Inuit: la ciencia occidental es caca de vaca (o de osa)
Menuda faena, porque estos no son ¡fascistas! Al contrario; son “etnia” e “identidad” -y nada blanca ni nada privilegiada- en todo su esplendor. Y le están sacando los colores a las muy blancas y privilegiadas caras de la flor y nata de la ciencia de los osos polares y del cambio climático.
El gobierno de Nunavut está actualizando el plan de gestión de los osos polares. La regulación que establece las cuotas, permisos y prácticas de los cazadores inuit. Y la población local, que también es consultada, está hasta las narices de los chicos del cambio climático. No le ponen pegas al establecimiento de un sistema de cuotas de caza, que les parece que ha funcionado muy bien. Pero -dicen-, precisamente porque ha funcionado muy bien, ahora hay más osos polares por todas partes. Y no menos, como dicen estos muchachitos blancos de las universidades. Al punto que su número está empezando empezando a ser un peligro. Este año ha habido las primeras víctimas de ataques de osos, en Nunavut, desde hace 18 años. Dos inuit muertos.
Alegan que los osos se adaptan al cambio climático, como han hecho durante los 600.000 años en los que han ocupado el Ártico. Y los inuit no están viendo ningún efecto negativo del cambio climático en las blancas bestias. Pero tal vez sí con el turismo. Los animales se acostumbran a la presencia de humanos que no les cazan, en Churchill. Con lo que relacionan a las personas con comida; la basura y las cosas que encuentran. Y cuando se desplazan a otras zonas, se atreven a acercarse a los poblados, una vez han cogido la costumbre. Y por eso se producen encontronazos y muertes.
Ponen el dedo en una llaga muy dolorosa. Las predicciones hechas por la ciencia Occidental sobre las poblaciones de osos polares, en Hudson Bay y Baffin Bay, estaban equivocadas. Muy equivocadas. Gabriel Nirlungayuk, uno de los expertos locales, lanza el desafío:
Desde una perspeciva científica, yo le retaría a la comunidad científica a mirar de nuevo a las bahías de Hudson y Baffin. Para explicar por qué están tan mal, en 2018, las predicciones que hicieron a principios de los 2000.El problema tiene no poca ironía. Susan Crockford, nuestra estudiosa favorita de la situación de los osos polares, lleva años explicando que los estudios científicos de las poblaciones de osos no muestran ninguna disminución. Con todas las citas necesarias, y en contra de todas las predicciones que habían hecho. Pero los científicos necesitan financiación, y la vía más directa y generosa es una buena alarma. ¡Desaparecen los osos polares por culpa del cambio climático! Y ese es el mensaje que emiten, aunque no sea eso lo que sale en la letra pequeña de los estudios que ellos mismos publican. Y ahora llegan los inuit, y dicen: -oigan, que ese mensaje suyo está completamente equivocado; y la ciencia occidental es caca de vaca hecha por unos racistas que se atreven a decir que los inuit no sabemos de lo que hablamos-. Y sí, es verdad. Las predicciones fueron una mierda, y el mensaje (prejuicio) está completamente equivocado. Pero en realidad los números de la letra pequeña no son tan malos. Incluso hay algunos científicos que ponen las cosas bastante claras. Pero lamentablemente no son los científicos (y los estudios) de los que sueles oír hablar en tu prensa favorita.Lo que dijeron desde Environment Canada fue que los osos iban a seguir disminuyendo por causa del cambio climático, incluso aunque no se les cazara. Y eso no ha ocurrido.
Y, cuando se trata de científicos haciendo afirmaciones generales sobre que los inuit están equivocados con esto o con aquello - ya siento pero los inuit estamos aquí por nuestra adaptabilidad, y continuaremos adaptándonos a lo que quiera que nos venga; excepto, tal vez, un meteorito o algo parecido.
Para mi, eso no son más que cometarios racistas hechos por alguna gente.
Siempre ha tenido pinta de que la cosa esta del “cambio climático” va a suponer un deprestigio brutal para la industria de la ciencia. Pero lo que es nuevo es esta especie de “choque cultural” entre lo que ven los inuit y lo que dicen los científicos, con esa explícita acusación de racismo por medio. Y en realidad no es racismo, es costumbre. Probablemente los inuit no han apreciado que estos idiotas insultan a todos los que se atreven a criticarles, y han tomado por racismo el insulto generalizado a su cultura. Pero aunque no sea racismo de verdad, es divertido.
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Añadido, para los comentarios (Fernández-Cotta).
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Fuentes:
Nunavut News:
Susan Crockford: