El alarmismo del clima se la está pegando
Dos noticias, muy en la misma línea, que indican lo mal que les va a los alarmistas del clima. Algoreros sin futuro. Y que exlica el nervio que les ha entrado, haciendo chorradas como ese vergonzoso y estupefaciente escrito de los 250 activistas del ecomarxismo [–>], del que acabamos de hablar. Vienen de WUWT, y de Von Storch -Zorita.
Una monstruosa colección de –
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Una monstruosa colección de chollos para los grandes negocios.
--Por Myron Ebell, vía Globalwarming.org
Las posibilidades de que el senado pase este año una legislación comprensiva de racionamiento energético (alias climática) es cercana a cero. El derrame de petróleo de BP en El Golfo cambia muy poco.
El movimiento del calentamiento global alcanzó su cima el 26 de junio, cuando el congreso aprobó la ley Waxman-Markey. Cuando los congresistas se fueron a casa para el 4 de julio, muchos de los que la votaron descubrieron que sus electores estaban enfadados y movilizados.
Viendo la reacción pública, el líder de la mayoría en el senado Harry Reid (Dem-Nevada.) abandonó los planes para presentar la ley de cap-and-trade antes de las vacaciones de, y se volvió hacia la reforma de la sanidad. Desde entonces ha sido cuesta arriba.
La ley Kerry-Boxer, que es muy similar a la Waxman-Markey, pasó en otoño por el Comité de Medio Ambiente yObras Públicas, pero estaba claro que no podría conseguir 51 votos, por no hablar de 60, con facilidad. Ahí fue cuando el senador Kerry (Dem-Massachusetts.) empezó a trabajar en un paquete “a medio camino” con los senadores Senators Lindsey Graham (Rep-South Carolina) y Joseph Lieberman (Ind-Connecticut).
Incluso aunque finalmente presente el borrador esta semana, no va a ir a ningún sitio. Que Graham se apunte no tiene importancia porque no trae a ningún otro republicano con él.
El borador de Kerry ha restringido el cap-and trade a las empreas de electricidad. Y ha dejado de llamarle cap-and-trade porque el pueblo americano se ha dado cuenta de que se trata de un impuesto indirecto. Ahora es “reducción de la polución e inversión”. Similarmente, un impuesto sobre la gasolina ha pasado a llamarse “cuota vinculada”. Llámale como quieras, es un impuesto que los consumidores van a tener que pagar. Añadir algunos incentivos en perforaciones marinas o en nucleares, o en investigación de carbón limpio, no puede ocultar el hecho de que los precios van a subir cuando se raciona la energía.
lo que ha ido quedando bien evidente es que esta legislación ya no tiene nada que ver con reducir la emisión de gases invernadero. Es una monstruosa colección de chanchullos para los intereses especiales de los grandes negocios, desde Goldman Sachs hasta Duke Energy o General Electric.
(Esta pieza del sr. Ebell apareció originalmente en el New York Times’s Room for Debate web site como parte de una colección de respuestas a la ley.)
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Una nueva dirección para la política del clima
--Se trata de un trabajo 14 autores de Asia, Europa y América del Norte. Proponen un cambio radical en la política sobre el clima, visto el fracaso de la reunión de Copenhague, y el descrédito de la ciencia climática.
Es un grupo que cree en el principio de precaución aplicado al lo del CO2, y que piensa que sí hay que hacer algo con el calentamiento global. Pero ven que las propuestas alarmistas no han llevado a ningún sitio, ni van a llevar. Y proponen cosas con las que aunque yo no estoy de acuerdo, por lo menos es inevitable reconocer que están muy lejos de la irracionalidad de la algorería.
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Un artículo de Mike Hulme sobre el trabajo:
Y el trabajo propiamente dicho: Vía blog Von Storch - Zorita: