Euskadi vs Euskal Herria
Estábamos pocos, y parió la abuela. No tenemos lío bastante en este fantasmal proyecto de mini-nacioncita en el que nos ha tocado nacer, que ahora nos pegamos (se pegan) por el nombre de la cosa. Ahora muchos jugadores de fútbol se niegan a jugar en la selección de Vasquilandia Tremebunda, porque la federación va a renombrarla selección de Euskadi, en vez de selección de Euskal Herría, como se llamó por primera vez el año pasado. Que, según los jugadores en huelga, supuso un gran avance hacia el progreso del mundo. Pero la federación, -y los demás jugadores, supongo-, dicen que naina. No sé, tal vez estén a punto de llegar a un acuerdo aceptando mi propuesta de llamarle Vasquilandia Tremebunda. Aunque aquí, eso de los acuerdos sin pistolas ni bombas por medio, tiene poca popularidad.
Debemos ser un caso muy especial y único en la historia. Un pueblo que lleva siete mil años anhelando y luchando por su libertad con tanto ahínco … que aun no ha tenido tiempo para pensar un nombre con el que designar al objeto de su melancolía. ¡Siete mil años!
Ya dice la profunda vasquifilosofía, expresada magistralmente en sus eusco dichos populares, que izena duen orok, izana du. Las cosas que tienen nombre, existen. Afortunadamente Kant no pasó por aquí, y no se enteró. Si hubiera salido de Königsberg, y se hubiera tropezado con un solo chapelaundi, nos habríamos quedado sin la Crítica de la Razón Pura. Pero no divagemos. ¡Hay prisa! Porque solo estaremos seguros de que la cosa existe si la cosa tiene nombre. Y estos futbolistas nos han retrotaido a siete mil años atrás, cuando empezó la bronca según el Kalehendari.
Sabintxu, a pesar de ser un trastornado y un protonazi, se dió cuenta. Y puso nombre. Euzkadi. Que al decir de los entendidos tiene sufijo de conjunto vegetal. Así como alameda es un conjunto de álamos, Euzkadi viene a ser algo como una vasquileda. Una plantación de vascos obsesionados por las raices, la tierra del padre, y la lengua inmemorial de las piedras y los montes. Sí, será ridículo, pero ya sabes: izena duen orok, izana du.
No ha funcionado. Ahora estamos en la inflacción nominal. Euzkadi, Euskadi, Euskal Herria, o mismamente País Vasco o Vascongadas para los que no nos enrollamos con sentimentalismos brumosos. Y sin embargo hay solución. ¿No es España una nación de naciones, un pueblo de pueblos? ¿Y acaso va a ser Vasquilandia menos que España? ¡Jamás consentiremos eso! Vasquilandia, y más aun vista la cantidad de nombres que tiene, será también una nación de naciones, y un pueblo de pueblos. Y que juegue la selección de Euskadi contra la selección de Euskal Herria. Nada como llamar a Herrero de Miñón, tan araniano él, y nos lo organiza en un pispás. ¡Que menos!