Cascabel 2
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Post de Ramón Ibarrola
-- Entiendo que hablar de la creación de un nuevo partido teniendo las heridas frescas del desencanto sufrido con UPyD es una osadía grande y ruego a los que siguen relamiéndose las heridas me sepan disculpar.Nos han derrotado pero no vencido. Tenemos desilusión y cansancio así como cierta desesperanza como para poder subirnos a ningún carro o tirar de él. Pues bien, se trata de tener ahora la cabeza fría y no dejarse llevar por lo que el corazón nos dicta.
Atrevámonos entre todos, herejes-críticos, a poner negro sobre blanco qué partido es el que necesita el movimiento regenerador. Llevemos el día 12 a Madrid propuestas bien pensadas y elijamos un grupo gestor/organizador para que convoque en breve una reunión amplia de los 47 de Madrid incluyendo a todos aquellos que quieran y se postulen a ser convocados con el fin de sellar el punto de partida de algo nuevo.
Yo por mi parte voy a tratar de poner mi granito de arena. He leído y pensado sobre lo dicho en el Post del “cascabel” y aunque no han estado todos los que son, creo que el balance deja una puerta ligeramente abierta a la esperanza en la mayoría de intervinientes.
Son interesantes y merecedoras de reflexión las ideas brindadas por Plaza y Luis Brouza sobre los controles y contrapesos. De acuerdo. Pero a condición de que estemos pensando en un partido verdadera y radicalmente NUEVO. Y cuando digo nuevo estoy pensando en un partido sin sedes ni dirigentes natos, sin burocracia. Verdaderamente democrático y participativo. Un partido en red y en la red. Con vitalidad e imaginación abierto a la participación ciudadana. Que tenga en el debate de ideas su mejor motor. Que tenga en las mejores cabezas a sus dirigentes rotatorios. Sin líderes natos ni cabezas por encima de otras cabezas. Sin adoración a los cargos y si se quiere un punto ácrata. (Sí, donde nos riamos de las sandeces de los partidos al uso)
Sin afiliados al viejo estilo. Con adeptos, simpatizantes, colaboradores y con cuadros que surjan de la propia praxis. Este partido sería invencible. Las adhesiones iniciales probablemente costarían más, pero una vez puesto en marcha y ganado el punto crítico sería un P. que haría temblar el sistema de partidos.
Las bases ideológicas creo que las tenemos bastante claras y deberían figurar a modo resumido como un decálogo. Estoy de acuerdo en muchas de las ideas ya adelantadas por Luis Brouza y efectivamente la transversalidad es uno de los temas que a mí me produce repelús, como lo de laico y progresista. Deberíamos construir un partido no basado en la dicotomía izquierda y derecha, por anacrónico, un partido que propugne un Estado laico y que propugne a su vez políticas de progreso para el país. Pero esos no tienen que ser necesariamente, rasgos esenciales de sus seguidores, que pueden proceder de cualquier ideología, iglesia o concepción económica. O sea un Partido Democrático y punto.
Los pasos a dar y los requisitos iniciales me parece que tendrían que ser muy fácilmente conseguibles. Como decía arriba se trataría de lograr la más amplia convocatoria de los cuadros críticos con los dos proyectos fallidos de la regeneración democrática, a una reunión que se transformase en grupo promotor de éste proyecto. Para ello habría que nombrar en Madrid el día 12 (entre quienes estuviéramos por la labor) un equipo organizador de esto, con plenos poderes para convocarlo, a primeros de año. A mi entender ese grupo promotor de entre 100 y 200 personas sería el que se debería responsabilizar de poner en marcha el proyecto, las bases iniciales del mismo, su decálogo y sus peculiares estatutos y una web donde radicaría el conjunto de la vida de éste llamémoslo Partido Virtual.
Animo a mucha más gente que la incluida hasta el momento, a seguir escribiendo negro sobre blanco. Echémosle imaginación y un poco de reflexión y seguro que logramos un punto de partida con el que seguir adelante sin mirar hacia lo que hemos perdido todos.
Ramón Ibarrola