El cuento del palo de Hockey
Si hay algo que se pueda destacar como impacto favorable para convencer al personal de la calentología al-gorera, sin duda se trata del gráfico llamado “palo de Hockey”. Según ese gráfico, que sale de un estudio mal parido de anillos de árboles, no existió el “óptimo climático medieval”, donde hizo más calor del que hace ahora, como todo el mundo sabe.
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Usado profusamente por Al Gore en su deleznable documental, y usado muy tramposamente por el IPCC en su cuarta presentación, la historia de este gráfico de Mann et al, de su refutación, y de las trampas posteriores para que el IPCC pudiera seguir aprovechándose de él después de haber sido completa e irreversiblemente refutado, es el mejor ejemplo de a qué le están llamando “ciencia” los calentólogos. Y por supuesto de a qué le están llamando “consenso”.
Un pequeño inciso. ¿Os dáis cuenta que estos supuestos científicos están actuando como si la climatología fuera una ciencia social? ¿Cuando se ha visto, en física, que para dar algo por demostrado se hable de “publicaciones revisadas” (peer-reviewed), como si la revisión por cuatro amiguetes fuera demostración de algo? ¿O cuando habéis visto demostraciones en física, basadas en modelos matemáticos? ¿Desde cuando se acepta como demostración, en ciencia natural, algo que no sean experimentos repetibles y/o pronósticos acertados? Pues así os están llevando al huerto.
Siguiendo con el “palo de hockey”, acaba de salir un formidable artículo de Bishop Hill, donde cuenta de manera muy fácil, aunque inevitablemente larga, la historia de su refutación por el estadístico jubilado canadiense Steve McIntyre, y todas las trampas posteriores, incluyendo la negativa por parte de Mann y sus colaboradores a mostrar los datos y métodos estadísticos en los que se basaban sus falsas conclusiones. Imprescindible. El artículo:
Caspar and the Jesus paper
--Y para que no os quedéis con la mentira en la retina, os pongo un cuadro con los últimos 2000 años de temperatura, de Roy W. Spencer. de su obra
Global Warming and Nature's Thermostat
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Y aprovechando que estamos con Spencer, que aparte de de ser uno de los principales investigadores de la Universidad de Alabama, y ex científico senior de estudios climáticos del Marshall Space Flight Center de la NASA, aun se encarga del aparato que mide la temperatura desde los satélites para la NASA, pondré este gráfico con las temperaturas gloobales desde que se miden con satélites, actualizadas hasta julio. Lo último que hay.
Por aquello de que Spencer es el jefe del equipo que gestiona el instrumento, por situarnos un poco, y por situar la broma esa del “consenso”.
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