La identititis, en serio.
Me he encontrado esta perla en el blog, siempre interesantísimo, de Nigel Calder. Perla para mi, por mi inconcebible ignorancia y desidia. Interesándome tanto la identititis, podría haberme molestado en averiguar un poco hasta qué punto se ha estudiado en serio. Pero no lo hice; el tiempo es el que es, y uno tira por donde puede.
Menos discuplable aun me parece la aberración de le educación en España. Porque este estudio clásico con el que nace el campo de investigación la identidad social [–>] es algo que debería conocerse en cualquier bachillerato que se precie. ¿No anda el imbécil de Zapatero proclamando que es deber del gobierno proteger a todas las identidades? Pues parece como que convendría enterarse un poco de qué diablos estamos hablando. Salvo que pensemos que a los mamones de la mafia política lo que les interesa es precismanete lo contrario, no se les vaya a estropear una de sus mejores herramientas para que aceptemos voluntariamente sus decisiones en contra de nuestros intereses.
El truco es así:
Un psicólogo nacido francés que trabajaba en la Universidad de Bristol, Henri Tajfel [-->], estaba descontento con las interpretaciones de la agresión en términos de psicología de los individuos y masas. [Aquí hay un error; Tajfel era un judío polaco que se hizo pasar por francés para librarse del campo de concentración -PM] Al principio de la década de 1970 llevó a cabo un ingenioso experimento con grupos de estudiantes, chavales de 14 - 15 años, que se conoce como Klee-Kandinsky. Establece que se puede modificar la conducta de una persona simplemente diciéndole que pertenece a un grupo particular.
Tajfel mostró a los chaveas una serie diapositivas con pinturas de Paul Klee y Wassily Kandinsky, sin decirles cual era de quien, y pidiéndoles que escribieran su preferida. Entonces Tajfel le contaba a cada chico privadamente que pertenecía al grupo Klee, o al grupo Kandinsky, independietemente de cual hubiera sido la preferencia expresada. No les decía quien más estaba en ese grupo, ni nada de sus supuestas características. Solo el nombre; eres Klee o eres Kandinsky.
No se hizo ni dijo nada por promover ningún sentimiento de rivalidad. El siguiente paso del experimento fue repartir dinero entre los estudiantes como premio a haber participado. Cada uno tenía que escribir quien debería recibir cuanto, sabiendo solo si el receptor estaba en su grupo o en el otro.
Había opciones que podían maximizar el beneficio para los dos grupos conjuntamente, y otras que maximizaban lo que recibía el grupo propio, independientemente de lo que recibiera el grupo de "los otros". Ninguna de estas posibilidades les resultó tan atractiva como la opción que producía la mayor diferencia a favor del grupo propio. En otras palabras, los chicos querían llegar a casa con menos dinero para sí mismos, solo por la satisfacción de ganar al otro grupo.
Con esta y similares experiencias, Tajfel demostró una norma genérica del comportamiento de grupo. Es distinta de la psicología variable de los individuos, excepto en ayudar a definir la identidad social de la persona. Con nuestra habilidad de juntarnos a grupos de manera increíblemente fácil, como mostró Tajfel viene una contradicción en el núcleo de nuestra vida social. Nuestros mayores logros dependen del trabajo en equipo, pero eso depende a cambio de la lealtad y orgullo definido por quien está en el equipo y quien no. Los "otros" son perros piojosos en el mejor de los casos, y en el peor, enemigos odiados.
"Esta discriminación no tiene nada que ver con los intereses del individuo que está haciendo la discriminación", dijo Tajfel. "Pero tenemos que tener en cuenta todos los aspectos de la membresía de grupo, tanto los positivos como los negativos. Los positivos por supuesto incluyen la lealtad del individuo a a su grupo, y el valor para él de la pertenencia al grupo, mientras los negativos son demasiado conocidos en su forma guerras, revueltas, racismo y otras formas de prejuicio" [-->].
Sabía de los estudios de Jane Googall -en libertad, y Frans de Waal -en zoológico semi libre, sobre la formación de pandillas entre los chimpancés para el asalto al poder de la manada. Pero no tenía ni idea de que entre humanos se hubiera comprobado la preferencia innata a la victoria sobre "el otro", aunque eso tenga menos beneficios objetivos que una no derrota del grupo externo. Ganemos a los otros, aunque para hacerlo tengamos que tomar decisiones que también nos perjudican a nosotros. ¿Os suena? ¿Será por eso que tiendo a mosquearme cuando me cuentan una película de grupos buenos y grupos malos? ¿Será por eso que tengo tantas ganas de darles en los morros a los mamones que quieren recrear la guerra civil en España? De la locura vasca, mejor no hablar.¿Educación para la Ciudadanía? ¿Y por qué no enseñan estas cosas, para poner la identititis en su contexto?
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