Globalización y crisis
Luis Bouza-Brey
[Es un comentario dejado por Luis en otro hilo [-->], pero es toda una discusión nueva, y muy provocativa. Muy navideña 😉. Mejor en entrada aparte. PM]–
Existe una cuestión que los europeos tenemos que plantearnos de una vez, que es la de cómo impulsar la globalización sin suicidarnos.
Y quién tiene que plantearlo es la socialdemocracia, pues el neoliberalismo no lo va hacer, porque va a favor de la corriente del mercado universal y la defensa de los intereses de rentabilidad y productividad de las grandes corporaciones multinacionales.
Pero, tal como se están desarrollando las cosas, la globalización hace que exista un dumping estructural favorable para aquellos países que sepan sobreexplotar a sus trabajadores, manteniendo el orden con sistemas políticos antidemocráticos e invadiendo los mercados con productos abundantes y baratos.
La consecuencia de todo ello es que el Estado de Bienestar occidental se hunde: sus mercados son invadidos por productos externos, sus empresas se deslocalizan, las inversiones fluyen hacia las zonas de mayor rentabilidad derivada de la superexplotación, y el trabajo se hace escaso, mal pagado e inestable. La juventud no lo encuentra y los de mediana edad lo pierden definitivamente, los Estados occidentales se endeudan aceleradamente, las prestaciones de los servicios públicos se degradan o reducen, el sistema de pensiones entra en crisis, y Europa va decayendo aceleradamente sin que nadie sea capaz de plantear una alternativa a su agonía.
Por eso, no habrá una solución mientras Europa no se construya políticamente de una vez y la socialdemocracia no se organice a nivel al menos europeo, aunque también asiático para plantear políticas económicas de ámbito continental y mundial.
Pero la socialdemocracia vegeta, copiando al progrerío norteamericano con sus “caralladas” de la droga, las políticas de género, la sobrevaloración de los problemas del mundo homosexual, o el apoyo a las políticas etnicistas locales o a los fundamentalismos religiosos tercermundistas.
Mientras tanto, los neoliberales mantienen su hegemonía a favor de la corriente del establecimiento del mercado universal, la oposición a un auténtico poder político europeo, y el rechazo de todo lo que ponga en cuestión un individualismo exacerbado que resulta falso y retórico, además de suicida.
En fin, yo veo así todo este conjunto de fenómenos que estamos sufriendo, derivados de una crisis estructural internacional y que explica el conjunto de aberraciones que experimentamos, en Europa y en España.
Lo planteo como un post relacionado con la regresión etnonacionalista, pero tiene un significado más amplio, que es el de la degradación democrática derivada de la globalización y de la incapacidad del Estado para formular y aplicar políticas económicas y sociales avanzadas. Ahí os dejo eso, como una especie de regalo de Navidad provocativo, para no aletargarme con turrones, perdices, cochinillos y demás alegrías navideñas.
Horrible nota sobre formas
Es una lata tener que hablar de estas cosas. Lo siento. Pero no debería de ser muy difícil. Imaginemos un partido de fútbol. Parecería que se puede jugar aceptando las normas usuales, o sin aceptarlas. Por ejemplo la norma de pegarle al balón, y no a la pierna del contrario. En realidad no es una disyuntiva auténtica. La segunda forma, darle a la pierna del contrario, no funciona; se acaba el partido. O a ver si vamos a acabar teniendo temas tabú aquí, porque haya quien se pone nervioso al hablar de ellos.