El pecado original

[caption id=“attachment_2281” align=“aligncenter” width=“500” caption=“Vía mitosyfraudes.org”][/caption]

–

En algún momento empezamos a descubrir relaciones causa - efecto. Un rayo caía sobre el árbol, que empezaba a arder. Se desprendía una rama, en llamas, y prendía la hierba. O los arbustos cercanos. El fuego podía pasar de una madera a otra. Bastaba esperar que el dios rayo iniciara el fuego, para que luego el troglodita listo lo robara, y lo hiciera suyo. Milagro.

Milagro de calorcito en la hoguera, y milagro de razonamiento. El problema con el razonamiento es que una vez empieza, no se puede parar. Y si todo tiene una causa, cuando la causa no se comprende, será que la causa es el gran incomprensible. Dios. Y dios tiene que ser como nosotros, que somos los dueños de la creción, pero a lo grande. Debe de tener buenas y malas intenciones, querernos u odiarnos. Beneficiarnos cuando somos buenos, o putearnos cuando le molestamos. El pecado.

Es difícil manejarse sin dioses, porque no sabríamos enfrentarnos a lo que no comprendemos. Pero los dioses van y vienen. A medida que conocemos el mundo, la explicación del dios que había deja de valer, y hay que inventar uno nuevo. El último grito es la pseudociencia, y su más grandiosa manifestación, el alarmismo climático, o al-goridad. Y por supuesto, el pecado asociado es el desarrollo, la democracia, y la libertad.

La foto del cementerio de Santa Coloma de Gramanet, viene vía WattsUpWithThat.com, y es de un artículo del TimesOnline.com . Se titula “Cementerio español, nuevo frente en la lucha contra el cambio climático” [–>], y puede ser una eficaz metáfora de la locura climática como fenómeno religioso.