Los herejes y su Gorri
Los herejes parecen muy independientes y libres de pensamiento y obra. No están sometidos a pensar lo que la autoridad les exige. Incluso se permiten opinar que, a menudo, la autoridad es de una naturaleza soberbia, cabezona, y un poco sociópata.
Yes cierto; todas esas libertades se toman y muestran los herejes. Pero, ¡ay amigo!, también tienen sus debilidades. Ellos, que se han liberado de la tiranía saliéndose del infecto chiringuito, arrastran penas por haberlo hecho. No pueden olvidar a su Gorri, ni a su madama del látigo, a quien una Becerra puso de apodo Dominatrix.
¿Por qué no se olvidan de nosotros?
No pueden; no le des más vueltas. Tal vez la experiencia fue demasiado fuerte. Tal vez la dinámica personalidad de los directores del circo, Dominatrix y Aparatrix, deje un vacío en el corazón cuando se les abandona. ¿Quien puede insultar y chulear ahora a los herejes con una violencia comparable? ¿Dónde podrían encontrar una cloaca como la del Gorri, en la que el grotesco trovero Procusto, después de un chute, invierte el resultado del espejo, y se ve a sí mismo como persona, y a los demás como sapos?
¡Golems! ¡Canallesca deslealtad! ¡Retorcida estulticia! ¡Batasunos! ¡Mentirosos, resentidos, caraduras! ¡Gatos lunáticos! ¡Extrema derecha!
Imposible. Los herejes vagan en pena, y de vez en cuando se reúnen para recordar tiempos mejores. Añoran el paraíso perdido y se consuelan, ¡con cerdo! O esta vez con fabada, que también tiene un porcentaje suficiente del animal sin desperdicio.
Eso es lo que hay; alubiada de herejes en Asturias, por ejemplo hoy mismo. En honor, cómo no, de quien lo merece. Que lo disfruten. Pero, como decía el sr. Lobo:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=tsTGnneg3Gc]