Cataluña ha perdido el crédito
Cataluña debe tener mucha dignidad, cosa que, según dicen, se consigue en manifas callejeras a punto de derivar en el linchamiento de Charnego Escaldado. Y si le pillan de verdad, el subidón de dignidad debe ser de órdago. En el último caso nos quedamos solo al borde del máximo de dignidad.
¿Y para qué sirve la dignidad de Cataluña?
Antes, cuando la oprobiosa, cuando teníamos a Cataluña por la región más avanzada de España -y faro de nuestros anhelos, solíamos pensar que destacaba sobre todo por “la pela” y por “el seny”. Más la movida cultural y un mayor cosmopolitanismo. Era definitivamente la envidia y el ejemplo a seguir por los demás. Pero nadie hablaba de la dignidad, ni de fostiar al pobre Montilla.
Sic transit gloria mundi. Hemos cambiado todo aquello por dignidad, y por una identititis aguda. Lo que debe de estar bastante relacionado con la pérdida de crédito. Jazmín nos manda un enlace que lo cuenta. Según El mundo, Cataluña es la región española con la calificación más baja de las agencias de rating.
Moody’s la bajó el pasado diciembre el rating a A1 (seis escalones menos que el rating del Reino de España) y lo mantiene «con perspectiva negativa», es decir, que lo puede volver a bajar. La razón, según la agencia, es «el deterioro de sus cuentas públicas», y eso «a pesar de que ha sido la comunidad más beneficiada del nuevo modelo de financiación autonómica», en alusión a la reforma de la llamada Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca). «Cualquier revisión futura del rating dependerá de la capacidad de la región para reducir su déficit a medio plazo. Algo difícil por los resultados de 2010 y la rígida estructura fiscal de la región», sostiene esta agencia de calificación, que rebajó recientemente la nota a cinco comunidades autónomas, incluida Extremadura o Castilla-La Mancha, pero dejándolas por encima de Cataluña por considerarlas más solventes.Es lo que tiene la dignidad. Cuando se trata de que los demás te la suponen o adjudican, puede representar alguna ventaja. Pero cuando es un mismo el que trata de convencer a un mundo más bien escéptico, hay que sobre actuar y ponerse fantasma, y sale carísimo. Y al final, te quedas con un montón de dignidad imaginaria que solo ves tú, pero sin crédito.
El enlace de Jazmín: