Hay un problema llamado islam
Dejémonos de monsergas. Cada vez que se habla de templar gaitas con las religiones exóticas, de respetar las creencias de todos, de “alianzas de civilizaciones”, en realidad solo se habla de una cosa: del islam.
¿Y qué tiene de especial el islam? Pues me importa un comino, pero coincide que es la única religión que no puede convivir con un mundo laico, moderno y liberal. Y da la maldita casualidad de que queremos vivir en un mundo laico, moderno y liberal.
Todas las religiones tienen extremistas, que yo sepa. Gente que opina que todos deberíamos de conformarnos a la norma de su religión, y actuar según ella. Desde luego los cristianos y los judíos los tienen sin duda alguna. Se puede apostar que en varias de las religiones de la India también, a juzgar por los líos que hay a menudo. Pero ninguna religión salvo el islam es una amenaza internacional a la libertad de expresión. No sería imaginable que ocurriera ningún problema porque una discoteca de Murcia se llamara, por ejemplo, Buda, o Templo de Jerusalem. O porque una discoteca en Haifa se llamara Vaticano. Normalmente los supuestos afectados lo tomarían como un honor, y les haría hasta gracia. Pero si una discoteca de Murcia se llama La Meca, entonces hay un pollo [–>].
En principio no son más que formas distintas de ver la vida y la sociedad. Pero si las personas que tienen esas diferentes visiones no pueden convivir pacífica y alegremente, es muy posible que no quepamos todos en el mismo mundo. Y todos los síntomas apuntan a que, en efecto, no podemos convivir con esa diferencia. Cada vez menos. En algún momento habrá que decidir si conviene tragar, o cortar. Y todo el mundo sabe que “tragar” se refiere a cualquiera menos a los islámicos.
Es opinable. Y, para lo que valga, yo opino que es mejor cortar. Pero cortar de verdad, separar: dos mundos. ¿Como? No sé. Desde luego, discriminando. Discriminando entre inmigración islámica y las demás, y poniendo las más posibles trabas a la islamica. Y haciéndoles firmar una papela en la que aceptan que la religión de Maoma no merece más respeto que otras; o sea, ningún respeto. Y que aceptan que la libertad de expresión es más importante que la sensibilidad religiosa. Prohibir mezquitas, por falta de correspondencia, y lo que se tercie.
Si tienen un problema porque tienen muchos extremistas, la solución es que callen ellos a sus propios extremistas, y no que los demás nos tengamos que poner de perfil.
¿Islamofobia? ¡Sí!, ¿por qué no? ¿Por qué diablos tenemos que andar de puntillas para cuidar de que no vayamos a ofender los musulmanes, y solo a los musulmanes? Si quieren comportarse como el resto de la humanidad, esto es, como los cristianos, judíos, budistas, hinduhistas, animistas, los ateos, etc, entonces no habrá motivos para la islamofobia. Mientras tanto, ¡vaya si los hay!
¿Hay que respetar? ¡Muy bien!, pero, ¿a quien? ¿A los musulmanes, o a todos los demás? Y Zapatero que se meta su Alianza de Civilizaciones (que es una cuestión exclusivamente islámica) por do le quepa. Porque, sencillamente, puede que islam y civilización -como la entendemos nosotros, sean incompatibles.