• Jose Maria 2010-03-10 19:15:55
    Tremendo lo que dices y como lo analizas Plazaeme y encima van de guay por la vida.
  • az3 2010-03-10 21:02:30
    Vaya, vaya... pues ya empieza a ser habitual esa forma de "hacer justicia" llamada "Doctrina Botín". Yo ya la vi cuando se dio el caso Atutxa, y después con Ibarretxe y López, pero la cosa se remonta a los años 80, cuando el banquero Emilio Botín se libró de las del pulpo porque la fiscalía no ejerció de acusación. Y por lo que tengo entendido (rastreando internet), esta forma de hacer justicia ya se está estudiando en las facultades. Botín, Atutxa, Ibarretxe, López, Garzón (que viene de Garza, recuerdo que me dijo alguien, jeje), etc. A todo este invento antes lo llamaban de otra forma, no?... ni doctrina, ni botín pirata, ni tesoro, ni gaitas, lo llamaban "patente de corso". ¿A dónde iremos a parar? ;-) Saludos.
  • Mikel Buesa 2010-03-11 00:27:19
    El señor Jiménez Villarejo se retrata a sí mismo. Es dudoso que su interés sea el de la justicia. Más bien parece que trata de desacreditar el sistema judicial con argumentos demagógicos e incluso fascistas. Pues fascismo es pretender que sólo unos tienen derechos y otros no. Y fascismo es pretender que el criterio del fiscal -en este caso dictado desde su máximo superior jerárquico, directamente vinculado al Gobierno- ha de ser necesariamente superior al de los jueces. ¿Dónde quedaría la separación de poderes si las pretensiones de este señor llegaran a materializarse? Los que tenemos cierta edad sabemos que ello es perfectamente posible y que los poderes del Estado pueden confundirse y ejercerse desde una sóla jefatura. Lo vivimos durante el franquismo. El general Franco reunía así la potestad ejecutiva, la legislativa y la judicial. "Garrote y Prensa" solía anotar en el margen de las sentencias a muerte que él impulsaba y luego confirmaba. ¿Es ese el sistema político que añora Jiménez Villarejo?
  • Juan Espino 2010-03-11 00:29:08
    La famosa "Sentencia Botín", así la llaman pero creo que más que para estudiarla, para sentir vergüenza de hasta donde pueden llegar los políticos y dejarse llevar los jueces. Si observamos como se tiran a matar gobierno y oposición, parece increíble que modificar leyes importantes para evitar –fijaros en lo que digo–, sólo "evitar" que el Sr. Botín tuviera que sentarse ante un tribunal, debería haber constituido toda una batalla campal entre PP y PSOE. Pero en este caso pueden más dos carretas que dos tetas; sobre todo si ambas carretas, están llenas con los compromisos de pago –que nunca se harán– de los múltiples préstamos concedidos por el Sntader y su grupo a los buques insignias de la partitocracia. Así, que a callar tocan. Lo malo es que impedir que, si el fiscal desiste y nadie implicado directamente en la posible causa la mantiene abierta, pueda abrirse causa con la sola demanda de una acusación popular, no directamente perjudicada, es el mismo argumento que le impidió después, al PP (el que cambió la ley con el silencio cómplice del PSOE), sentar a Ibarreche, ante otro tribunal. Inoculado con su propio veneno.
  • Maleni 2010-03-11 09:57:08
    Hablando de Garzón no sé si el caso sería el de juez ejemplar o más bien el de juez hiperactivo y mediático. Como no pertenezco ni he pertenecido nunca al mundo judicial me toca de lejos. Pero dado que hay algún ejemplar más de éste pelaje me atrevería a decir que he visto el caso en la política y si se me permite la comparación aludo a Rosa Díez. En su trayectoria política ha estado con los nacionalistas hasta haber deseado seguir con ellos con Lizarra mediante pero también se siente víctima de ellos por ser agredida en una universidad nacionalista. Me dirán que hay un salto temporal importante. Cierto. Pero hablamos de la misma persona. ¿La valoramos cuando es víctima del poder de los grandes partidos o cuando ejerce su poder sobre los afiliados de su partido haciendo trampas sin el menor tapujo y amenazando?. Me dirán ahora que la comparación no procede pues estamos ante roles diferentes. De acuerdo todo es entendible. Pero a lo que voy es a que cuando se trata de seguir el rastro a un ser hiperactivo y mediático nos encontramos con una ecuación complicada de resolver.