Llegan los "euskotrones"

Llegan los “euskotrones”.

Están a punto de ser entregadas las primeras unidades del “euskotrón”. Máquina basada en la tecnología HBC, descubierta y desarrollada en el Caltech hace dos años, la producción está a cargo de un proyecto joint-venture entre el gobierno vasco y el propio California Institute of Technology.

Todo empezó cuando el profesor y premio nobel Ivanckovic, descubrió las variaciones de las sinapsis de las redes neuronales, en función de lo más o menos vasco que sea el ambiente político-lingüístico en el que el cerebro humano ha estado inmerso durante su temprano desarrollo infantil.

Al parecer, y no nos causa sorpresa, un ambiente político lingüístico muy vasco, caracterizado por la exposición simultánea al vascuence y a las tesis (sic) aranistas, produce una especial y reconocible configuración de las sinapsis neuronales, tan diferente en su trazo grueso respecto a todas las demás configuraciones posibles, que resulta factible forzar desde fuera, mediante inducción magnética, una configuración, o también una desconfiguración, de ese tipo.

De ahí al “euskotrón” solo hay un paso, que es el que se acaba de dar. En efecto, aprovechando lo particular que resulta esta “configuración vasca del cerebro”, el Caltech ha automatizado el proceso por el que mediante la inducción magnética, cualquier individuo puede convertirse en un auténtico vasco fetén, o por el contrario desvasquizarse del todo. Y fué precisamente esta capacidad de doble vía la que estuvo a punto de dar al traste con la joint venture. El gobierno vasco no quería que la máquina tuviera la capacidad de desvasquizar, pero el Caltech alegó que su interés no era económico (ni por supuesto político), sino de investigación. Y que para poder estudiar adecuadamente esta particularidad de la naturaleza, necesitaba poder observar el fenómeno en sus dos sentidos.

Finalmente las máquinas llegarán con ambas capacidades; la de vasquizar, y la de desvasquizar. Pronto veremos en Bilbao estos aparatitos, exteriormente parecidos a los populares “fotomatones”, pero con la diferencia de que sobre la cabeza del cliente se sitúa una gran boina metálica de donde sale la inducción magnética.

En el Caltech aseguran que todos los tests han sido positivos, y que solo les quedaba afinarla con respecto a un efecto secundario: la cara de cabreo que se les queda a los que han sufrido el proceso de “vasquización”. Pero desde el gobierno vasco les han convencido de que eso no tiene la menor importancia, por lo que han decidido pasar a la fase de producción.

Y aquí estamos todos, en un puro ¡ay!, esperando la llegada de los “euskotrones”, que nos van a arreglar definitivamente la vida.

También se comenta que las primeras unidades que se van a instalar vienen con un pequeño error de diseño. Como solo tienen instrucciones en vascuence, la operación resulta mucho más sencilla para los que quieren “desvasquizarse”, que entienden las instrucciones, que para los que quieren “vasquizarse”, que no entienden nada y no pueden. El portavoz del gobierno vasco afirma que esto se corregirá, por el procedimiento de añadir a las instrucciones, siempre en vascuence, unos dibujitos que facilten la comprensión del procedimiento.