha nombrado al consejo de dirección? ¡Rosa Díez!
- Que no, que no, que ha sido elegido en unas elecciones.
- Y un huevo. En las elecciones se ha elegido al grupo encabezado -y seleccionado- por Rosa Díez. Todos deben su puesto a Rosa Díez. Punto.
Es verdad que hay un pequeño engaño intermedio en forma de Oficina de Buenas Prácticas. Pero esa oficina ha sido elegida por el mismo procedimiento. Rosa Díez elige los miembros que se van a presentar como candidatura de la dirección. Y la gente ya no tiene que saber nada más. Son los elegidos por Rosa Díez. Amén. EL único intríngulis es si en el congreso van a ganar las candidaturas de Rosa Díez (para el Consejo de Dirección, Oficina de Buenas Prácticas, etc), o las otras. Pero gane el que gane, el jefe de ese grupo ha elegido a todos los componentes de la dirección de ese grupo, más los componentes de los imaginarios "órganos de control" de la dirección. Y su futuro en el partido depende de ese jefe de grupo (por ejemplo Rosa Díez), en la medida de que siga ganando las elecciones internas. A eso, Andrés Herzog le llama "independencia" de los órganos de control. Menos mal que es el responsable de Regenaración Democrática en UPyD. Si lo fuera de Impulso Totalitario no podría hacerlo mejor.Así que estamos en una situación en la que Rosa Díez, y los elegidos por Rosa Díez, deciden si le van a meter el cuerno al osado crítico de turno. Y, por ejemplo, echarle del partido. O sea, que cualquiera, antes de criticar al partido en público, sabe que se arriesga a que le expulsen.
No me da pena ninguno de los cuatro expedientados. Sabían que jugaban con esas normas, y aprobaron en su día esas normas. Por eso otros nos fuimos. Pero Sosa Wagner, al que solo le pueden acusar por la mención marginal de “ciertas prácticas autoritarias” en UPyD, va a acabar demsotrando algo muy curioso gracias a su expediente. Algo anterior y más importante que las prácticas autoritarias – que también. ¡Las normas autoritarias del partido!
Y por favor, que no llegue el típico defensor de UPyD con el manido argunento de que la crítica desde dentro, en un partido, debe de hacerse solo internamente. Sería un rollo que tuviera que explicarle los nada sutiles mecanismos por los que los afiliados, simpatizantes, y votantes de un partido, solo se pueden enterar (a) de lo que les quiera decir la dirección del partido y (b) de lo que dicen los periódicos. La manida crítica interna (que Rosa Díez llama “la formas”) sólo es esconder la crtítica bajo las alfombras. Estrictamente, no crítica; si pensamos en una sociedad abierta.
Resumen histórico por si alguien no conoce la vaina:
- Sosa Wagner sugiere en un artículo de El Mundo la pecaminosa posibilidad de una alianza con Ciudadanos. Y mejoras en ambos partidos para facilitarlo.
Sabiendo, por supuesto, que ambas organizaciones padecen defectos y carencias: Ciudadanos no cuenta con una respuesta propia, elaborada en congresos democráticos, a los problemas sociales en su conjunto; y UPyD debería liberarse de las prácticas autoritarias que anidan en su seno, prácticas que desembocan en la expulsión constante de afiliados o en su sepultura en vida cuando deciden permanecer en sus filas acogidos a un ominoso silencio.
2. Irene Lozano se despacha a gusto, en el mismo medio. La negrita es de Lozano.En cambio, va a resultar difícil que alguien te iguale en mezquindad.
3. El Gorri, a lo suyo. Las negritas son mías.@carostego El criticado es corrupción política pura. Ha engañado masivamente. Mentiroso 100%. Si no lo ves, mal vamos.
https://twitter.com/cmgorriaran/status/502494134884900864
4. Sosa Wagner no pide un expediente ni un castigo a Gorriarán. Se conoce que a pesar de militar en UPyD, tiene respeto por la libertad de crítica. Lo que pide es su desautorización por parte de la dirección. Un desmarque de la dirección de ese comentario del número 2 del partido. Supongo que por aquello de que la dirección de UPyD no quede asimilada a las formas extremadamente cafres del nota.
5. Fernando Maura describe el linchamiento de Sosa Wagner en el Consejo Político. 6. Y ahora, los digitados por Rosa Díez, y ella misma, tienen a su entero arbitrio la decisión de si castigan , por una parte la crítica enteramente razonable de Sosa Wagner y Maura; y por otra, el vandalismo sin control de Lozano, y el famoso cafre de Twitter, Gorriarán.Lo acojonante, además de todo lo otro, es que les llaman a declarar. Como si fueran niños en el colegio. Cuando todo lo que se puede discutir está puesto por escrito. ¿Les van a preguntar sus intenciones, como los curas – mirando el alma? ¿O acaso piensan que no saben escribir, y se pueden haber expresado mal?
Un partido “no autoritario”, como decíamos en el título. Algo así como en el mismo sentido en que no es autoritario un colegio de monjas. Por ahí.