El juez ejemplo y otros ejemplares personajes
Las intenciones me son indiferentes. Yo me atengo a los hechos objetivos de las resoluciones judiciales y de los escritos de las partes. Y de ellos se desprende que hay un acoso organizado y sistemático contra el juez, sobre todo si se estudia cómo se han producido las querellas, perfectamente calculadas y estudiadas. Me preocupa porque supone la persecución de un juez que es un ejemplo.Y se ve -y se aprende, dónde pone el foco un buen luchador contra la corrupción. En la ejemplaridad. Visto que el juez Garzón es un ejemplo, el asunto es preocupante. Si no fuera un ejemplo sería distinto. Y debe ser un ejemplo indistintamente de lo que resulte de la triquerella que tiene encima. Con lo que o las querellas son irrelevantes (prevaricación), o Villarejo ya sabe su conclusión antes de que se vean. Una suerte eso de tener el ojo de lince.
¿Y de qué será ejemplo Garzón? ¿De su imparcialidad en entredicho, según fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos [–>]? ¿De su capacidad de lograr financiación para sus asuntos particulares, estimulando la generosidad del justiciable? ¿De su recurrente lentitud en comprender cuándo no es competente en un caso, y de llevar a cabo espectaculares acciones judiciales en ese lapso de incomprensión? No se sabe, porque en la entrevista Villarejo no nos da pista de cual es el quid de la ejemplaridad de Garzón.
Al contrario:
Llevamos 25 años en que las asociaciones de jueces y fiscales, conservadoras y progresistas, han celebrado congresos comiendo en la mano de los bancos y cajas de ahorros, que han aportado cantidades importantes, han pagado gastos de alojamiento y seguramente algo más. ¿Por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja esto en el ejercicio libre e independiente de su función si cualquiera de ellos ha tenido algún asunto con las entidades que les han subvencionado tan generosamente?La pregunta es muy buena; el problema es que no la responde. En efecto, ¿por qué no se preguntan los jueces y fiscales cómo encaja eso ...? ¿Y por qué no se preguntan por la conveniencia de apartarse del caso, en la circunstancia de que el investigado sea también financiador de ese juez en concreto? No sé, tal vez lo que ocurre es que el Supremo -al aceptar la demanda contra Garzón, está preguntándose precisamente eso que Villarejo pide que se pregunten. Pero entonces no tendría sentido su mosqueo. ¡Vaya lío!
Sigamos.
No es posible que una persona que está siendo perseguida por la justicia penal por delitos graves, como el blanqueo de capitales, se pueda constituir como parte para perseguir al juez que acordó las intervenciones telefónicas que son uno de los fundamentos probatorios contra él. ¿Por qué ha sido ofendido este señor para que se le permita acusar? Es él quien está siendo investigado.Antiguamente -antes de El País y de Villarejo, solía pensarse que el imputado tenía unos derechos (por ejemplo el derecho de defensa), y que el juez instructor era el garante de esos derechos. Y que entre los derechos del imputado figuraba también la posibilidad de demandar al instructor, en caso de que sentir que sus derechos estuvieran siendo vulnerados por sus decisiones. Ahora parece que la teoría ejemplar consiste en despreciar cualquier demanda del investigado, no en base a lo que diga esa demanda, sino en base a que el investigado no es más que el maldito investigado.
Como sistema para acabar con la corrupción no está nada mal. Lo peliagudo es que quede alguna otra cosa en pie, después de acabada la corrupción.
Hay más, mucho más.
El Tribunal Supremo no está libre del error, que nadie crea que son más inmunes. Son tres querellas admitidas y tres errores que demuestran el poder que tiene la extrema derecha en España, capaz de someter objetivamente al Tribunal Supremo a sus dictados. En los tres casos ha sido menospreciada la postura de la fiscalía, y las decisiones del Supremo se sostienen únicamente sobre los argumentos de la extrema derecha y del Partido Popular. Y esto es dramático para un país, porque están aflorando las sombras del pasado.Es una pena la falta de precisión. No acaba de quedar claro si la propuesta consiste en que nunca se admita una demanda no apoyada por el fiscal -con lo que no se sabe qué pintan ahí las partes, o si esta solución es aplicable solamente cuando se trata del Partido Popular, de la extrema derecha, o de la sombra de los libros de historia. Lo que sí está claro el es ejemplo que nos proporciona Villarejo sobre el tipo de justicia que considera ejemplar. No está nada mal irse enterando.
- Oiga, ¿y no sería mejor tener jueces no tan ejemplares, pero menos querellables?