Plazaeme preservado

<< Posterior Los océanos se están calentando tanto ... que nunca lo podrás notar
Anterior >> Cuanto más cuento del clima, menos cuidado del medio ambiente. En números.

Y sin embargo, hay políticos que merecen la pena

Para una vez que te encuentras un político (política en este caso), y miembro del Parlamento Europeo, que sobresale para bien, será mejor señalarlo.

Eija-Riitta Korhola (@ER_Korhola) parece una política infrecuente. Acaba de presentar una tesis doctoral en un campo de acción política que domina. Política climática. O sea, en vez de falsear doctorados para adornar el currículo, se doctora aprovechando la experiencia. En la Facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de Helsinky:

Y teniendo en cuenta que es del grupo del Partido Popular Europeo (conservadores), podríamos sugerir a los conservadores españoles que se lean la tesis, en vez de seguir avergonzados por el primo de Rajoy.

Korhla no se mete en cuestiones científicas, por supuesto. Pero sí ve y señala la discusión que hay, las incertidumbres que hay, y el abuso de la idea de “ciencia establecida”. Y sugiere que las incertidumbres y la discusión no se van a acabar en un futuro razonable, por lo que conviene hacer una política que cuente con ese factor. Que resulte adecuada sea cual sea el resultado final de la ciencia.  Y recuerda que no existen soluciones simples para problemas complejos. Y, muy especialmente muestra que las  políticas que está llevando a cabo Europa están haciendo daño a la economía, sin conseguir ningún resultado – ni para el clima ni para el medio ambiente global. Básicamente estamos exportando nuestras emisiones y dando ventajas a nuestros competidores.

En fin, la tesis tiene mucha sustancia, aparte de señalar lo equivocado del planteamiento de Kyoto. Son 400 páginas, que recomendaría leer a cualquier político que vaya a tener que votar cualquier ley relacionada con la política sobre el clima. Pielke Jr. tiene un resumen más completo. Y su especialidad es esa; política climática y medioambiental.

Lo que no voy a proponer es que lo lea Mariano. Ni siquiera el resumen. Queda muy lejos del Marca.

Y una cita de postre:

La pobreza no va a salvar el planeta, al contrario de lo que los movimiendos verdes parecen frecuentemente asumir. No existe evidencia de ello. La pobreza obliga a la gente a pensar a corto plazo y a destruir su medio ambiente. Además, la pobreza nos hace más vulnerables a las condiciones climáticas extremas, y debilita nuestra habilidad para prepararnos para todo tipo de catástrofes.
Por tanto, necesitamos encontrar una estrategia mejor. Debemos de ser políticamente más humildes y aceptar que el camino elegido ha sido equivocado. Deberíamos de hacerlo, al menos en nombre de las generaciones futuras. Merecen un mundo donde se respetan los derechos humanos, la democracia y la buena governanza. Aquellos que pueden aprender de sus propios errores son los héroes reales.

  • Carlos 2015-01-22 14:00:26
    El problema es que se mezclan muchas cosas dentro de los grupos ecologistas y normalmente sin orden ni concierto, y sin ninguna lógica. Se mezcla la protección del medio ambiente con el indigenismo y la religión new age, por nombrar simplemente tres cosas bastante diferentes, de forma muchas veces poco lógica y evidentemente en la mayoría de los casos sin un criterio claro ni mucho menos científico. Por desgracia la izquierda política desde los años 70, y especialmente desde la caída del muro de Berlín en el 89, ha arrastrado a buena parte de la sociedad y practicamente a la totalidad de los políticos en su búsqueda de una nueva ideología, han dado muchos bandazos apoyando cualquier causa que fuera mínimamente contraria a "lo establecido" con todas sus fuerzas. Esta falta de referencias morales, principios y objetivos ha acabado con los principales pilares de la izquierda, el espíritu crítico, el progreso de la ciencia y la tecnología y la defensa del más débil y han acabado cristalizando en la religión del cambio climático y la maldad intríneseca del capitalismo y el progreso. Una nueva religión para una nueva era, con un nuevo tipo de sacerdotes climatólogos y ecolojetas.