Lo creas o no, dependes del Congreso USA
Como sabéis, es inminente la reunión sobre el “cambio climático” (antes “calentamiento global”) en París. La llamada COP 21. Sea el resultado que sea, los gobiernos te lo van a vender como un gran éxito que ha salvado el mundo. Pero hay que seguir avanzando, etc.
¿Qué se juega? ¿Está todo el pescado vendido en negociaciones previas, y sólo queda el paripé de una firma, o quedan cosas pendientes que pueden variar el resultado? Aparentemente queda la madre del cordero. El objetivo en principio era alcanzar un tratado vinculante. Con clausulas cuyo cumplimiento se pueden exigir. Y con un esquema que se podría resumir así: Los países pobres se comprometen a rebajar las emisiones de CO2 … en el futuro, y los países ricos se comprometen a hacerlo muy inmediatamente, y a poner un montón de pasta para que la reducción futura de los pobres sea menos dolorosa.
Y las discusiones, normales, giraban en torno al futuro de los pobres y la cantidad de pasta de los ricos. Pero eso debe estar muy avanzado, y con un esquema también fácil. Todo a lo grande, como si fueran de Bilbao. Muy grande el futuro de los pobres, y muy grande la pasta de los ricos. Justo lo que te conviene. Total, la pasta te la van a sacar a ti. 😉
Donde se ha complicado mucho la negociación, y no debe estar nada resuelta, es en el apartado de un tratado vinculante. Pero no por ninguno de los gobiernos, y mucho menos de los gobiernos europeos. Y por Rajoy, ni preguntes; pas de problème. Sorprendentemente, la clave del dinero que vas a poner, o no poner, está en el Congreso USA. Obama no puede firmar un tratado si no lo ratifica el Congreso, y tiene una mayoría republicana y “negacionista” en contra. Fuerte. No way.
Entonces, ¿se ha jodido el tratado vinculante? Pues en eso están. Inventando prodigios. Un tratado que no se llame tratado, y que suponga una orden ejecutiva que puede firmar Obama. Pero no está claro que eso vaya a convencer a los que quieren que les aseguren el parné antes de mover un dedo. Porque lo que puede firmar Obama, lo puede anular cualquier presidente posterior. Y aunque Hillary es “de confianza”, y los republicanos tienen la carrera presidencial muy cruda, eso es una apuesta más que una seguridad. Y no nos comprometemos a lo mismo con una apuesta que con un tratado. Ni de broma.
¿Y el pobre clima? Al clima se la suda lo que pase en París. Lo explicamos aquí [–>] hace diez días. Según los modelos de los alarmistas la diferencia entre París y no París, una pasta gansa, traducida a calentamiento serían dos décimas de grado.
Resumiendo. París (COP 21) te afecta, y mucho. En el bolsillo. Por una vía directa, impuestos, y por una vía indirecta; pérdida de competitividad de la economía europea – que siempre se traduce en pérdida de puestos de trabajo. Como si nos sobraran. Y tu suerte, y la forma en la que debes leer el resultado de COP 21, depende de estos dos elementos. ¿Es vinculante? ¿Han inventado un sistema para rodear al Congreso USA? Con [sí / sí], estás jodido. Con [sí / no], no tanto. Si nadie se fía de que USA vaya a apoquinar, no va a haber mucho movimiento. Disimular, si acaso. Y con [no /no] es como si no hubiera habido París. Vaya, como si París fuera un nuevo Copenhague (COP 15 - 2009). Y en ese caso dan igual los prodigios y albricias que te cuenten en tu prensa / tele habitual. Sin pasta no hay fiesta.
Votad, malditos. Pero más os vale mirar de reojo la composición del Congreso USA. Le llaman globalización. Y salvavidas. Los putos fachas del Tea Party.
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