Petra sobre el aborto
Nota previa:
Petra, en un comentario de ayer, se queja de que no hayamos tratado sobre el aborto y la cadena perpetua. Culpa mía. Lo que pasa es que te motivan las cosas que te motivan, y tiras por ahí. Pero por eso os digo siempre que el sitio es vuestro, y que podéis proponer / mandar lo que os parezca. Mejor mandar, claro, porque nadie como el motivado para plantearlo. Así que aprovecho que Patra se animó en un comentario de ayer, que quite para reservarle espacio propio. Gracias.
Lo importante no creo que sea cuestionar a Elorza, si no debatir dos temas que jamás se han debatido ni en upyd ni aquí: La ley del aborto y la cadena perpetua revisable. Mi postura, en cuanto al aborto, se refleja en la carta que mande a un articulo de CMG:
“Un horror, me parece a mí obligar a una chica de 16 años a tener un hijo no deseado. A que sus padres decidan sobre si ella, en función de los criterios morales paternos. A que tenga que estar nueve meses embarazada, parir, no dormir, renunciar a su vida, dejar sus estudios, ponerse a trabajar en empleos que no le van a poder permitir criar ni educar a esa criatura, entregarlo a sus padres o en adopción, traer al mundo a un niño que va a ser desgraciado junto a su madre, a la que no le ha dado tiempo a vivir. Con esta ley nadie le obliga a abortar, simplemente despenaliza y no exige justificaciones ante las decisiones de las mujeres. ¿Cuántos niños sufren actualmente en el mundo? Por hambre, por malos tratos, por desafecto, por asesinatos, por explotación del tantalio, por falta de educación y de futuro, por un larguísimo etcétera. ¿Es la sociedad, el gobierno, las iglesias, los autodenominados pro-vida –los que curiosamente asesinan ginecólogos abortistas-, los que tienen que decidir? ¿Alguien se ofrece a cuidar, educar, dar afecto a esos niños nonatos? ¿O ustedes deciden sobre la vida de madres e hijos porque nada tienen que aportar más que su religión?
No es el Estado el que “ da el derecho a ser madre” , como viene a decir, sino que el derecho a ser madre es intrínseco a la mujer, sea esta adolescente o adulta, y lo que se pide es sólo que este derecho no se conculque.
Nadie le obliga a usted a abortar. Nadie está en contra de una educación preventiva. Pero frente al hecho de un embarazo, ya no sólo no deseado sino en unas condiciones nada favorables a esa vida, no sé como se puede ser tan hipócrita para opinar de aquello acerca de lo que tan ampliamente se lavan las manos.
Hay muchos millones de niños sufriendo en el mundo. A todos los que piensan como usted les recomiendo que empiecen a hacerse cargo de ellos antes de seguir hablando. También me pregunto si usted o los que piensan como usted tienen hijos. Y si les viene su hija de 16 años embarazada ¿que harían? Sobre todo si ustedes están en paro, tienen rentas bajas, sobreviven malamente y ni tan siquiera pueden ofrecer a esa hija una vida digna. Eso sí que es un horror. Pero, vamos a ponernos en el mejor de los casos, viven confortablemente y por tanto es imposible que su hija pueda estropear su carrera por un “pequeño desliz”.
En una sociedad permisiva, secularizada y con otros conceptos de relaciones sexuales no puede venirse ahora negando la libertad de elección de una joven cuando nos hemos dotado hace años de una ley que da mayoría de edad sanitaria a los 16 años. Educamos a nuestros hijos e hijas en la autonomía y en la liberalidad, y ahora pretendemos que nos pidan permiso para abortar cuando no nos lo han pedido, y lo sabemos, para tener relaciones con sus “chicos”.
Una sociedad que educa ciudadanos con derechos, no puede después sacar hipócritamente el decálogo de los pecados de la vetusta iglesia católica, por cierto cargada de escándalos en este terreno.
Por último, la referencia a las viejas reivindicaciones feministas de “aborto libre y gratuito” nos reafirma en la vieja idea de defender la libertad de la mujer. Considero que esta ley de plazos, además de reconocer el derecho de la mujer al control de su capacidad reproductora, da un paso adelante en el ejercicio de autonomía sobre su vida sin necesidad de justificar a nadie lo que debe hacer con su condición de persona. Antes de dilucidar si un embrión es un bebé o un proyecto de, aseguremos los derechos de los seres vivos que son las mujeres.”
También estoy en contra de la cadena perpetua, por las injusticias que se cometen en los países que se contempla, pero me remito a Savater en el2008: