¿Es posible un movimiento cívico español?
Rafa Brancas nos señala un llamamiento de Pío Moa,
¡Por un movimiento cívico español!
--Mucha gente piensa que es necesario. Y muchos se han asombrado del éxito de Alcaraz, en contra de toda la casta (en el sentido más amplio de la palabra). Y no es extraño que haya gente con ganas de sumar dos y dos. Además, sospecho que el Tea Party ha producido muchos dulces sueños, y alguna pesadilla que otra.
Moa lo propone como una cosa de mínimos (súper mínimos):
Por consiguiente, ese movimiento cívico, tome el nombre que tome, no solo debe oponerse al movimiento partitocrático, sino exponer una alternativa programática clara en torno a unas cuantas cuestiones, como la independencia de la justicia y auténtica separación de poderes; devolución de las competencias de enseñanza y otras que se juzgue preciso al poder central; limitación y control estricto del gasto público, central y de las autonomías. No quiero extenderme ahora, pues seguramente se encontrarán más puntos concretos a desarrollar en un auténtico programa. El programa debe ser claro, breve y preciso, perfectamente inteligible para todos. De otro modo estaríamos condenados a asistir impotentes, con algunas protestas aquí y allá, a una progresiva involución política que puede dar los frutos más venenosos y arruinar, nuevamente, la convivencia en libertad de los españoles.Como posbilidades se me ocurren muchas cosas en contra, y muy pocas a favor. Aun así ... . Aun así, quedarse quieto mirando como se hunde el invento no parece un plan extraordinariamente atractivo. Pero si Moa no es capaz de atraer a ninguna figura representativa más, parece crudo. Yo creo que debería intentar eso primero, que seguro que después nos apuntamos muchos "indios".
¿Y vosotros, qué opináis?
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Actualización, RafaBrancas precisa:
Bueno, lo que yo apuntaba era que el artículo de Moa estructura muy bien la idea de un programa de mínimos y pone en el centro el tema partitocracia. Ése es el asunto.
Por lo demás, que se trate en la reunión del 27, en la comida del 20 N, ó en cualquier otra ocasión es irrelevante.
Porque para mí está claro a estas alturas que no se trata de constituir asambleariamente una organización política (una máquina electoral y de reparto de poder) mediante un proceso constituyente, sino más bien de crear una coordinadora de mil grupos heterodoxos en torno a unos objetivos comunes.
Para qué?
Para realizar cuantas acciones y movilizaciones sean precisas, capaces de poner en evidencia el sistema político que padecemos, y para representar una amenaza real al régimen de partidos, mediante la explotación de todos cuantos recursos legales estén disponibles para dinamitar la partitocracia desde dentro.