Lo que estáis haciendo
Post de Xabi
--Erase una vez un partido que con las influencias de sus reinantes se volvió en la antítesis de lo que realmente defendía. En todos los reinos de sus alrededores se hablaba por los pasillos de su reina, La Divina, y de todos los actos que en los que participaban. Tanto los que alababan el nacimiento de este reino y como sus detractores estaban impresionados con el rápido crecimiento de algo que parecía que era aire fresco y que bajo un manto de pura democracia, invitaba a todo el mundo a participar y a dar su opinión.
Pero, nada más lejos de la realidad. Cuando el reino obtuvo el poder y podía sobrevivir de los diezmos que le había concedido el monarca del territorio, empezó a retirar ese velo democrático. Muchos de sus fieles servidores que tiempos atrás habían sido acerrimos seguidores de una manera diferente de gestionar el reino y el reinado, ahora huían a otros reinos o se veían abocados a esconderse en el bosque, tras la persecución que sobre ellos se había iniciado. Muchos de éstos, sin previo juicio popular fueron quemados en la hogera por la Santa Inquisición, que había conseguido copar la gestión del reino. La Divina, sin embargo, era continuamente alardeada por aquellos que gestionaban ese reino, y se vio hechizada por las acarameladas palabras de sus consejeros.
Sin embargo, esto provocó que en el resto de reinos y en las profundidades de los bosques, la mala publicidad para el reino se extendiera como una peste, y que pocos o muy pocos quisieran acercarse a dicho reino, sino era para obtener parte del pastel que se estaban repartiendo, porque ya nadie se creía que existiera nada de aquel gérmen que hizo surgir ese reino.
Los pocos que seguían hechizados por el influjo del hechizo sobre el que había caído el reino, formulado por algún mago que tiempo atrás se dedicaba a escribir en edictos monárquicos, tenían dudas sobre lo que se hacía y diariamente estaban en la tesitura de irse a vivir a un sitio más tranquilo y guardar sus diezmos para mejor aprovechamiento personal.
Sin embargo, desde los tóxicos consejeros y alguaciles, se repetía una frase: “Fuera hace mucho frío y encima nos están contínuamente atacando e insultando. Si ves a alguno de esos herejes, recuérdales lo que están haciendo.” La desmotivación en el proyecto de reino se combatía así con un odio casi visceral a lo que un día fueron los vecinos de dicho reino.
Un día, un vecino del reino fue a recoger bayas al bosque y se encontró con uno de los que tiempo atrás fueran su vecino. Tras charlar animosamente sobre cómo le iba con su vida, en qué trabajaban, de repente, surgió el tema del estado del reino. El ex-vecino le comentó que desde la lejanía, el castillo parecía que se estaba empezando a derrumbar, que el puente que permitía entrar al castillo estaba prácticamente en un estado que no era seguro pasar por él y en las almenas apenas quedaban guardias. Como un resorte, el vecino, viéndose atacado en su orgullo y como un resorte de una respuesta del tipo del experimento de Paulov, expresó algo que ese ex-vecino ya había escuchado anteriormente: “Ejque, lo que estáis haciendo… "
El ex-vecino, de manera pausada, le contestó cordialmente: “Nosotros no estamos haciendo nada que no esté bajo la libertad de expresión. Sois vosotros los que no os dáis cuenta que vuestro reino se está desmoronando y cayendo en el más absoluto olvido. Ni siquiera el camino real pasa ya por las cercanías de vuestro reino. Nosotros nos dimos cuentas del hechizo en el que estaba envuelto el reino y decidimos libremente marcharnos. Otros fueron quemados directamente en la hoguera, sin un juicio previo. Los que más, se esconden en el bosque y no vuelven a hablar de reinos con nadie más. Nosotros nos lamentamos y expresamos nuestro pesar por todo lo que ha sucedido de un tiempo a aquí, simplemente eso”.
Moraleja: “El diablo viste de Prada”
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Xabi.