No es "mayor democracia interna", sino democracia.
Luis Bouza-Brey deja este comentario en la entrada anterior [Candidatura alternativa]. Y como me parece que señala la madre del cordero, abuso de su paciencia y lo pongo como entrada.
Los críticos no piden “mayor democracia interna”, sino democracia, pues no existe: el Congreso se ha convocado por medio de un Reglamento Congresual ilegal y nulo de pleno derecho, pues modifica los Estatutos vigentes sin competencia para ello y coarta la capacidad de decisión del Congreso, que debería ser soberano.
Pero además, el modelo de partido que se dibuja en la ponencia de Estatutos y Organización no es democrático: se diseña un partido presidencialista, con un ejecutivo colegiado elegido por los afiliados hasta el siguiente Congreso, y en el que no es factible pedir responsabilidades por su gestión ni individualmente ni colegiadamente al Consejo de Dirección (el órgano ejecutivo). La única responsabilidad que se puede exigir es la colegiada, pero con una mayoría de dos tercios del Consejo Político (Asamblea entre Congresos), lo cual equivale casi a la unanimidad, pues un sector amplio de los miembros del Consejo Político son el Consejo de Dirección o Coordinadores designados por ellos, al menos hasta que transcurra algún tiempo.
Por otra parte, el Ejecutivo tiene unos poderes desmesurados, que exceden los típicos de un Ejecutivo democrático, y no hay “frenos y contrapesos” efectivos a su poder: incluso el papel del Consejo Político (Asamblea) es meramente deliberativo, pero con escasísimos poderes de control, aprobación, normación o veto. Este modelo no es el de un partido democrático, sino el de un caudillismo plebiscitario, en el que el Ejecutivo tiene todo el poder y el control.
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Y como viene al caso, pongo la novedad de público:
http://www.publico.es/espana/264903/madrileno/valia/merino/disputara/rosa/diez/liderazgo/upyd
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Sirva lo de Bouza-Brey de aviso a navegantes. Hay que salirse de ese placaje de la personalización, tan del gusto de la prensa amarilla -ya toda la prensa. No se trata de Valia Merino contra Rosa Díez, sino de democracia contra chiringuito. Las cosas, claras.