Ciudadanos cabreados
Juan Espino
Libertad Digital 23/12/2010 El desacato al Supremo como compromiso de gobierno
EDITORIAL
"Se dirá con razón que no obedecer las sentencias es un delito, y que quien delinque debe ser considerado delincuente. Mas, ¿qué efecto en la práctica tiene ello frente a la nula disposición de acatar la sentencia que ha dejado patente la Generalidad?"
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En realidad, a mí no me preocupa tanto que etnonacionalistas como Mas tengan nula disposición a acatar las sentencias ¡faltaría Mas! Lo que verdaderamente me preocupa, y mucho, es que los responsables de obligarle a que la acate , a que cumpla con las leyes como cualquier otro español, parecen no estar por la labor.
Con el cariz que habían tomando ya las cosas, nos llega una vuelta más en el "pellizco de alicates" que los etnonacionalistas le tienen cogido permanentemente en sus partes pudendas, al Estado Español. La situación, sin dejar de ser esperpéntica, toma ya un viso alarmantemente trágico, máxime si consideramos que el presidente de gobierno que padecemos en la actualidad, aquel que por Ley está más obligado que el resto de españoles a preservar el imperio de la Ley, la Constitución y el derecho de los españoles, no sólo parece mirar para otro lado, sino que ha amparado y fomentado, junto con el desafío continuo a nuestras normas y estamentos, la lenta pero segura liquidación de todo lo que huela a español.Si, como muchos comenzamos a temernos, la declarada voluntad del presidente Mas de no acatar la sentencia del Tribunal Supremo sobre la enseñanza en español, quedara sin ser debidamente contestada por el propioTribunal Supremo o por la Fiscalía del Estado, con la correspondiente demanda por desacato, la Justicia en España pasaría de ser el folklórico cachondeo que citaba, el alcalde Pacheco, al lupanar jurídico en el que los políticos y parte de los propios jueces la habrían convertido.
Así que, de momento y si se cumplen los tan extendidos temores, tendríamos el anunciado desacato del Sr. Masy la posible prevaricación de un tribunal y/o de la fiscalía. Pero vayamos algo más lejos. Como parece que ninguno de los grandes partidos, en la sumisión masoquista que les produce su dependencia del poder, estaría por la labor de prescindir del chantaje nacionalista, ni del caladero de votos indeciso de esas comunidades, deberíamos advertirle a todos ellos que el no aplicar los Art. 118 y 155 de la Constitución, implicaría la más que probable comisión de un presunto delito de prevaricación, incluso para el más alto cargo electo del País.Así están las cosas.
Y los ciudadanos españoles ¿qué?
Personalmente, se me remueven las tripas y no tanto contra esta canalla –que ya sabemos lo que les mueve y lo que están dispuestos a hacer–, sino contra mí mismo, si no por mi inacción personal, si por mi incapacidad para remover la conciencia de otros como yo. Como ocurrió allá por Febrero de 2007, necesito dar un puñetazo en la mesa e ir un paso más lejos.
¿No parece llegado el momento de tomar alguna iniciativa?
Por aquí pululan expertos juristas economistas, de no ser así, todos conocemos a algún, abogado en ejercicio con mayor o menor experiencia, a catedráticos y profesores expertos en Derecho Constitucional, Derechos Fundamentales, etc …
Algunos, tenemos casi todo el tiempo del mundo hasta que nos vayamos definitivamente y posiblemente con algunas habilidades para la red.
A otros, las labores de activismo callejero se nos dan bien, mesas informativas, solicitudes de firmas, …
Otros podemos aportar algo de recursos económicos.
Por no nombrar a los que han demostrado capacidad organizativa, de convocatoria, etc.
¿Va a ser verdad que somos incapaces de hacer algo por nosotros mismos?
¿Necesitamos a una Rosa Mentirosa o a otro Procusto Insultador para que nos movamos?
De ser así, nos mereceremos todas las Rosas del mundo y muchos Mas, pero de eso, ninguna culpa tienen nuestros hijos.
Vosotros, … Nosotros mismos.
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Post original en Ca’n Juan: