Anécdota Rosa
Ayer fui al mitin de UPyD en el Ercilla. Savater, nada menos. Savater explicando las cosas más sencillas que, a pesar de ser las más sencillas, deben quedar por encima del nivel del político medio vasco, porque aparentemete casi ninguno las entiende. Como que no le puedes llamar diálogo a algo que trascurre con pistolas por medio. No puedes, por ejemplo pasar por delante de una señora a la que le están quitando la bolsa a punta de navaja, y saludar:
- Buenas tardes; que ustedes dialoguen bien.¿Qué, se entiende fácil, no? Pues hay un problema. Que quien atendía a Savater no era el público adecuado. No estaba Patxindakari, ni Zapatero, ni ninguna de las Gemma Nierga del periodismo ibérico. Y que me perdonan los nacionalistas por no acordarme de ellos, pero es que con respecto a este asunto me lo ha prohibido el médico.
Y Rosa Díez no será Savater, pero por algo será que circulan juntos. También sabe buscar el grano, y presentarlo limpio de mentiras. Por ejemplo, presentó la identititis exactamente por la cara contraria de la que lo acababa de hacer el filósofo. FS había explicado que identidades hay muchas, y que cada uno va escogiendo aquello con lo que quiere identificarse, y ser identificado. Y que lo único aceptable de un gobierno es que facilite esa libertad de elección de las infinitas identidades. Pero Rosa Díez se fijó más en la identititis, que en la identidades. O sea, en uno de nuestros grandes problemas. Con el ejemplo perfecto (el grano) de una cantante que le gusta, que debe ser negra de color, gitana de entorno y educación musical, y balear de vecindario. Al parecer, el imbécil de turno le preguntó en una entrevista:
- ¿Cual es tu identidad?
- ¿Y eso para qué sirve? Yo no tengo.Rosa, maravillosa, remató:
¡Pues yo tampoco tengo!Que ahora me venga alguien a contar que votar a esta gente es un voto "inútil". Lo mismo hasta se lo explico.