¿Es necesario y posible un nuevo partido en España?
Post de Luis Bouza-Brey
--Es necesaria la Regeneración o Refundación democrática de España, pues el sistema político está corrupto en el sentido más global, de funcionamiento pervertido por la desviación del comportamiento de los actores políticos hacia sus intereses particulares, más que hacia el interés general.
Esta perversión hace que líderes y partidos se orienten prioritariamente hacia la consecución y mantenimiento del poder, por medios indignos tales como la mentira, la demagogia, el cainismo y la construcción de clanes y privilegios económicos para la oligarquía política, haciendo imposible que la resultante del funcionamiento del sistema sea el Bien Común.
Ante esta degeneración se hace precisa la emergencia de nuevos actores que luchen por deslegitimar y desautorizar la farsa y los farsantes, reconstruyendo la cultura y estructura política del país.
Pero el núcleo central de la respuesta al título de este post es plantearse si la herramienta partido político es necesaria, posible o conveniente para entablar esa lucha, o si su creación lo que haría sería transformarlo en un actor más, abducido por la propia corrupción del sistema hacia su reproducción. Porque las experiencias sufridas hasta ahora con Ciudadanos y UPyD parecen indicar que el resultado más probable sería la abducción del nuevo partido.
No obstante, los demócratas interesados en evitar por enésima vez el fracaso de la democracia en España, deberían ensayar nuevas vías de experiencia política para evitar el fracaso, tales como la creación de asociaciones políticas —generales y especializadas en áreas de interés— y redes de contacto e interacción confluyentes en el mundo de internet y en la sociedad, de las que pueda surgir la nueva cultura política del país que sirva de sustento a un cambio de la oligarquía hacia la democracia en el futuro. Porque, como apuntan algunos, el umbral de entrada en el sistema político, para los nuevos partidos, es muy alto, exigiéndose un porcentaje elevado de votantes para tener presencia en las instituciones, lo que estimula la perversión del comportamiento hacia el logro electoral, y su alejamiento de la Regeneración democrática.
Sin embargo, cabe pensar en herramientas como las mencionadas anteriormente (asociaciones y redes), que asuman como objetivo prioritario la Regeneración y Refundación de la cultura política del país, y el desenmascaramiento de la profunda corrupción del sistema y sus actores principales, de tal manera que se vaya desarrollando un proceso a medio plazo de lucha cada vez más generalizada contra la perversión de actores políticos e instituciones.
La ventaja de este planteamiento es la de procurar evitar la ley de hierro de la oligarquía que dinamita los intentos de regeneración en cuanto aparecen intereses competitivos y estructuras excesivamente jerarquizadas en los partidos políticos. La alternativa frente a estas patologías sería utilizar estructuras ágiles, flexibles y polimorfas que fueran permitiendo entrar, primero en la cultura política, y posteriormente en la estructura, mediante coaliciones de redes virtuales y sociales y la herramienta de las agrupaciones de electores. Éstas, perfiladas en la ley de Régimen Electoral, permiten concurrir a las elecciones de los diversos niveles de la vida política, a candidaturas de Agrupaciones de electores que cuenten con un número de firmas de apoyo del uno por ciento del censo de electores de las circunscripciones por las que se presenten.
Este conjunto de instrumentos tales como estructuras polimorfas y ágiles, proceso a medio plazo, objetivo prioritario de reconstrucción de la cultura política del país, y coaliciones amplias que cristalicen en Agrupaciones de Electores, podrían constituir las herramientas fundacionales de un futuro partido apoyado en una base consistente y una nueva vía de transformación del sistema político del país.
Es muy posible que si se comienza desde un nuevo inicio distinto de los anteriores, el intento cuaje más rápidamente de lo que pensamos en estos momentos.