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Dos Cataluñas. Cousas a 23-9-15

DOS CATALUÑAS. Cousas a 23-9-15

Luis Bouza-Brey

Por la debilidad con que se plantea la defensa de la unión de España parece que no hay proyecto. Pero el proyecto está ahí, en la Constitución y los valores respublicanos y democráticos de libertad, igualdad y solidaridad, unión y desarrollo de la diversidad, valores incompatibles con el etnicismo, el privilegio, el caciquismo, la xenofobia, el cierre perceptivo tribal y la violación del Estado de Derecho. Es cierto que el desarrollo del sistema democrático en España se ha efectuado con debilidades, incoherencias, traiciones y oportunismos, pero la fórmula política inicial de la Constitución es la correcta, por lo que la solución de esta grave crisis que estamos sufriendo es corregir errores, fortalecer el sistema, superar la crisis institucional y frenar y derrotar el etnonacionalismo. Aplicado este esquema a Cataluña, tenemos que optar entre una Cataluña constitucional, plural, democrática e integrada en una España unida y diversa, u optar por una Cataluña despótica, cerrada, etnicista, anacrónica, que liquidará su pluralidad y dinamicidad y creará un Estado opresor y aislado del resto de Europa. Un Estado económicamente hundido y socialmente fracturado. Estas son las opciones, que deben perfilarse con claridad y defender la primera formulándola en positivo frente a la sedición independentista y el intento despótico de imposición sobre la sociedad catalana de un sector de la etnia originaria del país, que ha reaccionado anacrónicamente frente a la globalización, la pluralidad y la unión de la diversidad, que constituyen las pautas configuradoras de las sociedades del siglo XXI. Mayor Oreja apunta sumariamente a esta cuestión.

Ved a Mayor Oreja ayer en la tercera de “ABC”:

CA­TA­LU­ÑA, EN­TRE EL TÓ­PI­CO Y LA MEN­TI­RA

POR JAI­ME MA­YOR ORE­JA, PRE­SI­DEN­TE DE LA FUN­DA­CIÓN VA­LO­RES Y SO­CIE­DAD, ‘ABC’ - 2015-09-22

«Lo que ha­brá que ha­cer es po­ner en mar­cha un pro­yec­to po­lí­ti­co del con­jun­to que for­ta­lez­ca Es­pa­ña, que dé prio­ri­dad a los ele­men­tos de cohe­sión res­pec­to a la di­ver­si­dad. Un pro­yec­to ca­paz de re­ge­ne­rar y re­cu­pe­rar va­lo­res, un pro­yec­to mar­ca­da­men­te al­ter­na

HACE más de quince años, a finales de los 90, tuve la oportunidad de dar una conferencia en la Real Academia de la Historia, titulada «Diez mentiras del nacionalismo vasco y ETA». Hoy, permítanme que otra vez, ante otro desafío del movimiento nacionalista, esta vez con la vanguardia en el Gobierno catalán, me atreva a enunciar una serie de tópicos, errores o mentiras que se oyen y ven reiteradamente. El primer tópico radica en la afirmación de que el problema catalán va muy mal, y que el vasco está sustancialmente mejor. No hay un problema vasco, como no hay un problema catalán. Tenemos un problema que afecta al conjunto de España, un problema de Nación. Enfrente no tenemos ni a Cataluña ni al País Vasco. Enfrente tenemos nuestros miedos y complejos, y un movimiento nacionalista que abusa de los mismos. El movimiento nacionalista es uno, sustancialmente el de siempre, con otra estrategia diferente de la de hace dos décadas. Ayer con la vanguardia de ETA desde el País Vasco, hoy con la vanguardia en el Gobierno catalán y en su presidente. Me pregunto si alguien puede creer que el nacionalismo vasco no esté crecientemente pendiente y a rebufo de un supuesto desenlace del desafío secesionista catalán. La segunda mentira y tópico es decir que este problema se resuelve acentuando la singularidad de Cataluña. Esta aproximación significa el mayor desenfoque de todos los posibles. De la misma manera que el mayor error que podemos cometer los españoles es pensar que nosotros, el conjunto, los diferentes gobiernos de España, seamos responsables o corresponsables de los problemas que nos aquejan en este ámbito, por falta de sensibilidad, de diálogo, ante una incomprendida singularidad. El movimiento nacionalista no reacciona por nuestra falta de sensibilidad. Por el contrario, está llevando a cabo el plan y el proyecto que le correspondían, lo que estaba en su genética, en sus objetivos, en su proyecto. El movimiento nacionalista, desde siempre, marcaba tres hitos, tres jalones, en el marco de un proyecto que va cumpliendo inexorablemente. A finales de los años 70, el nacionalismo vasco y el catalán alcanzaban el poder a través de los Estatutos de Autonomía. Diez años después, a finales de los 80, el movimiento nacionalista tenía que solemnizar el derecho de autodeterminación a través de dos declaraciones parlamentarias en los años 89 y 90 en el Parlamento catalán y en el vasco. Finalmente, una vez alcanzado el poder y solemnizado el derecho a decidir, el tercer hito, la ruptura, llega con los acuerdos con ETA, escenificados parcialmente en los pactos de Estella y Perpiñán por parte del Partido Nacionalista Vasco y Esquerra Republicana de Cataluña. Nada ha dependido de nosotros, del conjunto de los españoles, ya que eran una decisión y una dirección tomadas de antemano, desde la propia naturaleza y corazón del movimiento nacionalista. La tercera mentira se basa en la afirmación de la inexistencia del proceso que pusieron en marcha el Gobierno de Rodríguez Zapatero y ETA. Hay quien pretende reducir la situación que vivimos a un desafío nacionalista, obviando el «proceso» que pusieron en marcha ambos tras los atentados del 11 de marzo en Madrid. Aquel proceso significaba un «vista a la izquierda», como supuesta solución a los problemas que el terrorismo había producido en España, ya que aquel fue el precio político que se pagó. El «proceso», hoy más vivo que nunca, produce alianzas, nuevos socios, en definitiva, frentes. Ese proceso en paralelo a la dinámica propia del movimiento nacionalista va empujando a España a una segunda transición, a una primacía de la ruptura frente a la reforma, a la consideración de una España nación de naciones, a un «frente popular», con el horizonte de la autodeterminación como objetivo próximo e inmediato. En definitiva, no solo hay una dinámica del movimiento nacionalista, sino que simultáneamente se produce un impulso de un proceso social impulsado por la izquierda, incapaz de aceptar la Constitución y la transición democrática española. El cuarto tópico, mas mentira que tópico, es consecuencia de todo lo anterior y consiste en señalar que la solución es una tercera vía, un punto intermedio entre el constitucionalismo y el independentismo. Esa falsedad se encuentra en un punto álgido, es uno de los errores históricos del momento, ya que la tercera vía es un terreno imposible, un método inviable, por muchos «discursos del método» que algunos hayan escrito, como la realidad lo seguirá confirmando pronto. La tercera vía es una fórmula para desorientar primero y expulsar después a la derecha del marco del juego político, para justificar el referido «frente popular». No es una solución para España, es la búsqueda de una equidistancia imposible entre el movimiento nacionalista y el mal llamado «proceso de paz». Es un pretexto para enmascarar el rotundo «vista a la izquierda» que sufrimos y vivimos desde hace años. Por último, el quinto error, más que tópico, que destacaría es una generalizada actitud basada en la sensación de que nos encontramos ante un problema, como el catalán, insalvable, de imposible solución. Lo mismo que cuando afrontábamos el terrorismo, cuando algunos decían que vivíamos un «empate infinito» sin solución. Lo que nunca tiene solución es un problema que esté mal enfocado desde la raíz. Si creemos que es un problema solo catalán, si nos encerramos en la singularidad catalana, claro que no tendrá solución. De lo que hay que ser capaces es de afrontar el problema de otra manera, con otro enfoque, siempre desde una dimensión del conjunto de España. Si seguimos la estela del «proceso» y del movimiento nacionalista, así como de la conjunción de ambos, es seguro que no habrá solución. Lo que habrá que hacer, antes o después, es poner en marcha un proyecto político del conjunto, de la suma, que fortalezca España, que dé prioridad a los elementos de cohesión respecto a la diversidad. Un proyecto capaz de regenerar y recuperar valores, un proyecto marcadamente alternativo a la moda dominante que hoy vivimos y con capacidad de rectificación del actual proceso, que es letal. Esta tarea no es un imposible ni una utopía, y mucho menos una posición inmovilista. Es y será una necesidad y una exigencia creciente.


  • Luis Bouza-Brey 2015-09-24 20:51:44
    Está todo muy incierto. Y aunque es posible que el 27 algunos nos llevemos una agradable sorpresa, no es admisible que la degeneración haya llegado a tal punto que el destino de España se juegue a los dados, o la victoria, de quien sea, dependa de los abstencionistas e indecisos. Algo se hizo muy mal en los últimos años. Y si analizas las cosas con objetividad apasionada, en la defensa de la Patria, siempre aparecen los tarugos o los buenistas acusàndote de facha, o de estar promoviendo un dieciocho de julio. No es un 18 de julio lo que hace falta, sino un general de la Guardia Civil que haga parar a los golpistas sediciosos, inhabilitándolos y ejecutando unas decisiones judiciales que se están haciendo esperar demasiado. No puede ser que el golpismo tenga recompensa, en lugar de castigo, porque entonces entraremos en la dinámica de golpes y contragolpes del siglo XIX.
  • Jose Maria 2015-09-24 13:02:33
    Luis, en el muro de nuestro comun amigo Octovio, pone una noticia que mas o menos viene a decir que el domingo Cs, dara el gran sorpreson en Cataluña, porque ese 20/25% de indecisos esta vez iran a votar. La verdad, es que entre mis amistades en Cataluña, tambien hay, esta vez, la mentilidad de que tienen que ir a votar. Y se esta haciendo mucho el "boca a boca" .El mismo Iñaki Gabilondo, tan correcto el siempre, habla de ese gran grupo de indecisos, aunque claro el tiene que decir que puede que sean de los independentistas, pero yo no creo en eso, el voto independentista esta muy motivado. Por otra parte, tengo un comun amigo en Cataluña, involucrado en Cs, que dice que se estan llevando una sorpresa tremenda en la asitencia de publico a los actos de Cs. ?a Ti que te parece Luis? http://blogs.elpais.com/la-voz-de-inaki/2015/09/pron%C3%B3stico-para-el-domingo.html
  • Luis Bouza-Brey 2015-09-24 06:06:37
    Al sr. Octavià, el post le parece un panfleto, y dice ¡qué le vamos a hacer! Yo le diría, si no fuera porque sé que no escucha, que intente pensar, que intente reflexionar sobre hasta donde nos han llevado los nacionalistas, que han arrasado la cultura política de los catalanes con el mito y la propaganda; que han transformado a Cataluña, de la zona más dinámica de España, en un psiquiátrico saturado de esquizofrenia, paranoia e irracionalidad. Al sr. Octaviá, llamar a las cosas por su nombre, aunque sea con una cascada de adjetivos que brotan de la indignación, le parece panfletario. Posiblemente, para él, la propaganda obsesiva de la cultura oficial de Cataluña, o el buenismo tramposo y cobarde de la tercera vía, le parezcan el summun de la sofisticación intelectual. ¡Qué le vamos a hacer!
    • leon 2015-09-24 10:14:54
      Muy bien, gracias, y continuar
    • Octavià Alexandre 2015-09-24 08:19:11
      Si no le gusta lo que pasa en Catalunya, lo mejor que podría hacer el Sr. Luis es exiliarse, en vez de invocar el espíritu del 18 de julio. [Eso es muy característico de los regímenes fascistas y asimilables, y prácticamente una característica exclusiva de tales sociopatías. El que no esté de acuerdo, que se vaya. Porque nuestra idea es (ha de ser) la idea del todo. Y de ahí les viene lo de totalitarismos. O sea, Octaviá. (Gracias por el autorretrato). Por otra parte es propio de la telebasura confundir una afirmación con una realidad, por grotesca que sea la afirmación (p.e. "espíritu 18 de julio"). La persona con alguna capacidad racional sabe que la afirmación es literalmente nada, si no tiene el soporte de una ligazón entre los dos términos que se comparan. Por poner un ejemplo: Si yo dijera que Octaviá haría mejor en no decir imbecilidades, así, sin más, sería lo mismo que no decir nada. Un insulto injustificado. Pero si señalo que Octaviá usa la estupefaciente falta de argumentación característica de la telebasura, entonces ya sí está justificada la alusión a las imbecilidades. ¿Comprende el nene la jugada? De nada. pm]
      • Octavià Alexandre 2015-09-24 20:17:46
        ¿Acaso la propuesta del Sr. Luis de mandar a los catalanes a Kosovo con el DNI en la boca no es volver a 1936? ¿Comprende el troll la jugada? [No mira, nene; el discurso racional no va así. Eso lo puedes usar en la telebasura, pero aquí no. Si quieres criticar algo, que siempre es una idea loable, cita las palabras que quieres criticar. Para que los demás tengan la oportunidad de saber a qué coño te refieres, y la de juzgar si entiendes lo que lees. Que no tiene mucha pinta. Pero no puedes tirar humo, con la pretensión de que el orbe se dedique a releer el artículo, por tratar de imaginar de dónde cojones ha sacado Nene lo de Kosovo y lo del "carnet de identidad en la boca". Que en todo caso tampoco se entiende en el contexto de Kosovo. Como no se entiende ninguno de ambos, ni con en las palabras de Luis Bouza, ni con el "espíritu del 36". Además, ¿qué cojones entiendes por "espíritu del 36", y por qué piensas que nadie ha de entender lo mismo que tú? ¿Anticomunismo, fascismo (no son lo mismo), catolicismo, franquismo (no había en el 36), derechismo, tradicionalismo? ¿Y dónde hay nada de eso en las palabras de Bouza? Imbécil. Por lo demás, aparte de tu comportamiento telebasura -que te merece el tratamiento de censura previa para señalarlo- la idea de que -si no estás de acuerdo, puerta- sigue siendo fascismo. Mierda fascistoide de Octaviá. Ya lo sabíamos, pero sigue repugnando cada vez que se vuelve a ver. pm]
      • Octavià Alexandre 2015-09-24 20:58:18
        Eso lo escribió Luis hace algún tiempo, en un cita que el troll que dirige este blog tuvo la "amabilidad" de borrar, por lo que no la voy a repetir. [Falso. Nunca borro nada. Y muy cretino; no puedes (1) criticar la entrada (panfleto), (2) no dar argumentos cuando se te piden, (3) cambiar de tema y (4) hacer como que te referías a una cosa inexistente de un pasado imaginario. Ni auqnue fuera cierto lo pasado se sostiene lo de criticar este artículo, no dar soporte a lo que afirmas, y pretender usar otro distinto para ello. Pero ni siquiera es cierto. Pobre mierdecilla. Ya siento que quedes retratado, pero no puedes culpar a los demás por lo que haces tú. pm]
      • octavio 2015-09-24 11:37:20
        ¿ Y por qué no te marchas tú ... tocaya?
  • Octavià Alexandre 2015-09-23 23:25:31
    Un post-panfleto. 'Qué le vamos a hacer!
    • plazaeme 2015-09-24 06:44:11
      Un comentarista con mucha opinión y ningún raciocinio. Lo mismo que les pasa, -por ejemplo- a los perros, a los gatos, y a los cerdos. ¡Qué le vamos a hacer!
  • tmpd 2015-09-24 00:59:32
    Estoy de acuerdo con Jaime Mayor Oreja cuando dice que el problema es de España,, de toda España. Pero creo que el problema empezó a fraguarse desde el principio de la constitución. Pienso que en aquel momento quizás no se podía hacer otra cosa y que efectivamente , hubiera podido seguir otro rumbo en vez de empeorarla, como por ej. con la politización del poder judicial y como se ha ido desmenbrando poco a poco dando poder a las autonomías, al mismo tiempo que a mi me parece que hay cosas aberrantes , como es el caso de la financiación.. Cuando se habla de federación , sigo pensando que en muchos paises funciona la federación, pero está claro cuales son las competencias de cada estado, cantón o lander y cuales son las competencias del estado central y como se financian y se controlan los gastos y las actuaciones de cada una.. Por otro lado hay algo que a mí me parece triste si pienso en estados federales como EEUU o Suiza veo que por ej. en Suiza cada cantón es muy diferente del otro incluso en lengua y costumbres, pero que los suizos se sienten suizos todos y la bandera suiza la sacan y la ponen en sus casas y el primero de agosto que es la fiesta Suiza en todos los pueblos y comunas lo celebran hasta los críos más pequeños. En españa parece como si a muchos ciudadanos les diera casi vergüenza el sentirse español y si no fuera por los deportes no se sacaría la bandera ni se tocaría el himno de todos los españoles nunca. En psiquiatría uno de los sintomas o funcionamiento que lleva a a la demencia es la disociación, pues yo pienso que España es un pais que linda la demencia. Lo que no veo claro es el tratamiento que parece estar en manos de otros dementes. .