Escándalo climático: periodistas, lecciones, y bocazas.
Ahora que los periodistas parecen haber empezado a medio enterarse, podemos hacer una paradiña y pillar perspectiva mirando más en general. Porque con este escándalo de los científicos climáticos resulta que la mayor sorpresa es la sopresa que ha causado. Veamos, ¿cuales son las "novedades" que hemos aprendido?
- El proceso de publicación de trabajos científicos sobre el clima está prostituido y sesgado por los calentólogos.
- Los principales científicos alarmistas -que son los que mandan en el IPCC, son más activistas de causa que científicos, y están haciendo mala ciencia conscientemente: "Palo de Hockey" y ocultamiento del Período Cálido Medieval; "Hide the decline"; gimnasia estadística para ocultar que las temperaturas no suben desde 1998 y que no lo pueden explicar; ocultación de datos y procedimientos científicos para impedir que sus trabajos se puedan replicar --entre ellos nada menos que las mediciones de la temperatura global misma.
- Desinformación masiva a cuenta de un supuesto consenso que no existe, y que solo lo pueden aparentar a base de silenciar al discordante en los medios públicos.
¿Por qué no ven los periodistas lo que tienen delante de los ojos? Es difícil pedir más posibiliades de información de la que ya tienen. Pero, ¡pobres periodstas!, no se habían enterado.
A pesar del sesgo y del bloqueo en las principales revistas científicas, hoy se puede seguir en vivo lo que discuten los científicos, y sin filtros, desde sus propias teclas. Y en sitios donde pueden ser rebatidos, o en sitios donde se censuran las opinioes contrarias –que ya es por sí mismo un gran síntoma de quien es transparente y quien tiene cosas que ocultar. Está a huevo:
- Real Climate, donde escriben buena parte de los capos científicos del IPCC -ahora en pleno proceso de escándalo, y que ocasionalmente deja colar alguna discusión instructiva.
- Climate Audit, donde escribe McIntyre, y otros estadísticos de relieve, que denunciaron primero la farsa de "Palo de Hockey" y muchas reconstrucciones paleoclimáticas, y después la denegación generalizada de datos para la réplica de esos trabajos científicos..
- Watts Up With That, desde donde se ha demostrado la poca fiabilidad de los datos de temperatura, y participan muchos científicos de primer nivel.
- Pielke, ni escéptico ni alarmista, pero de gran prestigio, y probablemente el científico con más amplia perspectiva sobre el efecto conjunto de las acciones humanas en el clima.
- Spencer, que mide la temperatura global desde los satélites, y con muchos trabajos sobre los problemas nucleares de la tesis CO2 / fin del mundo
- Lucía Liljegren, ni escéptica ni alarmista, y brillante divulgadora estadística de las tendecias de temperatura global y su comparación con los modelos.
Estaba, y está, a la vista de todos. Porque se puede discuir sobre el fundamento de la tesis alarmista -y el de sus modelos, y el fundamento de las críticas que recibe. Pero no se puede discutir que hay una discusión. Y cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo de honradez intelectual puede comprender que cuando unos científicos se permiten llamar “deniers” (negacionistas) a otros, en remembranza de los filonazis que negaban el holocausto, estamos ante un problema muy gordo que se ha salido de los cauces de la ciencia. Porque al final, el problema de la información respecto a la discusión del cambio climático, no es más que un problema de honradez intelectual.
Afortunadamente los supuestos periodistas lo tienen mucho más difícil que los políticos. El sistema es mucho más fácilmente sustituible. Y en ello estamos. ¿Habrá suerte, y cuando caiga la primera carta, arrastrará tras sí el resto del castillo de naipes? Menos mal que soñar es gratis 😉
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Anadido / guiño:
Como Teufelsbrücke nos trajo noticias de von Storch y de Eduardo Zorita, puede interesar el comentario de hoy en la web de Von Storch sobre el escándalo. Y puede merecer la pena, hablando de lo que se informan los periodistas, señalar que entre los climatólogos internacionelas más conocidos hay un español, por cuyas opiniones nadie parece estar interesándose en España. Es curioso, porque es uno de los personajes más citados en los emails del CRU –muchos emails cruzados con los del escándalo, y los listos de nuestra prensa nacional no parecen capaces de aprovecharlo. ¿Hay tantos científicos españoles que hayan testificado ante el congreso USA [–>]? Ni siquiera se le puede llamar “escéptico” -no es un peligro para ellos, aunque tiene toda la pinta de ser sensato. Pues nada, tú, aquí no salimos de los latiguillos de las sectas.
Von Storch:
The scandal around the stolen CRU-mails is rolling on; the interest, as documented by traffic on the internet is enormeous - and likely the damage done to the credibility of climate science by the unfortunate writing by Phil Jones and others as well. But inspite of this, one can interpret the whole affair also in positive way - namely that science was strong enough to overcome the various gatekeeping efforts, even it may take a few years. The self-correcting dynamics in science is robust and kicking. And the practice of allowing our adversaries to use our data (after a certain grace period) will become finally common.
We need to publically discuss the ethical norms, science is to operate under. Obviously, science can not define itself which these norms should be, but this is a task for society at large - who pays for the efforts and is looking for utility of science. The main guard to this respect is with the media - and it seems the media beginning to become serious, finally. An example is from Wall Street Journal - online. In Germany, journalists judge the affair more cavalier, e.g., in the Tagesspiegel.
http://coast.gkss.de/staff/storch/
Y añadido final: Ya que hablábamos de Zorita, se me ha ocurrido hacer una búsqueda comparativa en Google.- ["eduardo zorita" "cambio climático"] 367 resultados, ninguno en prensa nacional entre los diez primeros.
- ["eduardo zorita" "climate change"] 1.490 resultados.