Dimisiones en el Prostitucional, e ingenuidades incorregibles.
Las ganas; es que nos pueden las ganas. Conocemos ayer la noticia de tres dimisiones en el Tribunal Contitucional, y salta la derecha en tromba, con Cospedal a la cabeza, explicando que se trataba de una especie de remordimiento por la sentencia a favor del eusco terrorismo. Pronto sabremos sobre la relación directa entre la sentencia y las dimisiones, decían.
¿Remordimiento, Mari Cospe? No había la menor necesidad de enterarse posteriormente que uno de los tres no era pro Bildu. De los honorables miembros del Tribunal Constitucional se pueden pensar muchas cosas, pero no es razonable suponer que estén ahí por ser tontos del culo. Cuando votan una sentencia, con matemática correspondencia a la ganadería de la que vienen, saben lo que votan. Y cuando entran en lo que no deben, como en juzgar las pruebas que ya ha juzgado el Supremo, saben muy bien las consecuencias de sus actos, y saben que nadie les puede pedir cuentas. Salvo aquellos que los nombraron, cuya voluntad no están quebrando.
No necesitan que Nerea Alzola les cuente lo que pasa en Elorrio [–>]. ¿Para qué? ¿Por qué iban a pensar que Bildu tenga que ver con ETA? ¿Porque ladra como ETA, se comporta como ETA, apoya a los asesinos condenados de ETA, más lo que señala el Supremo como prueba de que es una criatura de ETA?
¿Remordimiento, Mari Cospe? Dime lo que tomas, o fumas, porque debe ser un chollo.