Las lenguas endémicas.
Las melonadas con las que siempre juegan los nacionalistas nos han incrustado un concepto, otro más, completamente irracional. La idea de una lengua propia de un lugar. Pero eso es solo o la ignorancia del significado de las palabras, o una forma de mentir.
Propio es algo característico o peculiar de una persona o cosa. Cuando alguien quiere referirse a algo característico o exclusivo de una región, la palabra es endémico. Que este último término se use con frecuencia para especies de limitada distribución geográfica, no es desdoro ni impedimento, sino una semejanza de situaciones muy real.
Podemos ponernos muy ecologistas, y luchar porque la mariposa de motas anaranjadas no desaparezca de una zona. Y podemos ponernos realistas, y preguntarnos si para ello merece la pena erradicar de la zona a la mariposa de motas rojas, más fuerte en ese momento y lugar. Y sobre todo, podríamos ser inteligentes, y calcular qué es lo que más nos conviene a nosotros, y no a las malditas mariposas. Sobre todo cuando no se trata de mariposas ni de ninguna otra especie o ser, sino de una ristra de palabras tan irrelevante y transitoria como las demás.