Es sabido que los alarmistas del clima han tenido que aceptar al final que la “temperatura global” lleva entre 15 y 20 años sin subir. O sin subir apreciablemente (de forma estadísticamente significativa), que aquí hay que ponerse muy fino. Y a esta fase le llaman La Pausa, porque creen que conocen el futuro del clima.
La Pausa hace que el calentamiento acumulado desde que empezó el calentamiento global sea mucho menor de lo previsto. Pero acumulado en el aire, si estamos hablando del aire. Así que quedaban dos posibilidades. O bien el CO2 calienta el sistema climático mucho menos de lo que pensaban, o bien el calor que no está en el aire -donde se produce-; se ha ido a otra parte.
Los carbono-maníacos habían decidido que se estaba escondiendo en el fondo del mar, matarilerileró. Por debajo de los 2.000 metros de profundidad, porque por encima de esa cota se mide bastante decentemente lo que está pasando, desde 2005, y ahí no hay calentamiento bastante para justificar el poco calor acumulado que se mide en el aire. Esa cota de profundidad representa como la mitad del volumen de los océanos. Y es una teoría muy cómoda, porque es decir que el calor se ha ido justo a donde no lo pueden medir.
La NASA está buscando ese “calor perdido” en el fondo del mar y, sorpresa:
No hay calentamiento en el fondo del mar desde 2005, que es desde cuando pueden aplicar el método que se les ha ocurrido. La idea es usar la subida del nivel del mar. Suponen que saben cuánto sube el nivel del maro por el deshielo de los glaciares, cuánto por la expansión del agua debida al calentamiento que se mide por encima de 2000 metros. Lo que falta sería por el calentamiento de la parte profunda del mar. Y lo que han encontrado es que no falta nada. De lo que se deduce que la mitad inferior del mar no se está calentando, porque si lo hiciera el nivel del mar tendría que subir más rápido. Así que el calor escondido no se ha escondido en el fondo del mar.
¿Dónde estará? Los escépticos de la teoría del IPCC -que los cafres llaman “negacionistas”- dicen que no está en el sistema climático, porque es un calor calor que nunca ha llegado. Y por eso no se encuentra. Para que tengan razón basta con que las “retroalimentaciones” fuertes que los alarmistas imaginan al pequeño efecto del CO2,sean, eso, imaginarias. Nadie las ha medido tampoco. Así que les llaman “negacionistas” por poner en duda dos cosas puramente especulativas que nadie ha medido. El “calor perdido”, y esas retroalimentaciones, de momento igualmente perdidas.
Los alarmistas dirán que esas mediciones en los océanos, tanto la temperatura hasta 2.000 metros como la subida del nivel del mar, no tienen la resolución suficiente para asegurar nada. Y seguro que tienen razón. El problema es que esa incertidumbre solo la ven con los datos que no favorecen su teoría. Pero cuaquier dato cogido con pinzas y con olor a podrido que les favorezca, lo toman como palabra de Dios.
Y así se cuenta el cuento del calentamieto global.
Judith Curry tiene una entrada interesante sobre esto:
Y una nota importante sobre la cuestión del calor imaginario escondido en el fondo del mar. No es algo que nos importe demasiado:
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Bonus extra (sólo para enganchados):
Así se cuenta el cuento de calentamiento global, y además negándose en rotundo a debatir. Por ejemplo el amigo @aberron, Antonio Rodríguez Ron. Conocido “divulgador” de ciencia y destacado miembro de esa industria. Ayer mismo: