Valia contesta a UPyD
D.ª Elvira María García Piñero Instructora del expediente 15/2010 Consejo de Dirección de Unión, Progreso y Democracia Cedaceros 11, 2º
28002 Madrid
Madrid a 17 de febrero de 2010
A los miembros del Consejo de Dirección de UPyD, en la persona de D.ª Elvira María García Piñero en calidad de instructora del expediente 15/2010.
Les escribo en relación con la carta que se me envío el pasado 10 de febrero por burofax a mi domicilio, relativa a la incoación del expediente 15/2010
No voy a realizar ninguna alegación exculpatoria ante este órgano de dirección, elegido en un proceso electoral que no reunió las más mínimas garantías democráticas, y que por lo tanto carece de la capacidad ética y moral para sancionarme, para sancionar a un ciudadano libre que habita en un país libre por ejercer el derecho sagrado de la libertad de expresión, que ustedes siempre emponzoñan con el insulto, haciéndose pasar por víctimas en vez de verdugos, que es lo que son.
Lo que sí quiero es transmitirles los siguientes comentarios al hilo de los últimos acontecimientos. Estos comentarios los hago desde mi libertad, desde mis valores ciudadanos, desde mi posición de hombre que ha luchado por la libertad y la dignidad de las personas en contra de cualquier tipo de dictadura y represión. Y desde esa libertad voy a difundirlo a los cuatro vientos, para aportar información libre a mis compañeros de partido, a los ciudadanos que desconocen la realidad de nuestro partido - manipulado y controlado por una dirección que no cumple los mínimos exigibles de democracia interna -, a los ciudadanos que no saben que esa supuesta alternativa a los partidos mayoritarios está infectada de los males más graves: el autoritarismo, el mesianismo y unas desmedidas ansias de poder.
No sólo lamento que hayan acordado iniciar el expediente 15/2010 contra mi persona sino que también quiero expresar mi tristeza porque hayan iniciado al menos otros 14 expedientes en 2010; la vía del expediente no puede ni debe ser una herramienta política al uso, sino una medida excepcional dentro de un partido. Sin embargo ustedes la utilizan de forma ordinaria para acallar, y apisonar el partido por dentro. Me imagino que a estas alturas han de tener una gran autopista interna con un firme regular y de primera calidad. Son ustedes en eso unos buenos constructores de vías de un único pensamiento, el que ustedes digan.
¿Cuántos expedientes les faltan a ustedes por abrir? ¿Una decena más quizás? Menuda purga. El Sr. Martínez Gorriarán parece que quiera codearse en los libros de Historia con Beria y Robespierre, ya que no pasará a ellos por ninguna otra razón. Decir la verdad nunca debería ser delito, informar al ciudadano de la mercancía deteriorada que se le pretenden colocar es una acto de ciudadanía, desenmascarar a los vendedores de patrañas es un deber cívico y eso es lo que he hecho y seguiré haciendo por el bien de nuestro partido y de nuestra España.
Respecto al primer expediente abierto contra mí (2010/01) quiero dejar claro que me sorprende que se fundamente en el ejercicio de un derecho constitucional, el de reunión. Según nuestro Apparatchik de turno, los militantes no se pueden reunir sin la presencia del censor o comisario político, es una curiosa cláusula a un derecho tan importante. Me ratifico en los hechos: nos reunimos porque era bueno para los militantes, y sigo considerando que la actuación de los comisarios políticos enviados por el líder carismático o sus fervientes acólitos fue propia de las peores actuaciones de grupos represores. Cuando un partido, en proceso congresual o no, prohíbe la libre reunión de sus militantes algo huele a podrido, algo hiede y aquellos que realmente quieren el partido para sus fines mueven pieza porque sienten en peligro sus prebendas.
Ustedes me convocaron a una reunión del día 19 de enero del presente año para que explicara esos hechos y no acudí. No acudí porque tenía otros compromisos más allá de su ordeno y mando, y que como de costumbre ustedes convocan como les da la real gana, esto es, sin poner por ejemplo dos fechas tentativas para ver si los aludidos (militantes base) podemos ir. Es una buena muestra de su talante -¿será herencia del PSOE?-. En cualquier caso, les rogaría que en adelante puedan o bien facilitar más tiempo para la reunión, o bien poner varias fechas, o bien seguir los procedimientos al uso, como por ejemplo explicitar una alternativa (nombre maldito dentro del partido) para la incomparecencia justificada, como ocurre por ejemplo con las cédulas de citación de los Juzgados. Imagino que tener un reflejo de las estructuras democráticas de nuestra sociedad dentro del partido es pedirles a ustedes un esfuerzo ímprobo sino sobrehumano.
De todas formas, no fui a Cedaceros sólo por tener otros compromisos, sino que además carecía de cualquier propósito de enmienda: sí me reuní, sí pienso seguir reuniéndome, sí pien o seguir expresando mis opiniones libremente, sí creo en la libertad de reunión y de expresión consagradas en la declaración de derechos humanos quizás un poco antigua y demodé para la moderna de nuestra líder. No fui y quise que todos los militantes y toda la sociedad supieran que se me había abierto un antidemocrático expediente y que no pensaba presentarme ante el Tribunal de Orden Público redivivo sin abogado ni coartada.
Por lo que se refiere al segundo expediente (15/2010), abierto por mis declaraciones en prensa, también tengo una serie de comentarios que quiero compartir con ustedes. El primero es que es un halago hacia mi persona tanta atención por su parte, si bien es cierto que con las herramientas informáticas al uso; la tarea se realiza de forma más liviana con las ediciones digitales de los medios de comunicación. El otro aspecto reseñable son los ejemplos que ustedes citan en su escrito. Cabe preguntarse por qué no ponen todas las declaraciones hechas por mí y sólo unas pocas. ¿Cuál es el criterio seguido, Doña Elvira? Mejor no responda. Podría haber incluido también en el expediente estas otras declaraciones que sí son mías:
… Merino, que confesó sentirse "muy triste" por todo lo sucedido, cree que "haga loque haga" le expulsarán de la formación…
… No, no pude acudir, a veces en el partido te convocan con pocos días de adelanto a las reuniones sin tener en cuenta que cada uno tiene compromisos y agendasTambién me llama poderosamente la atención que Doña Elvira no haya querido contrastar la información que fundamenta el expediente: ¿Doña Elvira, no será usted de esas personas que se creen todo porque está escrito? Eso sí, reconozco que el expediente me parece un chiste de mal gusto sin duda alguna, pero un chiste al fin y al cabo. Tan chiste como las declaraciones del señor Martínez Gorriarán, hechas a EUROPA PRESS después de su gran conferencia a nuestros nuevos militantes para explicarles el modelo de partido que el Consejo de Dirección desea y tiene, en referencia a los expedientados y demás calaña … “esas personas, igual que tenían la libertad de entrar, pues tienen las de salir". Todo un detalle por su parte. Pero si me lo permite seguiré citando a nuestro estimado compañero, que años atrás, en 2006, sin embargo, posiblemente debido a otro tipo de espíritu escribía en la prensa, escribió que en ABC lo siguiente:
“La democracia de los partidos políticos no es un asunto interno, sino un problema que afecta e interesa al conjunto de la sociedad. La reciente defenestración de Rosa Díez de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo, perpetrada por la dirección de su partido con modos y argumentos incoherentes con los requisitos democráticos y el sentido común, acaba de actualizar ese problema, pero conviene aclarar que el PSOE no es, de ningún modo, el único partido sorprendido en semejantes tejemanejes autoritarios. Lo cierto es que son la norma, porque las deficiencias democráticas de los partidos no son de derechas ni de izquierdas: tienen poco que ver con la ideología fundadora y mucho con el modelo de organización y gestión del poder.Es curioso este artículo, que yo comparto plenamente, ¡Lo que hace el paso del tiempo y estar al otro lado de la barrera! Porque obviamente es esto lo que ustedes han y están aplicando en el partido, la misma medicina elevada a la enésima potencia, mejorando los procesos represivos de otros partidos. Ahora en vez de citar a Popper, puede citar a Max Weber en su apartado del monopolio de la violencia física legítima del Estado, sino tiempo al tiempo.Los partidos están estructurados de modo que un pequeño aparato de dirección, organizado en círculos concéntricos de poderío decreciente y dependencia creciente del aparato central, gobierne sin oposición sobre un gran número de afiliados y administre, también sin oposición, un número todavía mayor de votos considerados como simples cheques en blanco extendidos a un portador al que no es posible pedirle cuentas hasta las siguientes elecciones. Por eso Popper definió la democracia como ese sistema donde todo se reduce a votar un cambio de gobierno cada cierto tiempo, y sin ninguna garantía de que el nuevo vaya a mejorar la trayectoria del precedente.
La gran paradoja es que el sistema constitucional que los partidos están llamados a legislar y gobernar tiene exigencias democráticas que aquéllos no admiten en su seno.”
El incumplimiento del artículo 12, apartado 3, no se sostiene; he ejercido mi libertad de expresión y lo voy a seguir haciendo y los únicos que están dañando a la imagen del partido son ustedes: los apparatchik con su persecución al militante, cercenado sus derechos constitucionales, ustedes con su actuación enfangan al partido expulsando de oficio o de facto a los militantes comprometidos con la funesta manía de pensar.
Por lo que se refiere a mi supuesto – y también desternillante – desacato y obstrucción a los órganos de dirección, quisiera sugerirles que me acusen también de auxilio a la rebelión o, ¿por qué no?, de menchevismo irredento. De esta forma su acusación quedaría más en la línea de sus autenticas convicciones. Si desacato es decir que son antidemocráticos y estalinistas y que no respetan las más mínimas reglas de la democracia interna, pues entonces estoy desacatando. Si desacato es ejercer mis derechos de expresión, reunión, en un partido sometido al marco jurídico español, pues sí, estoy desacatando. Si desacato es no prestarme a la pantomima del juicio inquisitorial que pretendían montar con el expediente informativo y con este expediente disciplinario y denunciarlo, pues sí, estoy desacatando.
Pero esos no son mis verdaderos desacatos, he desacatado cuando he encabezado la candidatura alternativa, he desacatado cuando les he puesto frente a la realidad, cuando le he dicho a los militantes quienes son ustedes y que pretenden, cuando he desenmascarado a la líder carismática que se ha transmutado de mujer progresista y moderna en una señora chillona, que grita en vez de dialogar, (y esto no es insultar es constatar un hecho y un pitido constante en nuestros oídos que todavía pervive) que desea acallar a todo aquel que pueda turbar su placida jubilación dorada, a la europea. Ese es el verdadero motivo de los expedientes abiertos y no lo que en sus textos utilizan para justificarlos.
Soy objeto de expediente única y exclusivamente porque, desde mi honradez personal y por el deseo de un grupo de compañeros, encabecé junto con ellos una candidatura que pretendía abrir las puertas del partido que cumpliéramos hacia dentro lo que predicábamos hacia fuera. Pero ese esfuerzo, que hubiera debido ser apreciado por la dirección del partido en su justo valor, sólo encontró oposición, negación de la más mínima igualdad de oportunidades (el partido estaba amañado y el arbitro, por si acaso, comprado) insultos personales y profesionales contra mí y contra mis compañeros y hasta contra mi familia. Con esos “demócratas” tuvimos que lidiar.
Perdimos, sí, pero sacamos demasiados votos a pesar de las trampas y las zancadillas, nos convertimos en un peligro para las bien mullidas poltronas. Había que acabar con nosotros, con los que a pesar de todo quisimos seguir dentro del partido trabajando por un partido y una España mejores.
Ahora mismo, tras los dos expedientes abiertos, dos tarjetas amarillas, me encuentro en situación de suspensión de militancia y al borde de la expulsión. Qué le vamos a hacer.
Sé que nunca más volveré a militar con todos mis derechos, sé que me van a terminar expulsando porque no pueden ustedes quemarme en la plaza pública como correspondería a sus profundas convicciones y a mi condición de hereje. Por eso explicito que no pienso reconocer la capacidad del Consejo de Dirección para negar mis derechos fundamentales, mi expulsión está ya decidida, de antemano y quizá sea este escrito, el mecanismo que convierta la suspensión en expulsión.
Por eso quiero aprovechar este escrito para despedirme de mis compañeros del ya desaparecido CEL de Chamartín, laminado como otras tantas agrupaciones, y de los cientos de militantes que o bien apoyaron mi candidatura o bien, sin apoyarla, la respetaron.
A todos mis compañeros de UPyD les quiero decir que creí en este partido y que sigo creyendo que un partido basado en un manifiesto fundacional como el de UPyD es necesario para España, para un país sumido en una tremenda crisis social, económica, moral, institucional y política, para una España carente del liderazgo necesario que nos permita atravesar la tormenta.
Porque creí en ello y porque creía que el núcleo de poder y dirección se estaba desviando de los principios fundacionales, incumpliendo dentro lo que pregonábamos fuera, me uní a decenas de compañeros y presentamos una candidatura con poco tiempo, sin medios, con todo en contra. Lo hicimos y todos sabemos que, aunque formalmente perdimos, realmente ganamos porque desenmascaramos a los manipuladores de la esperanza, a los gestores de la gran estafa de una supuesta regeneración política realmente basada en la opresión y la represión, en la manipulación y el engaño.
Quiero que mis compañeros sepan que me iré orgulloso del trabajo que hemos realizado juntos, de nuestras horas en la calle repartiendo propaganda, de los viajes, convenciendo a los electores, explicando unas ideas que ahora veo que estaban trucadas, de nuestras veladas interminables preparando la candidatura, de otros viajes para hablar con nuestros compañeros a los que se convocaba tarde, mal y nunca. Yo nunca les diré que abandonen el partido, nunca lo he hecho, todo lo contrario he criticado a los que lo hacían desde el respeto y el entendimiento, pero sí les pido que ese informen, juzguen y decidan como siempre: libremente. Les pido que no tengan miedo aunque ustedes, los miembros del Consejo de dirección, queráis tejer las estructuras de control interno del partido.
Estoy contento de lo realizado y además pasaré al anecdotario como el primer candidato opositor en un partido español purgado por la dirección saliente, entrante y triunfante, algo que podré explicar a mis hijos y con suerte a mis nietos. Espero ser el primer y último caso.
A pesar de todo lo ocurrido, soy optimista, creo en la capacidad del ser humano para analizar con el máximo de información disponible y de decidir coherentemente con esa información su forma de ver la vida y la sociedad que le rodea y creo que España necesita un partido que se parezca al UPyD fundacional, no a la caricatura en la que el Consejo de Dirección lo ha convertido. Porque creo en todo eso, quiero seguir luchando por hacer que UPyD retorne al buen camino, al ejercicio de los valores que demanda España. Y por eso sigo hasta que el Consejo de Dirección me expulse del partido. Mientras no pienso callarme.
Por último, quiero darle las gracias a todos mis compañeros por su apoyo y comprensión, por sus muestras de cariño y de solidaridad ante la represión y ante las infamias. Y también quiero darle las gracias a usted, Doña Elvira, porque como consecuencia de su escrito me he decidido a escribir estas líneas convertidas en un alegato por la libertad y la dignidad dentro de los partidos políticos.
Atentamente,
Valia Merino Vallina. Suspendido cautelarmente de la militancia en UPyD.