Manuel Aragón.
En esta democracia entre mafiosa y payasa que padecemos, conviene fijarse en los muy escasos ejemplos de los que no se pliegan al circo.
Que el Tribunal Constitucional es parte de la mafia, salvo de momento Aragón, está fuera de duda. Sabes lo que va a votar cada juez, dependiendo de quien lo haya elegido. No necesitas saber su historial, ni mucho menos su forma de pensar; solo necesitas saber quien le ha nombrado, para acertar al 100% en la apuesta sobre su voto. Salvo, de momento, solo Aragón. Lo mismo pasa en el parlamento. Y en el CGPJ. Y es la misma pequeña camarilla de capos de los partidos la que ha elegido a todos ellos y a sus votos comprados: mafia.
Cuatro años se van a tirar, por lo menos, para resolver este terrible dilema. Si es que alguna vez lo resuelvan. La payasada nace con la Constitución misma:
Constitución [–>]:
La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.De lo que se deduce, inevitablemente, que España está formada -según su máxima norma legal, por:
- Una nación, conjunto del todo, fundamento de la constitución.
- "Nacionalidades" y "regiones" como subconjuntos.
Y en este caso que nos ocupa del dilema terrible 😉 nos enfrentamos a la payasada del estatuto de la discordia, que interpreta la broma de la constitución de esta guisa:
Del preámbulo [–>]:
El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación. La Constitución Española, en su artículo segundo, reconoce la realidad nacional de Cataluña como nacionalidad.¿"Realidad nacional" se refiere a nación, o se refiera a "nacionalidad"? Si es lo primero, se trata de una interpretación anticonstitucional de la constitución, salvo que nos carguemos la teoría de conjuntos, en la que conjunto es un concepto fundamental (autoevidente). Si la "realidad nacional" reconocida en la constitución es la realidad de que Cataluña no es una nación, porque es una "nacionalidad" (subconjunto de nación), el párrafo anterior es solo una imbecilidad que juega al equívoco. Y a cargarse el fundamento de la constitución: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española. Y un tribunal constitucional solo puede deshacer el equívoco. O señalar que la Constitución Española reconoce a Cataluña (o cualquier "nacionalidad") como una no nación. Salvo en el mundo de la mafia, donde no hay más lógica que el interés de mi amo, o la del todo vale si es para el convento.
Cuando de mafias hablamos, si alguien tiene el valor de salirse de los esquemas hay que levantarse y saludar. Y quitarse el sombrero en su honor:
Manuel Aragón
Magistrado del Tribunal Constitucional.Nacido en Benamejí (Córdoba) en 1944, su extensa trayectoria en el mundo académico le ha llevado a ser catedrático de Derecho Constitucional en las universidades de Zaragoza, País Vasco, Valladolid y Autónoma de Madrid, decano de la Facultad de Derecho de esta última y pro fesor en las universidades de Florencia, Marsella, Siena, Pisa, Roma, Padua, Lisboa, Heidelberg, Nacional Autónoma de México, Colombia, Venezuela, Buenos Aires o Mendoza. En la actualidad es Magistrado del Tribunal Constitucional. Anteriormente ha sido presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad Autónoma de Madrid y miembro del Consejo de Estado. Es autor de libros como Constitución y Democracia, Monarquía parlamentaria, Estudios de Derecho Constitucional, Libertades Económicas y Estado Social, El régimen jurídico de las cajas de ahorro o Jurisprudencia Constitucional; y ha publicado más de 150 trabajos relacionados con el Derecho Constitucional. [–>]
Todo un tío.
Por cierto, que alguien compare este historial con el de Maria Emilia Casas.
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