Plazaeme preservado

<< Posterior Spencer y Christy se meten con el efecto isla urbana en las mediciones de temperatura
Anterior >> Carta a Rosa Díez

El juez ejemplo y otros ejemplares personajes

Carlos Jiménez Villarejo fue nombrado fiscal anticorrupción durante el mandato de los  gobiernos más corruptos que ha tenido España desde la transición, y posiblemente desde Viriato. Y no es una opinión, sino un hecho ampliamente contrastado por las condenas judiciales de miembros de esos gobiernos, sin precedentes en la historia. Y como sabemos que en España el gobierno no tiene relación ni influencia alguna con el nombramiento de los altos cargos fiscales, especialmente desde que Felipe González se dedicó a honrar a Montesquieu, podemos imaginar que en nombramiento de Villarejo fue verdaderamente para combatir la corrupción, como el nombre de su cargo indica. Así que nos podemos fiar de su criterio en todo este lío a cuenta de Garzón, según lo expresa en reciente entrevista en El País [-->], periódico ampliamente conocido por su imparcialidad y su labor contra la corrupción de cualquier signo político.
Las intenciones me son indiferentes. Yo me atengo a los hechos objetivos de las resoluciones judiciales y de los escritos de las partes. Y de ellos se desprende que hay un acoso organizado y sistemático contra el juez, sobre todo si se estudia cómo se han producido las querellas, perfectamente calculadas y estudiadas. Me preocupa porque supone la persecución de un juez que es un ejemplo.
Y se ve -y se aprende, dónde pone el foco un buen luchador contra la corrupción. En la ejemplaridad. Visto que el juez Garzón es un ejemplo, el asunto es preocupante. Si no fuera un ejemplo sería distinto. Y debe ser un ejemplo indistintamente de lo que resulte de la triquerella que tiene encima. Con lo que o las querellas son irrelevantes (prevaricación), o Villarejo ya sabe su conclusión antes de que se vean. Una suerte eso de tener el ojo de lince.

¿Y de qué será ejemplo Garzón? ¿De su imparcialidad en entredicho, según fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos [–>]? ¿De su capacidad de lograr financiación para sus asuntos particulares, estimulando la generosidad del justiciable? ¿De su recurrente lentitud en comprender cuándo no es competente en un caso, y de llevar a cabo espectaculares acciones judiciales en ese lapso de incomprensión? No se sabe, porque en la entrevista Villarejo no nos da pista de cual es el quid de la ejemplaridad de Garzón.

Al contrario:

Llevamos 25 años en que las asociaciones de jueces y fiscales, conservadoras y progresistas, han celebrado congresos comiendo en la mano de los bancos y cajas de ahorros, que han aportado cantidades importantes, han pagado gastos de alojamiento y seguramente algo más. ¿Por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja esto en el ejercicio libre e independiente de su función si cualquiera de ellos ha tenido algún asunto con las entidades que les han subvencionado tan generosamente?
La pregunta es muy buena; el problema es que no la responde. En efecto, ¿por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja eso ...? ¿Y por qué no se preguntan por la conveniencia de apartarse del caso, en la circunstancia de que el investigado sea también financiador de ese juez en concreto? No sé, tal vez lo que ocurre es que el Supremo -al aceptar la demanda contra Garzón, está preguntándose precisamente eso que Villarejo pide que se pregunten. Pero entonces no tendría sentido su mosqueo. ¡Vaya lío!

Sigamos.

No es posible que una persona que está siendo perseguida por la justicia penal por delitos graves, como el blanqueo de capitales, se pueda constituir como parte para perseguir al juez que acordó las intervenciones telefónicas que son uno de los fundamentos probatorios contra él. ¿Por qué ha sido ofendido este señor para que se le permita acusar? Es él quien está siendo investigado.
Antiguamente -antes de El País y de Villarejo, solía pensarse que el imputado tenía unos derechos (por ejemplo el derecho de defensa), y que el juez instructor era el garante de esos derechos. Y que entre los derechos del imputado figuraba también la posibilidad de demandar al instructor, en caso de que sentir que sus derechos estuvieran siendo vulnerados por sus decisiones. Ahora parece que la teoría ejemplar consiste en despreciar cualquier demanda del investigado, no en base a lo que diga esa demanda, sino en base a que el investigado no es más que el maldito investigado.

Como sistema para acabar con la corrupción no está nada mal. Lo peliagudo es que quede alguna otra cosa en pie, después de acabada la corrupción.

Hay más, mucho más.

El Tribunal Supremo no está libre del error, que nadie crea que son más inmunes. Son tres querellas admitidas y tres errores que demuestran el poder que tiene la extrema derecha en España, capaz de someter objetivamente al Tribunal Supremo a sus dictados. En los tres casos ha sido menospreciada la postura de la fiscalía, y las decisiones del Supremo se sostienen únicamente sobre los argumentos de la extrema derecha y del Partido Popular. Y esto es dramático para un país, porque están aflorando las sombras del pasado.
Es una pena la falta de precisión. No acaba de quedar claro si la propuesta consiste en que nunca se admita una demanda no apoyada por el fiscal -con lo que no se sabe qué pintan ahí las partes, o si esta solución es aplicable solamente cuando se trata del Partido Popular,  de la extrema derecha, o de la sombra de los libros de historia.  Lo que sí está claro el es ejemplo que nos proporciona Villarejo sobre el tipo de justicia que considera ejemplar. No está nada mal irse enterando.

- Oiga, ¿y no sería mejor tener jueces no tan ejemplares, pero menos querellables?


  • Jose Maria 2010-03-10 19:15:55
    Tremendo lo que dices y como lo analizas Plazaeme y encima van de guay por la vida.
  • az3 2010-03-10 21:02:30
    Vaya, vaya... pues ya empieza a ser habitual esa forma de "hacer justicia" llamada "Doctrina Botín". Yo ya la vi cuando se dio el caso Atutxa, y después con Ibarretxe y López, pero la cosa se remonta a los años 80, cuando el banquero Emilio Botín se libró de las del pulpo porque la fiscalía no ejerció de acusación. Y por lo que tengo entendido (rastreando internet), esta forma de hacer justicia ya se está estudiando en las facultades. Botín, Atutxa, Ibarretxe, López, Garzón (que viene de Garza, recuerdo que me dijo alguien, jeje), etc. A todo este invento antes lo llamaban de otra forma, no?... ni doctrina, ni botín pirata, ni tesoro, ni gaitas, lo llamaban "patente de corso". ¿A dónde iremos a parar? ;-) Saludos.
  • Mikel Buesa 2010-03-11 00:27:19
    El señor Jiménez Villarejo se retrata a sí mismo. Es dudoso que su interés sea el de la justicia. Más bien parece que trata de desacreditar el sistema judicial con argumentos demagógicos e incluso fascistas. Pues fascismo es pretender que sólo unos tienen derechos y otros no. Y fascismo es pretender que el criterio del fiscal -en este caso dictado desde su máximo superior jerárquico, directamente vinculado al Gobierno- ha de ser necesariamente superior al de los jueces. ¿Dónde quedaría la separación de poderes si las pretensiones de este señor llegaran a materializarse? Los que tenemos cierta edad sabemos que ello es perfectamente posible y que los poderes del Estado pueden confundirse y ejercerse desde una sóla jefatura. Lo vivimos durante el franquismo. El general Franco reunía así la potestad ejecutiva, la legislativa y la judicial. "Garrote y Prensa" solía anotar en el margen de las sentencias a muerte que él impulsaba y luego confirmaba. ¿Es ese el sistema político que añora Jiménez Villarejo?
  • Juan Espino 2010-03-11 00:29:08
    La famosa "Sentencia Botín", así la llaman pero creo que más que para estudiarla, para sentir vergüenza de hasta donde pueden llegar los políticos y dejarse llevar los jueces. Si observamos como se tiran a matar gobierno y oposición, parece increíble que modificar leyes importantes para evitar –fijaros en lo que digo–, sólo "evitar" que el Sr. Botín tuviera que sentarse ante un tribunal, debería haber constituido toda una batalla campal entre PP y PSOE. Pero en este caso pueden más dos carretas que dos tetas; sobre todo si ambas carretas, están llenas con los compromisos de pago –que nunca se harán– de los múltiples préstamos concedidos por el Sntader y su grupo a los buques insignias de la partitocracia. Así, que a callar tocan. Lo malo es que impedir que, si el fiscal desiste y nadie implicado directamente en la posible causa la mantiene abierta, pueda abrirse causa con la sola demanda de una acusación popular, no directamente perjudicada, es el mismo argumento que le impidió después, al PP (el que cambió la ley con el silencio cómplice del PSOE), sentar a Ibarreche, ante otro tribunal. Inoculado con su propio veneno.
  • Maleni 2010-03-11 09:57:08
    Hablando de Garzón no sé si el caso sería el de juez ejemplar o más bien el de juez hiperactivo y mediático. Como no pertenezco ni he pertenecido nunca al mundo judicial me toca de lejos. Pero dado que hay algún ejemplar más de éste pelaje me atrevería a decir que he visto el caso en la política y si se me permite la comparación aludo a Rosa Díez. En su trayectoria política ha estado con los nacionalistas hasta haber deseado seguir con ellos con Lizarra mediante pero también se siente víctima de ellos por ser agredida en una universidad nacionalista. Me dirán que hay un salto temporal importante. Cierto. Pero hablamos de la misma persona. ¿La valoramos cuando es víctima del poder de los grandes partidos o cuando ejerce su poder sobre los afiliados de su partido haciendo trampas sin el menor tapujo y amenazando?. Me dirán ahora que la comparación no procede pues estamos ante roles diferentes. De acuerdo todo es entendible. Pero a lo que voy es a que cuando se trata de seguir el rastro a un ser hiperactivo y mediático nos encontramos con una ecuación complicada de resolver.