Luis Bouza, sobre "Ciudadanos".
A cuenta del video de ayer de Albert Rivera [–>], que tanto nos gustó, y de la amable visita de Fernando S.-Contador, de C’s, surgió un cierto debate sobre ese espacio político y su futuro y posibilidades.
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Post de Luis Bouza-Brey.
--Lo que estamos exponiendo aquí es interesante y útil, y sería deseable no abrir heridas antiguas, pero es preciso hablar del pasado para detectar cuáles fueron los errores. Así que voy a intentar hacerlo, a partir de mi experiencia en C´s.
En primer lugar, Fernando S.-Contador me dice que estoy encallado en una percepción de otros tiempos, pero creo que en lo esencial no. Intentaré explicar por qué.
Debo decir que siempre encontré un rasgo fundacional deficiente en Ciudadanos, derivado del espíritu de sus padres fundadores:
C´s nació para oponerse al nacionalismo catalán y a la deriva nacionalista del PSC, para defender un espacio político distinto, pero el problema es que ese espacio se definió mal. Los padres fundadores provenían de la lucha antifranquista tal como se había desarrollado en Cataluña, y en esta lucha el PSUC había desempeñado un papel muy relevante. Pero el PSUC y la izquierda antifranquista habían desarrollado el síndrome nacionalista básico como uno de sus rasgos, y es el que sigue vigente y el que rompió Ciudadanos, con una escaramuza en el primer Congreso y con la enmienda por la ciudadanía cósmica y el “centro-izquierda” en el segundo.
¿Cuál es el síndrome de la izquierda antifranquista? El del rechazo del franquismo con todo lo que llevaba aparejado de opresión, pero también de monopolio de la idea de “España” (del “españolismo”). En efecto, el PSUC adoptó la actitud anticentralista-antifranquista y se quedó con una imagen en negativo de la patria española, definiendo en positivo la patria catalana. De ahí viene toda la basura que está ahogándonos por obra de la izquierda hoy, que se ha dejado abducir por el nacionalismo catalán y es más soberanista que el propio nacionalismo.
En aquellos remotos tiempos de la postguerra y el franquismo el PSUC decía al proletariado de Cataluña que había que ser catalán, e incluso producía fenómenos de asimilación forzada, aunque “voluntaria”. Había momentos en los cuales escuchabas a un obrero andaluz en las asambleas hablando en “catalán” sin saber hacerlo, por identificarse con la patria oprimida y el pueblo de Cataluña, renunciando a su propia identidad y a su idioma materno.
Pues bien, ese síndrome ha continuado produciéndose en una izquierda que se ha quedado estancada: la idea de España de la izquierda catalana actual es como la de un cliché en negativo de una foto. Resulta inzapaz de definir los colores y rasgos nítidos de su patriotismo, se deja abducir por el patriotismo del nacionalismo catalán y resulta como un sonámbulo manejado por lo más reaccionario del etnonacionalismo particularista.
Y ese síndrome se ha producido desde el origen de C´s, de tal manera que existe un tabú que impide llevar banderas constitucionalistas a las manifestaciones y asambleas de C´s, impide superar la idea de ciudadanía postnacionalista y “cósmica” y parece como si Ciudadanos supiera defender la Constitución (como hizo Rivera recientemente) pero no los principios y el patriotismo que debería estar detrás.
Este conflicto entre los que queríamos defender un patriotismo español consistente, abierto e integrador y los que no querían ni oir hablar de “españolismo” (es decir, de España) lo vivimos en la comisión de ideario del primer Congreso, y ganamos, gracias a las votaciones de los delegados del resto de España. Pero el ideario se metió en un cajón hasta el Congreso siguiente, en que se preparó una enmienda a la totalidad del nuevo ideario que desarrollaba en el mismo sentido el anterior, y se aprobó una enmienda que parecía el texto de un primer curso de Derecho Constitucional, definiendo lo que era la idea de ciudadanía pero sin ir más allá de ello. ¿Ciudadanos de dónde? ¿de Cataluña sólo? ¿de España? ¿de una Cataluña española? ¿ del postnacionalismo cósmico?
Frente a esta indefinición y contradicción congénita, Plataforma Pro, en aquellos momentos, parecía tener claro su patriotismo español y su postura contraria al etnonacionalismo, y por eso la candidatura de Regeneración Democrática que yo encabezaba defendía la unión con un partido de ámbito español que tuviera las ideas claras y las defendiera con contundencia, frente a la indefinición y ambigüedad del Ciudadanos existente.
Por añadidura, hubo el segundo conflicto endémico de Ciudadanos desde su nacimiento, el de la lucha por el poder —como dice Juan Perán— entre diversas personalidades que, a mi juicio, han demostrado muy poca entidad y liderazgo: los conflictos comenzaron con el sectarismo del sector INN (izquierda NO NACIONALISTA, ¿curioso, no?) y de Robles como Secretario General, que durante el año transcurrido entre el primer y el Segundo Congreso intentó desequilibrar muchas Agrupaciones a favor de “la izquierda” y en contra de los sectores más liberales y no sectarios. Sucedió en Cerdañola, nos sucedió a nosotros en nuestra Agrupación del Garraf, y sucedió en diversas Agrupaciones del Vallés.
Frente a estas maniobras se produjo la moción de censura contra Robles en el Consejo General, que fue ganada, aunque no por mayoría absoluta, y que comenzó el proceso de desestabilización del partido en una pelea de todos contra todos que acabó con él en un Segundo Congreso lleno de maniobras, inzapaz de definirse en positivo y que al final acabó produciendo la escisión y la emergencia de un Rivera más poderoso, inicialmente sin oposición, pero que finalmente terminó con el enfrentamiento, esta vez, entre Riveristas y los demás (Roblistas y Dominguistas).
Yo debo decir que, pese a estos líos, tengo una opinión positiva de Rivera, puesto que creo que a pesar de su falta de liderazgo inicial ha ido aprendiendo y tomando las riendas del espacio contrario al etnonacionalismo en Cataluña, sabiendo incidir en los problemas planteados a los ciudadanos con una visión contraria al etnonacionalismo. Aunque podría reprochársele que sólo parecían centrarse en el problema lingüístico hasta ahora, que defienden también con claridad el constitucionalismo, como en el último discurso. Pero sigue faltando la superación del sonambulismo postnacionalista, y elaborar de una vez la idea de un nacionalismo cívico español, que defina en positivo y con “todos los colores” una España plural y fuerte frente a la deriva soberanista o confederal –al fin y al cabo es lo mismo— del etnonacionalismo y la izquierda.
Yo creo que estos errores son los que C´s debe rectificar, para “reinventarse”, como dice Juan Perán y para asumir con consistencia y coherencia el papel político de defensa de la ciudadanía ESPAÑOLA que el país necesita.
Si hiciera esto, los que nos fuimos debido a esta contradicción básica,volveríamos a apoyar a Ciudadanos y pondríamos de manifiesto el fraude de UPyD frente a la mayor democracia de Ciudadanos, pero siempre que éste no siga cojeando en su falta de contundencia en la defensa de la ciudadanía española plural.
No sé si he conseguido explicarme con suficiente claridad, porque además, para hacerlo, hace falta espacio, y temo haberos aburrido. Pero creo necesario hacer este debate, pues la situación lo exige.
Sintetizo: C´s, debeis defender la ciudadanía ESPAÑOLA de una España que integre a todos; UPyD, has traicionado el espíritu fundacional transformándote en un cortijo antidemocrático; C´s, se consecuente en la integración de los liberales progresistas y no reaccionarios junto a una izquierda democrática y no sectaria. Ahí tienes tu futuro, ahora que has conseguido liberarte del sectarismo de izquierdas que se ha ido a UPyD.
Luis Bouza-Brey.