La tarea ilusionante
Continuación de la serie de Fresita Magenta
--… Tal como os comentaba, “el que algo quiere, algo le cuesta”. Y con este bagaje nos lanzamos muchos a la ilusionante tarea de extender la buena nueva por el mundo mundial. Fuimos vendiendo la Regeneración Democrática, la savia nueva frente a la rancia y caduca estructura de la partitocracia que tiene asfixiada a la España del S. XXI…; y, por supuesto, la idea de que para este proyecto solo necesitábamos gente con ilusión, que creyera en el “verdadero cambio”, con las alubias ganadas y capaces de acreditar fehacientemente que se las podían seguir ganando, gente “limpia” sin ansias de carguito –o que si ya lo tenían, se lo dejaran en la puerta, como alguno de nuestros ilustres fundadores-… (Y sí, claro, hasta el día de la puesta en escena del Hotel Ercilla de Bilbao de aquel “…te llevaré siempre en mi corazón…”, Rosa Díez siguió siendo militante del PSE-EE-PSOE, pero participando activamente en todo el proceso, informada al minuto de cada reunión –Niko, Carlos, Juan Luis- y “tele-impartiendo” instrucciones a tutiplén)
Así que metidos de lleno en harina, en la vorágine del día a día… se acabó el debate político y la necesidad de elaborar aspectos más concretos de las propuestas que queríamos trasladar a la sociedad. Eso ya llegará y tiempo habrá para hacerlo bien y con calma, se nos decía. Y como todos empujábamos el carrito en la misma dirección… pues sin problemas y a por toda España. Así como suena.
Nos repartimos España encima de la mesa de la cafetería de un hotel: “esta ciudad para ti; aquí ya vamos nosotros que es una paliza y vosotros trabajáis; a esta otra capital vais vosotros dos en el coche de fulanito; a Málaga ya vamos nosotros que hay que coger el avión porque si no es una paliza; Extremadura vamos a dejarla de momento hasta ver como respiran. A fulano y mengano hay que comprarles un portátil potente y con conexión para que esto funcione; a tal y cual hay que darles móviles con cargo a la Organización, pero tú no te preocupes, que a ti ya te lo paga tu empresa…” En fin, todo un cuartel general trabajando coordinadamente y dándolo todo por el bien y el futuro de España… Nada menos.
Paralelamente y mientras evaluábamos cada semana el eco de “la propuesta ilusionante” por toda España –“…Cataluña es un desastre, los de Ciudadanos no entienden nada. Ellos sabrán, pero no tienen otra salida que integrarse en nuestro proyecto, que otra cosa van a hacer sino…; Madrid espectacular: ¡más de 400 personas!, no se cabía en la sala…; lo de Málaga, una pasada; en Galicia muy bien, oye…”-, fundábamos comités provinciales y locales en todas zonas del País Vasco que podíamos… Y como necesitábamos seguir y no había recursos… pues algunas de nuestras comidas –siempre pagadas a escote, claro- terminaban con otros 20 € de cada uno encima de la mesa para atender a las necesidades básicas de la organización.
Íbamos así dando forma a la propuesta de Plataforma PRO y evaluando cada lunes en las reuniones en un hotel de San Sebastián –en Comité reducido y formado por entre seis y ocho personas- el avance imparable de la ilusión que habíamos sido capaces de generar y que se extendía como un reguero de pólvora por toda España…
Valorábamos también, claro está, la cantidad y la calidad de las personas que íbamos conociendo y nos admirábamos (a cada informe) de las ansias con que se acogía y la necesidad constatada de este proyecto en España. Tratábamos de evitar en la medida de nuestras posibilidades, que se nos colara en esto, como suele decir un amigo “el que viene a servirse y no a servir al proyecto” (¡Ingenuos!… ¡Si los del “servirse” estaban ya al mando del chiringuito!… ¡Lo que se habrán estado riendo de todos nosotros en estos años!).
La preocupación tenía mucho sentido, puesto que, al igual que nosotros, muchos estaban viendo en esta sencilla idea una oportunidad de oro. Y pusimos reglas, porque debíamos ser especialmente cuidadosos con estas cuestiones. Nada de dobles militancias (los de la UCE, La Unión,…), ni carguitos (fue ejemplar el empeño, hasta el final, del Alcalde de Castro Urdiales -hoy en la cárcel- por entrar en Plataforma y después en UPyD, o de algún ex-concejal socialista…)
Llegamos así a la puesta de largo de Plataforma PRO, a la primera reunión –en Madrid, claro- de representantes de toda España. Éramos prácticamente todos voluntarios, bisoños, que con una tremenda ilusión y alegría desmedida, nos pagamos los viajes con nuestro dinero. Teníamos una enorme curiosidad por “reconocernos” en los ciudadanos de las demás Regiones que eran bichos raros, altruistas, generosos y dispuestos a todo por una buena causa… Como nosotros… Fue un éxito. Pasados los primeros momentos de timidez, prácticamente todas las intervenciones eran loas a los ideólogos del proyecto… y un cheque en blanco –que considerábamos necesario, por supuesto- para seguir en esa línea de actuación y dotarnos de reglas de juego y programas necesarios para desembocar en el nacimiento de una nueva criatura capaz de regenerar España de una vez por todas.
Fresita Magenta
(Continuará)
(Por cierto, amigo Pato, si recuerdas bien yo decía en mi escrito: “…en aquella cena participaron, entre otras personas, Carlos Martínez Gorriarán, Juan Luis Fabo y Rosa Díez.” Y claro que conocía la identidad de esas dos a las que tú haces referencia y de alguna más, pero si te parece un error no citarles expresamente a estas alturas de la cosa… tú mismo. Mi único reparo –en el caso del filósofo- es el no haber tenido aún la oportunidad de hablar estas cuestiones personalmente con él. Espero poder hacerlo y trataré de entender ese silencio cómplice que le hace participe del embuste colectivo, como bien dices. Y por supuesto lo contaré, porque esto nuestro ya es Patrimonio de la Humanidad…)